Psicología
“Síndrome de la niña buena”: ¿Sientes que la gente abusa de tu amabilidad?
La contención emocional que padecen los afectados por esta condición suele derivar en depresión, ansiedad y en trastornos psicosomáticos
El término “síndrome de la niña buena” fue imaginado por primera vez por la psicoterapeuta estadounidense Beverly Engel; que lo incluyó en su libro “Nice Girl Syndrome”, para describir a las personas que sienten que su valor social está ligado a ser percibidas como “agradables” e -incluso- “sumisas”.
Esto hace que les resulte tremendamente complicado decir “NO”, y que -en consecuencia- otras personas se aprovechen de su amabilidad y que rara vez obtengan el crédito que merecen por sus aportaciones. Es una condición que afecta mayoritariamente a mujeres, aunque también puede darse en varones.
En algunos casos, se ha llegado a comparar el síndrome de la niña buena con el síndrome de Wendy, que se manifiesta en una necesidad permanente de complacer al prójimo, principalmente a la pareja y a los hijos. Lo que provoca que estas personas rara vez sean capaces de imponer un rumbo propio que guíe sus vidas, y que -simplemente- se dejen llevar.
El ejemplo que se suele poner para explicar el síndrome de Wendy suele ser el del padre o el de la madre que hace los deberes de sus hijos, que les da todo lo que quiere y que permite comportamientos abusivos en su hogar. Todo ello provocado por el temor a ser rechazados o criticados.
Estos elementos hacen que las personas que padecen el síndrome de la niña buena sean incapaces de enfadarse, por lo que suele acompañarles el sentimiento de culpa y contradicción... ya que la sinceridad en la discrepancia no suele ser una opción.
Además de esto, también suele venir acompañada de la enorme presión que supone la búsqueda permanente de la perfección, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Toda esta contención emocional suele derivar en depresión, ansiedad y en trastornos psicosomáticos; así como otras muchas consecuencias graves en el medio y en el largo plazo.
¿Cómo superar el “síndrome de la niña buena”?
Aprender a valernos por nosotros mismos es el gran reto de la vida adulta. Durante la infancia solemos dejarnos llevar por la orientación de los adultos de nuestra vida; pero este comportamiento tan beneficioso cuando somos niños,no puede perpetuarse en la madurez; que es cuando nosotros “cogemos el volante”.
Nunca es fácil romper estas dinámicas, sobre todo cuando están tan integradas como en el caso de los y las afectadas por el “síndrome de la niña buena”.
Pero ojo, lo contrario a la “niña buena” no es la “niña mala”... lo opuesto es “la niña fuerte”. Es decir, la que es capaz de “tomar el toro por los cuernos“ y marcar sus propios límites. Y para convertirnos en ese tipo de persona, necesitamos hacer un profundo ejercicio introspectivo, tratando de dilucidarqué narrativas tenemos instaladas en lo más profundo de nuestro ser, que nos empujan a valorar la opinión de otras personas por encima de la nuestra.
Ser consciente de nuestras virtudes y de nuestros defectos, nos colocará en la posición adecuada para afrontar nuestros problemas con entereza. Aunque es posible que -en algunos casos- sea necesario iniciar una terapia psicológica que nos permita mejorar nuestra autoestima y autopercepción. Es importante que los afectados y las afectadas por el “síndrome de la niña buena” entiendan que no es posible agradar a todo el mundo.
Un buen ejercicio que puede empezar a practicarse de inmediato, es tratar de dar pequeños pasos para salir de la “zona de confort” a la que nos hemos adaptado, y atrevernos a decir NO en situaciones menores. Por ejemplo, cuando un camarero nos trae la bebida equivocada o cuando alguien “se cuela” descaradamente en la fila; o visibilizando nuestro desacuerdo con las cosas con las que no estamos de acuerdo en nuestro día a día.
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