Cómo enfrentarse con 18 años a una emancipación temprana

Para los más de 49.000 niños, niñas y adolescentes que crecen con una medida de protección en España, la mayoría de edad supone el cese de la misma y el inicio de una nueva desprotección que les aboca a un proceso de transición a la vida adulta muy diferente al del resto de sus iguales. Así se desprende del informe “Jóvenes preparados para emanciparse: compromiso y acción +18″, presentado hoy por Aldeas Infantiles SOS, según el cual “la preparación previa a la salida del sistema y el apoyo y acompañamiento posterior marcan la diferencia para estos jóvenes entre una vida de dificultades y una vida digna e independiente”.

Durante los últimos cinco años, Aldeas Infantiles SOS ha trabajado a través del proyecto europeo “Preparados para emanciparse” para garantizar a los jóvenes tutelados una transición gradual a la edad adulta en la que los profesionales que los acompañan tengan la mejor capacitación posible y cuenten con las herramientas necesarias para garantizarles el éxito de su proceso de emancipación e integración en la sociedad. La organización se ha servido para ello de la participación de los jóvenes que han vivido la salida del sistema y han podido, por tanto, aportar su experiencia para mejorar la de todos aquellos que llegan detrás. Una fórmula que ha sido valorada por los profesionales que han asistido a las formaciones.

En total, Aldeas Infantiles SOS ha formado a través de este proyecto a más de 1.200 profesionales y ha capacitado a casi 450 jóvenes de entre 16 y 27 años, 79 de los cuales han participado como coformadores. El 90% de los profesionales capacitados considera que las formaciones han tenido una incidencia positiva en su trabajo, impactando de forma directa en la vida de los jóvenes que crecen en el sistema de protección.

El informe presentado hoy recoge los resultados y aprendizajes del proyecto y llama la atención sobre temas clave como la necesidad de incorporar un enfoque de derechos e integral en el marco normativo, la ausencia de estándares técnicos comunes en la planificación de la salida del sistema y los apoyos posteriores, la importancia de que los profesionales estén adecuadamente capacitados para apoyar a los jóvenes en esta transición y las necesidades de estos últimos, que van más allá de las puramente económicas, precisando información y orientación, acceso a servicios sociales y a educación, así como ayuda para acceder al mercado laboral y acompañamiento. El documento destaca, asimismo, la inexistencia de datos estadísticos sobre el proceso que permitan diseñar políticas públicas basadas en evidencias.

En el acto de presentación han estado presente María del Mar Líndez, adjunta al director general de Aldeas Infantiles SOS; María Teresa Pérez, directora general del Instituto de la Juventud (Injuve); Clara Martínez, directora de la Cátedra Santander de los Derechos del Niño de la Universidad Pontificia Comillas y autora del informe; Jordi Sàlvia, director técnico de la Federación de Entidades con Proyectos y Pisos Asistidos (FEPA); Margherita Brasca, advocacy advisor de Aldeas Infantiles SOS Italia; y Eva Martín Balseiro, coordinadora del proyecto.

Los jóvenes han dialogado con la directora general del Injuve en una mesa redonda en la que, además de explicarle en qué ha consistido su participación en “Preparados para emanciparse”, han debatido sobre la salida del sistema, la preparación previa y los apoyos posteriores o la ausencia de estos, las necesidades y carencias de los chicos y chicas que con solo 18 años se enfrentan a una emancipación temprana, y sobre el lugar que les otorga la Estrategia Nacional de Juventud 2030 y de qué forma se van a materializar las metas que esta establece.

“En Preparados para emanciparse los jóvenes aportamos nuestra vivencia personal para mejorar la salida del sistema y contribuimos a mejorar la capacitación de los profesionales como coformadores”, ha afirmado Noelia Blanco, joven experta de Galicia y moderadora de la mesa redonda. “Hoy, mis compañeros y yo misma estamos aquí para ejercer nuestro derecho a la participación y debatir sobre las estrategias necesarias con una de las personas que contribuyen a definir las políticas de juventud en nuestro país”.

Los profesionales de Aldeas Infantiles SOS y FEPA han explicado los proyectos que llevan a cabo para apoyar a los jóvenes emancipados, identificando buenas prácticas y retos de futuro. Entre ellos, el Programa de Jóvenes de Aldeas, el proyecto IMEX (Itinerarios de Emancipación de Éxito) de FEPA y el proyecto CarINg, puesto en marcha por Aldeas en Italia junto a las Universidades de Florencia y Milán, el Centro de investigación y desarrollo ARCO, y el Ayuntamiento de Florencia.

Por su parte, Clara Martínez ha abordado las recomendaciones plasmadas en el informe para mejorar el apoyo que reciben los jóvenes emancipados en su proceso de tránsito a la vida adulta. Entre ellas, “modificar el marco legislativo para adaptarlo a las exigencias internacionales y avanzar en el buen trato institucional dentro del sistema de protección, por ejemplo, facilitando que cada joven pueda contar con un profesional de referencia que conozca su caso, sea de su confianza y esté especialmente formado para abordar su acompañamiento con un enfoque integral”.

“En Aldeas entendemos la transición a la vida independiente de los jóvenes tutelados y los apoyos posteriores como una fase más de la protección integral a la que tienen derecho. No basta con alimentar, educar y proteger al niño, niña o adolescente durante su acogimiento, es necesario no perder de vista que el objetivo es su plena integración en la sociedad”, sostiene María del Mar Líndez. “Por ello, en nuestros programas de acogimiento preparamos a los chicos y chicas para su transición a la vida adulta mucho antes de que cumplan los 18 años, capacitándolos para que sean autónomos, se emancipen con éxito y se integren social y laboralmente. Además, los acompañamos después de alcanzar la mayoría de edad a través de nuestros Programas de Jóvenes”.

Preparados para Emanciparse, que ha contado con la financiación de la Unión Europea y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, recibió en 2019 el Premio a la Innovación de la Red Europea de Servicios Sociales, un galardón que reconoce su enfoque exitoso y buenas prácticas.