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Otros beneficios del bótox que seguro que desconocías: tratar la migraña crónica

¿Sabías que la toxina botulínica, más conocida como bótox, no solo se emplea con fines estéticos? Actualmente se está utilizando con gran éxito como tratamiento para pacientes con migraña. Te contamos en qué consiste

Nuestros procesos mentales guían nuestro comportamiento. Y si no sabemos controlarlos, podemos recorrer caminos poco adecuados | Fuente: Frédéric Cirou / AltoPress
Nuestros procesos mentales guían nuestro comportamiento. Y si no sabemos controlarlos, podemos recorrer caminos poco adecuados | Fuente: Frédéric Cirou / AltoPressFrédéric Cirou©GTRESONLINE

Aunque parezca mentira, el bótox o toxina botulínica no solo se emplea hoy en día para fines estéticos. No solo es capaz de acabar con las arrugas, sino que también es muy útil en pacientes con migraña crónica. Es capaz de bloquear temporalmente la actividad neuronal asociada al dolor de cabeza que puede llegar a ser altamente incapacitante para quienes lo padecen.

De hecho, la OMS califica a la migraña como “la segunda enfermedad neurológica más discapacitante”. En España, 7 de cada 10 pacientes con migraña presentan discapacidad grave y un 14% discapacidad moderada, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En concreto, en nuestro país padecen migraña crónica 1,5 millones de personas, es decir, que les duele la cabeza más de 15 días al mes.

Olga Pajares es enfermera en la Unidad de Cefaleas de la Fundación Jiménez Díaz -coordinada por el neurólogo especialista en cefaleas Dr. Jaime Rodríguez Vico, y formada por tres neurólogos y una enfermera, en Madrid- y participa en el blog “Cefablog” de dicha unidad. Este centro es uno de los más experimentados en el uso de la toxina en cefaleas en España, y confirma que son numerosos los estudios que corroboran que en la práctica clínica este tratamiento es eficaz y, además, es bien tolerado por los pacientes, por lo que se mantiene a largo plazo en la mayoría de ellos, ayudándoles a mejorar su calidad de vida.

La toxina botulínica se recomienda como una opción para la profilaxis de dolores de cabeza en los adultos con migraña crónica (definida como dolores de cabeza un mínimo de 15 días por mes, durante tres meses, de los cuales al menos ocho días tienen características de migraña), y que no han respondido adecuadamente o que son intolerantes a los medicamentos preventivos orales de la migraña”, detalla la experta de Quirónsalud.

Apunta concretamente a ensayos clínicos (Preempt I y Preempt II), con toxina botulínica tipo A para el tratamiento preventivo de la migraña crónica, cuyos resultados demostraron una disminución en el número de días con cefalea, así como en la duración de los dolores de cabeza, aparte de un aumento en la actividad diaria de los pacientes.

Su uso se aprobó en nuestro país en 2012 como tratamiento preventivo de la migraña crónica, según recuerda esta enfermera. Pero ¿cómo actúa la toxina butolínica contra la migraña? Pajares indica que la toxina al inyectarse bloquea la liberación de neurotransmisores relevantes en la transducción del dolor, como el péptido relacionado con el gen de la calcitonina, glutamato y sustancia P.

“Esto produce una inhibición de la inflamación neurogénica y, secundariamente, de la sensibilización periférica, con lo que se reducen las señales dolorosas periféricas al sistema nervioso central y, de esta forma, se reduce la sensibilización central, que es lo que finalmente explica la cronificación de la migraña”, aclara la enfermera especialista de la Unidad de Cefaleas de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

Un tratamiento preventivo

Se trata de un tratamiento preventivo que se repite cada tres meses, ya que su eficacia disminuye en ese tiempo, “aunque a veces ocurre más pronto”, por lo que es importante mantener un diario de cefaleas para adaptar la dosis. La Sociedad Americana de Cefaleas recuerda que estos tratamientos no se administran más a menudo puesto que si se inyecta bótox con mayor frecuencia, el cuerpo podría crear anticuerpos contra él, haciéndolo ineficaz en futuras inyecciones.

Se puede tardar hasta cuatro semanas en notar los beneficios. Los efectos secundarios son leves y transitorios: dolor cervical, debilidad muscular, sensación de rigidez muscular, elevación de cejas y ptosis palpebral (caída temporal del párpado). En cualquier caso son poco frecuentes. Los pacientes generalmente notan que no pueden arrugar la frente, y cuando pueden hacerlo nuevamente puede ser una señal de que el efecto de la toxina se está desvaneciendo”, agrega la enfermera de Quirónsalud.

Toxina butolínica A

La experta de la Unidad de Cefaleas del hospital madrileñodetalla que concretamente se emplea la toxina botulínica OnabotulinumtoxinA (OnabotA), un complejo proteico producido por la bacteria Gram+ anaerobia clostridiumbotulinum.

Se presenta en forma de polvo blanco para solución inyectable y sólo se debe reconstituir con solución salina normal sin conservantes estéril (cloruro sódico 0,9% solución inyectable), según precisa.

La dosis recomendada es de e 155 a 195 unidades, administradas por vía intramuscular (IM), en inyecciones de 0,1 ml (5 Unidades), en 31 y hasta 39 puntos. “La aplicación se realizará con una aguja de calibre 30 gauge y 1,25 cm de largo, aunque puede ser necesaria una aguja de 2,5 cm de longitud, en la región del cuello, para los pacientes con músculos del cuello sumamente gruesos”, agrega.

El proceso de inyección es de unos 10-15 minutos, según prosigue Pajares, y después los pacientes pueden volver a casa y reanudar sus actividades normales. “Ejercicios del cuello vigorosos y tintes para el cabello están contraindicados hasta 24 horas después del procedimiento”, advierte la especialista de la Unidad de Cefaleas.

Con la excepción del músculo prócer, que debe inyectarse en un punto (línea media), se debe inyectar en todos los músculos y en ambos lados, administrándose la mitad del número de inyecciones en el lado izquierdo de la cabeza y el cuello, y la otra mitad, en el derecho.

“Si existe una o varias localizaciones predominantes del dolor pueden administrarse más inyecciones en uno o ambos lados, hasta en tres grupos específicos de músculos (occipital, temporal y trapecio), hasta la dosis máxima por músculo”, sentencia la especialista de Quirónsalud.

En última instancia, la enfermera Olga Pajares advierte de que, aunque tiene una eficacia de hasta el 70% en tres sesiones sucesivas, en algunos pacientes, la toxina botulínica puede resultar ineficaz o precisar otro medicamento aparte para prevenir los ataques de migraña.