Adiós a la política de "cero covid"
China abre por fin sus fronteras, tras casi tres años de bloqueo, y no exigirá cuarentena
A partir del 8 de enero: también se eliminarán los límites al tráfico aéreo internacional, que desde 2020 se había reducido a menos del 5% de su volumen prepandemia
Después de tres años de estrictas restricciones fronterizas contra la pandemia, las autoridades sanitarias chinas eliminarán las medidas de cuarentena para los viajeros que lleguen al país a partir del 8 de enero. La supresión de este requisito, es un paso decisivo hacia la plena reapertura de los viajes con el resto del mundo, que el gobierno restringió drásticamente en un intento de mantenerse alejado del virus.
Se trata del último gran país en tratar la enfermedad como endémica. Sus medidas de contención han ralentizado su economía a su tasa de crecimiento más baja en casi medio siglo, perturbando las cadenas mundiales de suministro y el comercio. Las restricciones impuestas hasta la fecha han impedido a la mayoría de los chinos viajar al extranjero, han limitado los intercambios diplomáticos cara a cara y han reducido drásticamente el número de extranjeros en China por motivos de trabajo y estudio.
“Debemos lanzar la campaña patriótica de salud de forma más específica, fortificar una línea de defensa comunitaria para la prevención y el control de epidemias, y proteger eficazmente la vida, la seguridad y la salud de las personas”, ha declarado el presidente Xi Jinping.
La Comisión Nacional de Salud (NHC por sus siglas en inglés ) notificó la reducción de las medidas de contención de COVID-19, añadiendo que los viajeros sólo necesitaran una prueba PCR 48 horas antes del vuelo para ingresar en el territorio chino. Hasta ahora los viajeros internacionales se enfrentaban a “5+3″ días de cuarentena cuando visitaban suelo chino, lo que implica cinco días en un lugar designado más tres días de cuarentena en casa. La inminente nueva política será de “0+3″ días, lo que solo obliga a los viajeros internacionales a permanecer en casa o en habitaciones de hotel designadas durante tres días tras su llegada.
De forma “ordenada”y gradual
No obstante, la entrada y salida de pasajeros en puertos marítimos y terrestres se reanudará gradualmente, mientras que los viajes al extranjero de ciudadanos chinos se establecerán “de forma ordenada”.
Asimismo, la gestión china del virus se rebajará a la menos rigurosa categoría B, desde la actual categoría A de máximo nivel, según informó la autoridad sanitaria en un comunicado, debido a que la enfermedad “se ha vuelto menos virulenta y evoluciona gradualmente hacia una infección respiratoria común”. Desde enero de 2020, Pekín había clasificado la COVID-19 como una enfermedad infecciosa de categoría B, pero la gestionaba bajo los protocolos de categoría A, que contemplan patologías como la peste bubónica y el cólera, otorgando a las autoridades locales el poder de someter a cuarentena a los pacientes y sus contactos cercanos y bloquear regiones.
Aumentar la vacunación
Mientras la segunda economía mundial rebaja su gestión del nuevo coronavirus, la NHC reforzará los protocolos de prevención y control de epidemias en instituciones clave como los centros de atención a ancianos. El país aumentará además la tasa de vacunación entre los más mayores y promoverá la administración de segundas dosis entre las personas con alto riesgo de enfermedad grave.
Desde el cierre de las fronteras hasta los frecuentes cierres patronales, tres años de medidas de tolerancia cero han azotado severamente la economía china, fomentando la mayor muestra de descontento público desde que el presidente Xi Jinping asumió el poder en 2012.
Sin embargo, el país dio un brusco giro de 180 grados a su política este mes, eliminando casi todas las restricciones nacionales en materia de Covid, en una decisión que ha dejado a los hospitales y crematorios de todo el país en apuros para lidiar con una feroz oleada nacional de infecciones. Algunos estudios han calculado que alrededor de un millón de personas podrían morir en los próximos meses. La población se enfrenta ahora a la escasez de medicamentos, mientras que los servicios médicos de urgencias se ven desbordados por la afluencia de pacientes ancianos insuficientemente vacunados.
Mientras, las autoridades anunciaron que dejarían de publicar estadísticas diarias de infecciones y muertes en todo el país, en medio de la preocupación de que la floreciente ola de infecciones no se esté reflejando con exactitud en las estadísticas oficiales.
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