El 54% de los españoles cree que la vacuna debería ser obligatoria

La inquietud de los españoles ante el vertiginoso ritmo de contagio de las nuevas variantes de coronavirus –especialmente la última, ómicron– ha propiciado un notable incremento en el temor a un contagio y, además, a la creencia generalizada de que la vacunación debería ser obligatoria. Así se desprende de la encuesta «Efectos y Consecuencias del Coronavirus» correspondiente al mes de diciembre que ha hecho pública hoy el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). De esta forma, preguntados por si creen que habría que obligar a vacunarse a «todas las personas aunque no quisieran hacerlo» dado los riesgos de contagio de las nuevas variantes, más de la mitad de los encuestados, un 54,1% ha contestado que sí, frente al 39,1% que considera que no.

El porcentaje de respuesta afirmativa se dispara si la obligatoriedad de la vacuna se reduce al «personal sanitario al personal que trabaja en las residencias de personas mayores, y a los que tienen relaciones profesionales directas con el público en general». En ese caso, el 74,4% de los españoles contestó que sí en una encuesta realizada a 2.462 personas de 948 municipios españoles entre el pasado 14 y el 17 de diciembre.

Vacunas en menores

Eso sí, con respecto a las vacunas en los menores, los encuestados se mostraron bastante más prudentes y, aunque el 77,4% de los que tenían hijos estaría dispuesto a consentir que a sus hijos se les administrara la vacuna del covid-19 pediátrica, el 40,4% consideraba que ésta, en el caso de los niños, no debería ser obligatoria.

La controversia de las vacunas con sus defensores (la mayoría) y sus detractores, también se refleja en esta última encuesta del CIS. Y es que, aunque una gran mayoría de los encuestados (el 94,8%) aseguraba haber recibido la pauta completa de vacunación, todavía hay un porcentaje de población que rechaza la única medida eficaz reconocida por la comunidad científica para acabar con la pandemia. Es solo un 4,9% de la muestra de población elegida para el estudio.

De estos «no vacunados», el 61,7% asegura que no se vacunará y el 5% lo hará «si es fiable». El 0,8% depende del origen de la vacuna y el mismo porcentaje lo hará «si hay información suficiente». De este pequeño porcentaje de negacionistas se agarran al «miedo a los efectos secundarios» de las dosis (el 22,5% de los encuestados) aunque un porcentaje un poco mayor, el 26,7%, considera que «no se fía de estas vacunas».

Eso sí, a pesar de la gran campaña para concienciar sobre la vacunación que comenzó hace casi un año, un 4,2% dice que sí se vacunará si es «por consejo de autoridades, científicos o sanitarios».

La vida antes del covid

Lo que queda claro en la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas es que la pandemia no ha dejado a nadie indiferente y prácticamente todos los encuestados han notado cambios en su vida y han sufrido las consecuencias del miedo derivado.

El 32,8% de la población asegura que su familia directa se ha visto «bastante afectada» por la crisis del coronavirus aunque el 35,6% reconoce que ha tenido suerte y se ha visto «poco afectada». Solo un 7,4% de los encuestados se confiesan «muy afectados». En lo que principalmente ha repercutido la crisis ha sido en las relaciones sociales (un 33,2%) y en aspectos laborales (un 30,1%), seguido de aspectos relacionados con la salud (27,1%), aspectos económicos (23,6%) y aspectos emocionales (psicológicos, miedos...) un 18%.

Si decíamos que la pandemia en general y el confinamiento en particular no habían pasado sin hacer mella por nadie es porque casi el 60% de la población asegura haber sentido «temor a enfermar» y el 71% ha sentido «inquietud» especialmente por las medidas que afectaban a la limitación de contactos con familiares y allegados.

Miedo a perder el empleo

La cantidad de fallecidos que seguimos lamentando a diario también se ve reflejada en la encuesta, ya que el 35,6% ha sufrido el «dolor por la pérdida de un familiar, amigo o conocido» y más de la mitad, el 50,4% de los encuestados, ha tenido «miedo por la posibilidad de poder perder su empleo personal o el de algún familiar». Un 58% también reconoce tener «miedo por no recuperar su vida como era antes de la pandemia» aunque el 53,4% confía en que volverá a una vida igual cuando alcancemos la inmunidad de grupo.