El virus cumple 40 años

El VIH, lejos de su fin: 650.000 muertes en 2021 por la enfermedad

África es todavía el continente más afectado, con casi la mitad de casos registrados a nivel mundial

Desde que se conociesen los primeros casos de infección por elvirus de inmunodeficiencia humana (VIH) hace cerca de 40 años, se han realizado grandes avances en el conocimiento y el tratamiento de la infección. Estos logros se han sucedido de forma paulatina y han permitido, en muchos países, que el sida haya pasado de ser una enfermedad potencialmente mortal a una enfermedad crónica. De hecho, según datos de ONUSIDA, el programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida, desde 2010, la mortalidad por el sida ha disminuido un 57% entre las mujeres y niñas, y un 47% entre hombres y niños. Uno de los factores que explican estos datos es elacceso a las terapias antirretrovirales. Al cierre de diciembre de 2021, 28,7 millones de personas tenían acceso a estos tratamientos en comparación con los 7,8 millones de 2010. Actualmente, las personas que conviven con el VIH deben tomar a diario el tratamiento antirretroviral ya que su sistema inmunitario no es capaz de controlar el virus espontáneamente.

Pese a estos descensos, se estima que en 2021 fallecieron por enfermedades relacionadas con el sida 650.000 personas en todo el mundo. Lo más alarmante es la tasa de mortalidad entre niños: el 15% del total de las muertes correspondieron a menores de 14 años. Es decir, fallecieron por VIH cerca de 97.500 niños. Por regiones, el este y el sur de África siguen siendo las zonas más afectadas por la epidemia del sida. Allí se acumulan casi la mitad de los casos totales de todo el mundo.

Contra las desigualdades

En el mundo persiste una serie de desigualdades que afecta a los servicios más básicos. Es el caso del acceso a las pruebas de detección, a los tratamientos o a métodos preventivos, como los preservativos. En concreto, ONUSIDA calcula que, en 2021, alrededor de 5,9 millones de personas no sabían que vivían con el VIH. Además, el 25% de todas las personas que vivían con el VIH no tenían acceso a los tratamientos.

En el caso concreto de España, entre 130.000 y 160.000 personas están infectadas de VIH y, de ellas, al menos el 25% podrían estar sin diagnosticar o no tienen un seguimiento apropiado. En nuestro país, uno de los retos que frenan los avances hacia la erradicación del VIH es la ausencia de la especialidad en Enfermedades Infecciosas. A pesar de que muchos países cuentan con ella -Holanda, Bélgica, Grecia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y en la gran mayoría de países iberoamericanos-, en nuestro país no existe. “Supone una injustificable discriminación para los pacientes de nuestro país”, aseguran desde Apoyo Positivo, la Coordinadora Estatal VIH/sida (CESIDA), la Federación de Enfermos y Transplantados Hepáticos (FNETH), y la Federación Española de Hemofilia (FEDHEMO). Y argumentan la necesidad de crear esta especialidad debido a que “las enfermedades infecciosas son un grave problema sanitario”. “En 2019, la OMS definió las 10 mayores amenazas para la salud pública mundial y cinco de ellas eran enfermedades infecciosas; posteriormente se ha sumado la COVID-19. Según los últimos datos publicados, las enfermedades infecciosas serán la primera causa de muerte en 2050″, indican. Además, aseguran que el beneficio de contar con esta especialidad es incuestionable porque “el pronóstico de los pacientes con infecciones graves o complejas mejora cuando son atendidos por especialistas en enfermedades infecciosas”, porque “reduce la variabilidad de la práctica clínica, la fragmentación actual de la asistencia a los pacientes y el uso de los antimicrobianos”, y porque “permite dar pasos para acabar con el estigma”.

Los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad de España, en nuestro país el colectivo de hombres que tienen sexo con hombres supuso el 55,2% de nuevos diagnósticos en 2020, seguido por la transmisión por vía heterosexual, que supuso un 27,5%, y la que recae a las personas que se inyectan drogas (PID), que sumó un 2,4%. Por tanto, el 82,7% de los nuevos diagnósticos de VIH en 2020 fueron de transmisión sexual.

Según los organismos nacionales e internacionales, hasta que no avancemos en estos retos, estaremos lejos de erradicar el VIH. “No estamos en el camino de erradicar el sida, las nuevas infecciones aumentan y las muertes por la enfermedad continúan en demasiadas comunidades”, ha señalado la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, en la introducción del informe. De hecho, los nuevos datos de ONUSIDA sobre la respuesta mundial al VIH revelan que, durante los dos últimos años de la COVID-19 y otras crisis mundiales, el progreso contra la pandemia del VIH ha decaído, los recursos se han reducido y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo. Según el informe, aunque los fallecimientos han disminuido un 5,79% en 2021 con respecto al año anterior, los datos de nuevas infecciones son similares a los de 2020. Según las últimas estadísticas, 38,4 millones de personas viven con VIH. Estas han aumentado un 1,5% respecto a 2020, cuando la enfermedad afectaba a unos 37,8 millones de personas.

Avances en ciencia y humanización

Mientras, la ciencia sigue evolucionando. Recientemente, se han conocido los resultados del ensayo clínico de la vacuna terapéutica HTI de AELIX Therapeutix que confirman que el 40% de los participantes que han formado parte del estudio terapéutico y han recibido la vacuna controla mejor el virus cuando se les retira temporalmente el tratamiento antirretroviral respecto a quienes no se les administró la vacuna. Este hecho demuestra que la vacuna puede educar al sistema inmunitario para mejorar la respuesta contra el virus. «Los resultados positivos de este ensayo muestran que es posible inducir una respuesta inmune a una persona que vive con el VIH y así permitir la supresión del virus en ausencia de medicación antirretroviral», comenta la doctora Beatriz Mothe, investigadora de la Fundación Lucha contra las Infecciones e investigadora principal del estudio.

Otra grata noticia es que, pese al retraso de casi dos años desde que se autorizase su comercialización en Europa, finalmente llega a los hospitales españoles el primer régimen completo de fármacos frente al VIH de acción prolongada inyectable. El tratamiento de Cabotegravir + rilpivirina se administra por vía intramuscular una vez cada dos meses y basa su mecanismo de acción en un nuevo sistema de nanopartículas o nanocristales que permiten que, después de su administración, la medicación se vaya liberando de forma gradual al organismo, manteniéndose la eficacia de los fármacos durante 2 meses, momento en el que deben ser administrados nuevamente. Por tanto, este nuevo fármaco permitirá a los pacientes ahorrarse la toma diaria de una pastilla. «Existen todavía algunos retos respecto a la toma de medicación antirretroviral que con este nuevo tratamiento pueden quedar resueltos. Por ejemplo, sería el caso de todos los aspectos relacionados con la calidad de vida, la confidencialidad, el estigma o la necesidad de ser adherente a la medicación para controlar la infección y evitar la transmisión a otras personas», afirma la Dra. Eugenia Negredo, jefe de sección VIH Hospital Germans Trias de Badalona y Fundación Lucha contra las Infecciones.

Estos avances están obligando a cambiar el modelo asistencial. Con la vista puesta en acabar con las desigualdades, pero también con el estigma social que sufren estas personas, se han creado planes que defienden una atención especial por parte de los profesionales sociosanitarios hacia estos pacientes. En esta atención, el aspecto que resulta fundamental para conseguir una mayor adaptación a las necesidades de estas personas es el de la humanización.