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Abrir los ojos y el corazón a los más débiles

Su mirada constante sobre los más frágiles nos ha ayudado mucho a todos los cristianos. Su Pontificado ha sido una invitación a vivir plenamente el Evangelio a través

del amor

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Papa FranciscoEuropa Press

El Papa Francisco mostró desde el inicio de su Pontificado una enorme debilidad por todas las personas en situación de vulnerabilidad. Las personas refugiadas, en exclusión social, privadas de libertad o migrantes ocuparon un lugar privilegiado en el corazón de Francisco. Su mirada constante sobre los más frágiles nos ha ayudado mucho a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad a centrarnos en la realidad de muchas personas que a día de hoy no tienen acceso a derechos fundamentales que les permitan llevar una vida digna. Durante estos 12 años, su Magisterio también nos ha permitido tomar conciencia de que la pobreza es fruto de la injusticia social, la miseria moral y la indiferencia generalizada.

Para Cáritas, el Pontificado de Francisco a lo largo de estos doce años ha sido una invitación a vivir plenamente el Evangelio a través del amor y el servicio a las personas que más sufren la desigualdad y la pobreza.

La relación de Francisco con Cáritas ha sido muy cercana. El Papa se ha empeñado mucho estos años en animar a Cáritas en su trabajo. Con motivo de la celebración en el año 2022 de nuestro 75 aniversario, el Santo Padre nos marcó un itinerario muy claro: nos pidió que siguiéramos el camino de los últimos, de la misericordia y de la renovación.

Lo que propuso el Papa a Cáritas va en la línea de lo que ha pedido también a toda la Iglesia: salir al encuentro de las personas en situación de vulnerabilidad y no esperar a que golpeen a nuestras puertas. Acompañarlas hacia su desarrollo integral con el estilo de Dios, que es el de la misericordia, la compasión y la ternura. Y no tener miedo a emprender caminos de renovación ante esas nuevas realidades de pobreza que van surgiendo y que requieren que sigamos cuidando tanto a las personas como a nuestra casa común.

A lo largo de su pontificado, Francisco respondió con compasión, ternura y misericordia a los problemas del mundo, y nos inspiró con su dedicación a las personas a quienes nosotros servimos: los pobres, los desplazados y todos aquellos que exigen justicia y poner fin a los sufrimientos.

Hay muchos gestos del Papa que podrían ser considerados hitos. Me viene a la memoria uno que refleja muy bien una de sus mayores preocupaciones: la grave vulneración de derechos humanos que sufren las personas migrantes.

En una de mis visitas al Vaticano con motivo de la audiencia con el Papa con motivo del 75 aniversario de Cáritas tuve la oportunidad de pasear por él. En uno de los patios, el patio Balvedere en la entrada del Palacio Apostólico hay una cruz con un chaleco salvavidas.

El chaleco se lo habían entregado al Papa un grupo de socorristas y pertenecía a un migrante que había desaparecido en el mar sin que nadie supiera quién era y de dónde venía. Con esa cruz el Papa nos sigue recordando hoy después de su muerte que debemos tener los ojos y el corazón bien abiertos para no olvidar el compromiso de salvar, acoger e integrar toda vida humana. Un deber moral que une a los creyentes y a los no creyentes.

El otro gesto fue la institución en 2017 de la Jornada Mundial de los pobres. Una idea sencilla, pero eficaz, que nos ha ayudado a identificar de forma clara la pobreza y también a que todos tomemos conciencia de que su erradicación es una tarea de todos.

El magisterio del Papa Francisco ha sido una fuente permanente de estímulo para Cáritas. En su exhortación apostólica «La alegría del Evangelio» –el primer documento programático de su Pontificado–, el Papa puso en el centro «una Iglesia pobre y para los pobres». Desde el inicio, el Santo Padre nos presentó una Iglesia que en sus actitudes y en su estilo de vida se identifica con el núcleo más genuino del Evangelio de Jesús.

Para Cáritas, su pontificado a lo largo de estos doce años ha sido una invitación a vivir plenamente el Evangelio a través del amor y el servicio a las personas que más sufren la desigualdad y la pobreza. ¡Gracias, muchas gracias, Papa Francisco por tu larga y fecunda vida! Descansa ya en la paz eterna.

Manuel Bretón es presidente de Cáritas Española