Estudio
La pandemia retrasó un 25% de las pruebas de algunos tipos de cáncer
El número de pacientes a los que se realizaron procedimientos relacionados con la patología oncológica cayó un 13%, según un informe de Sanidad que aprobará el lunes el Consejo Interterritorial
La pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto demoledor sobre la prevención y control del cáncer en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Ya lo habían apuntado numerosas voces de las propias organizaciones de pacientes y del mundo de la Oncología, y ahora lo corrobora un estudio impulsado por el Ministerio de Sanidad que será debatido este próximo lunes en el pleno del Consejo Interterritorial, máximo órgano de coordinación sanitaria autonómica.
El texto, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, concluye, por ejemplo, que el número de enfermos a los que se ha realizado algún procedimiento relacionado con la patología oncológica se ha reducido en más de un 13%. También recalca que el número de pruebas diagnósticas «ha sufrido un retroceso importante». En este sentido, destaca la caída de las pruebas para el diagnóstico mediante broncoscopia del cáncer de pulmón y de citologías para la detección del cáncer cervicouterino. En ambos casos, la reducción es de aproximadamente un 25%, aunque el informe apostilla que «la disminución de las citologías se podría deber a la implantación del cribado poblacional de cáncer de cérvix». Asimismo, el número de pruebas con resultado positivo para los tipos de neoplasias más comunes también ha sufrido un retroceso, y el caso más destacado es el del cáncer de pulmón, con un descenso del 15%.
El documento apunta también que «la pandemia ha tenido un impacto notable en el número de sesiones de quimio y radioterapia», aunque parte de la variación se puede explicar por la prescripción de terapias de quimioterapia oral en detrimento de la intravenosa. «Durante los tres meses posteriores al inicio de la pandemia hubo una caída de las visitas a servicios oncológicos especializados». Los autores obtienen otras conclusiones en base a los datos analizados. Por ejemplo, no observan que la pandemia haya traído una disminución del consumo de medicamentos citostáticos, y aseguran que «no se ha producido un descenso en la cobertura de vacunación frente a hepatitis y el Virus del Papiloma Humano durante la pandemia».
Por su parte, los programas de cribado de cáncer de mama y colorrectal han sufrido una disminución significativa de su cobertura, pero han logrado suavizar la caída en términos de participación.
Otras conclusiones son que la pandemia ha originado la puesta en marcha de mecanismos para evitar los desplazamientos de los pacientes a los dispositivos asistenciales, como la sustitución de visitas presenciales por llamadas telefónicas y el envío de medicación a domicilio. Por el contrario, «el impacto de la pandemia en el uso y difusión de herramientas para el seguimiento virtual del estado clínico de los pacientes ha sido prácticamente nulo». Además, se han implementado las medidas necesarias para garantizar el acompañamiento familiar presencial a los pacientes oncológicos, especialmente a los que se encontraban al final de la vida, y se han puesto en práctica diversas medidas para el abordaje del malestar psicológico producido por la pandemia en los pacientes oncológicos, manteniéndose también el acceso a cuidados paliativos durante la pandemia.
El impacto detectado «genera una preocupación notable, puesto que los pacientes oncológicos son un colectivo especialmente vulnerable. En primer lugar, se consideran pacientes con un riesgo más elevado de sufrir exacerbaciones si se contagian por Covid-19 y, además, las interrupciones o retrasos que puedan padecer a la hora de recibir los servicios que necesitan pueden tener consecuencias graves en términos de morbi-mortalidad», subraya el texto, cuya elaboración ha corrido a cargo de la Fundación Avedis Donabedian por encargo del Ministerio de Sanidad.
El documento añade que «para dar respuesta a esta preocupación, el Sistema Nacional de Salud ha llevado a cabo una serie de avances», pero «a pesar de esta respuesta ágil, no se ha podido evitar la aparición de una serie de factores que pueden tener consecuencias negativas sobre el control y tratamiento de los pacientes con patología oncológica». Entre ellos, recalca la suspensión provisional de los programas de cribado poblacional, el alargamiento de los tiempos de espera para acceder a los servicios de atención primaria y a las pruebas diagnósticas del cáncer, la reducción de cirugías oncológicas por limitación de acceso a reanimación postquirúrgica, la reconversión de espacios y ocupación de camas de hospitales por pacientes con Covid-19, el freno a algunos ensayos clínicos o el propio rechazo de la población a acudir a los centros sanitarios de manera presencial.
El informe también pone de manifiesto las divergencias autonómicas. Por ejemplo, la cobertura por invitación del programa de cribado de cáncer de mama se redujo en 2020 en Cantabria un 29,8% con respecto a 2019, año anterior a la pandemia. En Navarra, la caída fue del 46,6%, y en Aragón fue del 23%. Por su parte, la cobertura por invitación del programa de cribado de cáncer colorrectal cayó un 72,9% en Navarra y un 60% en Galicia. En Extremadura, en cambio, aumentó un 12%. En lo que se refiere al consumo de medicamentos citostáticos para los enfermos, el descenso en Extremadura fue de un 7,9%, mientras que en la Comunidad Valenciana subió en cambio un 7,4%, y en Cataluña, un 9,8%.
En lo que se refiere al consumo de inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton, el informe detecta un aumento general del 35,6% entre 2020 y 2019. La única excepción es Extremadura, donde se parecía un descenso ligero. Los autores también detectan una reducción del número de pacientes dados de alta hospitalaria con diagnóstico principal oncológico del 12,2% respecto a 2019. En el epígrafe de broncoscopias diagnósticas y biopsias de bronquio, el número de pruebas disminuyó «de forma importante en España. En concreto, las exploraciones cayeron un 23,6%. Sobre las biopsias y otros procedimientos diagnósticos sobre la mama, apunta que el número de pruebas disminuyó un 10,6% respecto al año prepandemia. «Este descenso es notablemente inferior al observado para las pruebas diagnósticas en el cáncer de pulmón. A pesar de ello, sigue siendo una disminución importante, que nos lleva a pensar que se ha podido generar una menor detección del cáncer de mama en estadíos menores». Asimismo, también se redujo el número de biopsias de médula ósea –un 4,5%–, y el de colonoscopias y biopsias –un 15,2%–.
Como conclusión, los autores exponen que entre los tipos de cáncer analizados, el tipo de neoplasia donde la pandemia ha tenido mayor impacto es la de pulmón, pues presenta la mayor disminución tanto en términos de pruebas realizadas como de procedimientos con diagnóstico positivo. A continuación, le siguen el de colon y el de mama, según el documento que verá el Interterritorial.
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