Mascotas

Perros de razas grandes y gigantes: consejos a la hora de comer

Las razas grandes crecen rápido y la alimentación no puede fallar por exceso ni defecto. Si alimentamos con pienso barato y con baja calidad de nutrientes el perro no se sacia

La importancia de adecuar la alimentación a la edad, actividad y estado de cada animal adquiere principal relevancia en la alimentación de los perros de razas grandes y gigantes.

El crecimiento de una raza grande, o gigante es muy rápida, por lo que la alimentación de estos ejemplares ha de cumplir con exigentes requerimientos sin provocar fallos, por exceso o por defecto.

Todos los animales, sin distinción de sexo, raza y tamaño, necesitan ingerir nutrientes fácilmente digestibles (y por tanto aprovechables) para conseguir un correcto funcionamiento de todos los sistemas orgánicos.

Cuanto mayor sea el tamaño del animal, mayor aporte de nutrientes será necesario. Porque, como podemos imaginar no será igual la cantidad de «combustible» necesaria para mover la musculatura de un chihuahua que para mover la de un mastín napolitano. Aunque esto parece tener una sencilla solución, esta no pasa por algo tan simple como dar más cantidad de alimento al más grande.

Debemos tener muy presente que el estómago de nuestro animal de compañía no es un pozo sin fondo en el que podemos introducir cantidades ilimitadas de alimento: la capacidad de un estómago es limitada y por ello la cantidad de alimentos a suministrar debe tratarse con prudencia.

Una bola de pienso de un alimento de bajo precio, por muchas vueltas que le demos, no tendrá la misma concentración, ni la misma calidad nutricional que la bola de pienso de un alimento de alta gama; es decir, lo bueno hay que pagarlo.

Si nosotros tenemos un San Bernardo y pretendemos alimentarle con la opción barata, observaremos que el animal come, come, come y parece que nunca está satisfecho, que no crece a un ritmo lógico, que no desarrolla correctamente y, además, el «pequeño angelito» nos devolverá nuestro error en forma de tremendas y numerosas deposiciones.

Si el alimento no tiene la calidad suficiente, y por tanto los nutrientes por cada bola de pienso son escasos, nuestro animal tendrá que ingerir mayor volumen de alimento para cubrir sus necesidades; esto suele ser origen de alteraciones digestivas de mayor o menor gravedad, como simples empachos o diarreas, o gravísimas torsiones de estómago.

Si por el contrario nos decantamos por la segunda opción, debemos saber que esa bola de pienso esta «concentrada» en nutrientes de calidad y por ello nuestra mascota no necesitará «atiborrarse» para conseguir lo que necesita.