Educación
El abandono escolar aumenta por primera vez en 13 años
Las autonomías costeras encabezan los peores datos. La tendencia entre las mujeres cambia y sube por primera vez
El abandono escolar ha sido siempre uno de los grandes caballos de batalla de la educación española. Después de la crisis de 2008, España registró unas cifras alarmantes: uno de cada tres jóvenes dejaba los estudios sin terminar la ESO o bien no continuaba con el Bachillerato o la FP. En los últimos años, el porcentaje ha ido bajando hasta registrar cifras inéditas, pero esa línea que dibujaba una gráfica descendente en las estadísticas del Ministerio de Educación y FP parece haber frenado en seco y cambiado de tendencia al registrar un 13,9% de abandono, según los últimos datos del Ministerio obtenidos del avance de resultados de 2022 de la Encuesta de Población Activa. Sería la primera vez que el abandono escolar aumenta después de 13 años bajando, desde la crisis de 2008.
El dato supone un incremento de 0,6 puntos porcentuales con respecto a 2021 y una tasa del 13,9% nos sitúa muy lejos de la media de la UE-27, que es del 9,7%.
Los datos sorprenden en la medida en que «los de los dos primeros trimestres de 2022 eran buenos y apuntaban en la dirección de una disminución de la tasa de abandono. Fue el dato del tercer trimestre de 2022 el que supuso un aumento muy importante en la tasa, una desviación que el dato del 4º trimestre de 2022 no ha logrado corregir», explica Ismael Sanz, Visiting Senior Fellow de la London School of Economics. ¿Qué ha podido ocurrir entonces? «El Ministerio de Educación se ha podido dejar llevar por inercia de los buenos datos que venían produciéndose desde 2008, con bajadas continuas en la tasa de abandono, y por los buenos datos educativos durante la pandemia. Eso ha podido llevar al Ministerio de Educación y FP a no tomar medidas educativas nuevas y creer que la situación educativa seguía siendo favorable». Es más, Sanz cree que «el efecto de la pandemia en los indicadores educativos (con mejoras en la tasas de aprobados) se ha diluido. Es decir, que las mejoras en indicadores educativos durante la covid-19 y en los meses posteriores han sido un espejismo».
Elena Sintes, Jefa de proyectos de la Fundación Jaime Bofill, considera, sin embargo, que no estamos asistiendo a una situación de cambio de tendencia. Al igual que Sanz, opina que «posiblemente, el último dato que manejábamos y que reflejaba una bajada se trataría de un efecto pandemia, no fue realista, y ahora estaríamos a los datos que nos correspondían». No obstante, también considera que «el aumento de la tasa puede estar vinculado a un incremento de las oportunidades en el mercado de trabajo. España es muy sensible a la evolución del mercado laboral y con una mejora era esperable un cierto repunte, pero dudo que esta tendencia al alza en el abandono cambie mucho en los próximos años».
En opinión de Sintes, los datos de abandono habían mejorado mucho en los últimos años, entre otras cosas por el incremento de la oferta de FP, que volvió a enganchar al sistema a muchos jóvenes que en otros tiempos dejaban los estudios. Sin embargo, la nueva situación, «requiere intervenciones más precisas en colectivos de más vulnerabilidad social y que más fácilmente abandonan el sistema. Ahora ya no depende tanto de que haya más oportunidades de trabajo, sino de que haya mejor sistema de orientación y sistema de becas. Se trataría de aplicar medidas más intensivas entre los estudiantes de mayor riesgo porque las políticas más genéricas no son suficientes. Necesitamos un sistema que retenga a los alumnos».
Repunte en mujeres
Si atendemos al género, los datos siguen dejando peor parados a los hombres que a las mujeres. En el año 2022 la diferencia entre el dato de los hombres (16,5%) y el de las mujeres (11,2%) sigue siendo muy significativa (5,3 puntos porcentuales), pero es que, si analizamos los datos a lo largo del tiempo, esas diferencias se han ido ampliando. Así, si consideramos las proporciones entre ambos sexos, el porcentaje de abandono de los hombres supera al de las mujeres en un 46,8% en 2022, cuando en 2012 lo hacía en un 41,2%.
Pero sin duda, lo llamativo de estos últimos datos es que, si bien la tasa de abandono ha disminuido ligeramente en los hombres (0,2 puntos porcentuales menos) para las mujeres ha aumentado en 1,5 puntos porcentuales, lo que supone también un cambio inédito en la última década.
En las comunidades autónomas también se observan grandes diferencias en cuanto a las tasas que registran de abandono temprano. A la cabeza de España por bajo abandono se encuentra País Vasco, con un 5,6%, estando también por debajo de la media de la UE 27 de 2021 (9,7%), Comunidad Foral de Navarra (5,7%) y Cantabria (8,9%), y muy próximas Galicia (9,9%) y Castilla y León (9,9%). Otras siete comunidades se sitúan por debajo del 15% y otras siete quedarían entre el 15% y el 19%. Madrid ocuparía el puesto número doce, con un 13,2%, mientras que Cataluña sale entre las tres Comunidades peor paradas (16,9%), aunque en el furgón de cola se sitúa Murcia, con un 18,7% de abandono.
La Jefa de proyectos de la Fundación Jaime Bofill cree que el aumento del abandono es más intenso en las comunidades costeras, donde el turismo ha vuelto a resurgir tras la pandemia, precisamente por esa mayor oportunidad de acceder a una ocupación de manera rápida, un motivo que podría explicar también porqué en las chicas se ha producido ese repunte. De ahí que Comunidad Valenciana, Cataluña, Baleares y Murcia sean las comunidades autónomas con mayor tasa de jóvenes que abandonan los estudios.
¿Qué han hecho otros países?
Lo cierto es que los expertos consideran que las cifras que se han conocido añaden preocupación al ya inquietante fenómeno del abandono educativo temprano en España. Francisco López Rupérez, Director de la Cátedra de Políticas Educativas de la UCJC y expresidente del Consejo Escolar del Estado, ha puesto el foco en el hecho de que hay comunidades autónomas como Baleares y la Comunidad Valenciana que experimentan un incremento de 2,9 y 2,8 puntos, respectivamente, y las mujeres aumentan en total 1,5 puntos. En su opinión, «la vinculación de este fenómeno con el paro juvenil -con tasas que superan en España el treinta por ciento- es una consecuencia de que, en el actual contexto, sin formación no hay empleo. Sectores que antes no requerían de cualificación ahora demandan formación. Conviene recordar que en 2009 España y Portugal estaban empatadas en abandono educativo temprano, con una tasa próxima al 30%. Diez años después Portugal había logrado la convergencia con la UE y en 2021 había rebajado a 5,9 dicho porcentaje, situándose muy por debajo del 9,7 % que presentaba la UE-27».
Rupérez pone a Portugal como ejemplo a seguir. ¿Qué ha hecho el país vecino que no hayamos aplicado nosotros? «Aplicar, desde 2011, la extensión de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años, mejorar sus resultados escolares y fortalecer a un tiempo su formación profesional. Existen argumentos empíricos suficientes como para establecer una relación de causa-efecto entre la ampliación de la edad de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años y la reducción progresiva del abandono educativo temprano. Ya en 2014 el Consejo Escolar del Estado hizo una recomendación al Gobierno en tal sentido; pero han aparecido nuevos datos que confirman la validez de la propuesta. Ha llegado la hora de retomarla».
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