Denuncia de los sindicatos

49.563 sanitarios menos en solamente dos meses

En plena campaña de vacunación de la covid y de la gripe

Imagen de una de las protestas anteriores de CSIF ante el Ministerio de Sanidad
Imagen de una de las protestas anteriores de CSIF ante el Ministerio de SanidadCONNIE G. SANTOSLA RAZON

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), alertó ayer de la pérdida de 36.252 empleos en la Sanidad durante el mes de octubre, como ponen en evidencia los datos de la Seguridad Social. Se trata del segundo mes consecutivo en el que se destruye empleo en la sanidad. Durante el mes de septiembre se perdieron 13.311 contratos, lo que eleva a 49.563 el número de puestos de trabajo que se han perdido en los centros sanitarios y hospitales de toda España en solo dos meses.

En este sentido, CSIF denuncia la «grave irresponsabilidad» de las diferentes administraciones teniendo en cuenta la llegada del frío y las enfermedades asociadas a esta época del año y el inicio de la campaña de vacunación. La Sanidad «afronta esta situación en precario y con déficit de personal, y no nos podemos permitir prescindir de ningún empleo», señala en un comunicado el sindicato.

Las regiones están finiquitando miles de contratos de refuerzo que se realizaron en el contexto de la pandemia pese a las dificultades que todavía atraviesa el Sistema Nacional de Salud «por la situación de abandono en la que les han sumido durante los últimos años administraciones de uno y otro signo político».

A un mes de que representantes del Ministerio de Sanidad se reúnan con las comunidades para avanzar en un Plan de Acción en Atención Primaria, medio centenar de organizaciones se han aliado en un movimiento único para decir «basta ya» a la agónica situación en que se encuentran los centros de salud, mientras que la Federación de Asociaciones Científico Médicas ha elaborado un documento de propuestas para recuperar la atención precovid y salvar el sistema. De hecho, según sus datos, los nuevos diagnósticos de cáncer disminuyeron un 21% en la primera ola y la mortalidad aguda por infarto se dobló en las primeras fases de la pandemia.