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Estudio

El 33% de los jóvenes se haría la cirugía estética

El impacto de las redes sociales castiga su autopercepción

Las intervenciones de cirugía estética de la cara larazon.

Vivimos en un mundo en el que la imagen cobra más importancia que ningún otro aspecto. Las redes sociales están plagadas de fotografías y vídeos de jóvenes con rostros de porcelana, abdominales dignos del David de Miguel Ángel y siluetas de pasarela. Si a esta situación le sumamos la creciente adicción de los adolescentes a este tipo de contenidos, no resulta difícil entender por qué un tercio de los chicos y chicas en España quiere someterse a una operación estética, según un estudio publicado ayer por Plan International.

Ansían parecerse a lo que ven en las redes. La naturalidad, la diferencia y la autenticidad parecen ya cosa del pasado. De hecho, en numerosas clínicas estéticas cuentan que varios jóvenes (y otros no tanto) llegan con la imagen de su «influencer» de referencia y piden al especialista replicar sus rasgos. «El cuerpo se presenta como una fuente constante de preocupación en los jóvenes. El 70% asegura haber sido objeto de críticas por su aspecto físico, si bien la presión es mayor en las chicas. Casi la mitad se compara con cuerpos que aparecen en redes sociales», señalan los autores del estudio «Así somos. El estado de la adolescencia en España».

De nuevo, el informe pone de manifiesto la presión que las nuevas generaciones sufren por el imperio de las redes sociales en nuestra vida cotidiana.

Además, cada vez son más conscientes de los riesgos asociados al uso de sus imágenes en internet. El 84% de las chicas de 12 a 16 años, según el estudio, temen que su imagen sea utilizada para crear contenido sexual falso mediante inteligencia artificial, y el 72% de los chicos de 12 a 21 años muestran preocupación por ser acusados injustamente de acoso o violencia de género. Sin embargo, en la práctica, se muestran mucho más despreocupados. No es raro ver grupos de jóvenes que se reúnen expresamente para hacerse sesiones de fotos en las puestas de sol con poses dignas del mejor post y compartirlas a través de sus perfiles personales.

Una vez más, la cara y la cruz del mundo virtual se hacen evidentes: un espacio que redefine no solo la imagen, sino también las relaciones, donde la verdad y el artificio se mezclan hasta el punto de dificultar discernir entre realidad y ficción.

Esta dualidad provoca, como es lógico, un impacto en la salud mental, sobre todo en los más jóvenes, que aún están en pleno desarrollo y formación de su cerebro, su conducta y sus relaciones.

En el informe de Plan International, al ser preguntados por su salud mental, el 15% de las chicas declara tener problemas de este tipo, el doble que los chicos (7%). Además, casi 4 de cada 10 chicas dicen haber sufrido ataques de ansiedad o pánico, frente al 23% de los chicos. La percepción de haber sufrido depresión también es más frecuente en ellas (26%) que en ellos (17%).

Lo mismo ocurre con los pensamientos suicidas (23%) y los trastornos de la conducta alimentaria (22%), cuya prevalencia entre las chicas es casi el doble. Cerca de dos de cada diez jóvenes presentan signos de adicción tecnológica (18% de ellas y 17% de ellos).

Entre sus preocupaciones más terrenales destaca la violencia. El informe señala que la sexual afecta más a las chicas, con una incidencia que aumenta con la edad. El 22% de las jóvenes de 17 a 21 años ha sufrido acoso o violencia de este tipo, y más de un tercio conoce a alguien cercano que ha pasado por una experiencia similar.

Algunos chicos expresan temor ante una eventual «pérdida de privilegios» y, aunque la mayoría rechaza la violencia de género, aún persisten actitudes normalizadas. Por ejemplo, preguntados sobre la opinión de que un chico revise el móvil de su novia, solo el 53% de ellos lo considera inaceptable.

Otro de los grandes retos que afronta la Generación Z es cómo lidiar con la Inteligencia Artificial, que cada día se integra más en la vida cotidiana. «Solo el 14% de los encuestados dice no haberla utilizado durante el último mes. Aunque la mayoría, el 60%, reconoce usarla como herramienta de apoyo en sus estudios, un 18% de las chicas y un 12% de los chicos recurre a ella para hablar y contarle sus cosas», explican los investigadores.

Un testimonio recogido en el informe resulta revelador: el de una chica de 18 años que afirmó: «A veces pregunto a la IA cosas porque con mi familia sí puedo hablar, pero prefiero no hacerlo».

Este nuevo estudio pone en relieve un problema que ya lleva tiempo sobre la mesa: cómo educar a una juventud más interesada en conversar con un «chatbot» que con su familia o amigos.