España

78 menores de tres años viven en prisión con sus madres

El número de niños conviviendo en cárceles con sus progenitoras ha ido bajando gradualmente. Hace 10 años, España llegó a registrar a 183 menores de 3 años viviendo en estas condiciones.

La Asociación Ampara ha organizado un campamento de verano que acoge a 32 pequeños y 16 adultos durante seis días y que se realiza en Santa María de la Huerta, en Soria. Foto: Tomada de Asociación Ampara.
La Asociación Ampara ha organizado un campamento de verano que acoge a 32 pequeños y 16 adultos durante seis días y que se realiza en Santa María de la Huerta, en Soria. Foto: Tomada de Asociación Ampara.larazon

El número de niños conviviendo en cárceles con sus progenitoras ha ido bajando gradualmente. Hace 10 años, España llegó a registrar a 183 menores de 3 años viviendo en estas condiciones.

78 niños con menos de tres años comparten prisión con sus madre en España. Otros 10 niños mayores a esa edad residen en viviendas que dependen de centros penitenciario esto según datos de Instituciones Penintenciarias facilitados a Europa Press, con corte al primer semestre de este año.

El número de niños conviviendo en cárceles con sus progenitoras ha ido bajando gradualmente. Hace 10 años, España llegó a registrar a 183 menores de 3 años viviendo en estas condiciones.

Las madres que cuidan a sus hijos se acogen a lo estipulado en el artículo 38 de la Ley Orgánica General Penitenciaria que contempla el derecho de las madres con condenas, a mantener a sus hijos con ellas hasta que cumplan los tres años. Después de esta edad se considera que el niño es capaz de generar recuerdos y vivir en una prisión puede interferir en su desarrollo.

Por ello deben abandonar la Unidad de Madres y son enviados a vivir con familiares o a una vivienda dependiente -pequeños hogares para internas en régimen de semilibertad- con la madre. Como fue el caso de la etarra Sara Majarenas, quien en el 2017 obtuvo un permiso, de acuerdo a las excepcionales circunstancias, para vivir con su hija en un centro de la Fundación Padre Garralda-Horizontes Abiertos dependiente de la cárcel de Aranjuez (Madrid).

Según explica Europa Press, cuando ninguna de estas dos opciones son viables, los niños quedan bajo tutela de la administración, pero es poco común.

A escala nacional existen tres prisiones con módulos para madres y una con módulo para familias que tienen ambos padres encarcelados y que son gestionados y reciben ayduas de ONGs autorizadas. Una de ellas es la Asociación Ampara que en Madrid, bajo el proyecto Malala, atiende a los menores de tres años que residen en el centro penitenciario de Aranjuez y la Unidad de Madres Victoria Kent, mientras que sus madres, y en ocasiones también padres, están cumpliendo condena.

Este año, por cuarta vez, esa asociación ha organizado un campamento de verano que acoge a 32 pequeños y 16 adultos, la mayoría son madres aunque también hay padres, que obtuvieron un permiso especial para salir de la cárcel y compartir con sus hijos -en libertad- durante seis días. Se realiza en Santa María de la Huerta, en Soria.

Las actividades, que cuenta con ayuda de más de 40 voluntarios que recogen en autobuses a los niños y madres en el centro penitenciario correspondiente, incluyen salida a la piscina municipal más cercana, excursiones, visitas culturales a los adultos, juegos, gymkhanas, talleres emocionales a las madres, entre otros "Son días en los que todos los participantes fomentan principalmente la afectividad y responsabilidad entre todos, pero principalmente los niños pueden pasar unas mini vacaciones fuera de todo ámbito penitenciario", informa la asociación en su sitio web.

Pero no todos los adultos obtienen un permiso. Para recibirlo debe haber cumplido la mayor parte de la condena, superan la evaluación del centro y esperar que un juez lo autorice. En el caso de que no lo obtengan y el niño tenga más de 10 meses, si la madre está de acuerdo, la Asociación se lo lleva y le atiende un voluntario.