Salud

Alergia alimentaria, un problema que hay que normalizar en los niños

Es fundamental que el círculo de familiares y amigos más cercano conozca qué alimentos puede tomar el niño y cómo actuar en caso de ingesta accidental

Alergia alimentaria
Alergia alimentariaGtres

Hay padres que, cuando sus hijos pequeños tienen una fiesta de cumpleaños, o a una excursión escolar, llevan con ellos una lista de alimentos que los niños no pueden comer y una “mochila” de medicinas por si tuviera alguna reacción si los comiera. Son los padres de niños con alergia alimentaria, un problema que ha ido en aumento en los últimos años. Sucede cuando el sistema inmunitario identifica de forma equivocada un alimento concreto o una sustancia del alimento que se ingiere, como algo dañino y hace que las células liberen un anticuerpo, la inmunoglobulina E (IgE) paraneutralizar el alérgeno. Así la próxima vez que se consuma la más mínima cantidad de ese alimento o sustancia, los anticuerpos IgE lo detectaran y avisarán al sistema inmunitario para que liberehistamina, la sustancia química que causa los síntomas de la alergia.

En estos casos, el sistema inmune del organismo del niño reacciona de forma exagerada a esos alimentos provocando reacciones que pueden ser desde leves a severas. Los síntomas más comunes ante una reacción alérgica alimentaria suelen ser problemas en la piel como eczema o dermatitis atópica, urticaria, e hinchazón, provocando picor. Problemas de respiración con estornudos, sonidos silbantes al respirar y estrechamiento de la garganta, así como síntomas estomacales (vómitos, náuseas y diarrea) y circulatorios (piel pálida, sensación de mareo y pérdida de conocimiento). Si estos síntomas afectan a varias partes del cuerpo, la reacción puede llegar a ser muy grave severa y provocar en el niño un shock anafiláctico, una reacción alérgica grave que puede poner en peligro su vida.

La alergia alimentaria afecta al 8 por ciento de los niños menores de 5 años y al 4 por ciento de los adultos. Este tipo de alergia no tiene cura pero algunos niños la superan cuando crecen. Desde el Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid, la doctora Ana Pérez Montero, jefe del Servicio de Alergología del centro explica que “la alergia alimentaria es una patología que condiciona la calidad de vida de los pacientes, sus familiares cuidadores y amigos pues los padres no pueden dejar a su hijo con cualquier familiar y cuando lo hacen deben dejar todas las indicaciones e instrucciones de lo que puede o no comer el niño además del kit de medicamentos, incluido la adrenalina. Pocos familiares asumen esta responsabilidad por miedo a no ser capaces de actuar adecuadamente si el niño tiene una reacción alérgica”.

Ana Pérez Montero, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid
Ana Pérez Montero, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud de MadridQuirónsalud

Aunque cualquier alimento puede provocar una alergia, la leche de vaca, los huevos, la soja, el trigo, pescado como el atún, el salmón o el bacalao, el marisco y algunos frutos secos como las nueces, los anacardos, los pistachos y los cacahuetes son los que causan más reacciones alérgicas. Generalmente, la alergia alimentaria suele desaparecer en la primera infancia, entre un 80 y un 90 por ciento de las alergias al huevo, la leche de vaca, el trigo y la soja desaparecen cuando el niño cumple cinco años. También la alergia a los cacahuetes, desaparece en uno de cada cinco niños, sin embargo, con otros alimentos, como las nueces y el marisco, la alergia es más persistente, lo que puede provocar en los niños cierto rechazo a la hora de comer un alimento que no está en “su lista”. “En los últimos años estamos viendo que niños pequeños tienen miedo a ingerir alimentos nuevos y en casos severos algunos niños precisan ayuda psicológica para enfrentarse a este problema, pero cuando son adolescentes, los padres nos refieren que tienen miedo a que les pase algo fuera de casa y no estén ellos para administrarles la medicación adecuada”, añade la doctora Pérez Montero.

Ante estos temores que existen en padres e hijos con alergias a alimentos, es fundamental que el círculo de familiares y amigos más cercano conozca qué alimentos puede tomar el niño y cómo actuar en caso de ingesta accidental, cómo y en qué momento administrar la medicación. Es importante explicar tanto a los padres como a los niños, que tienen que aprender a vivir con esta alergia, “llevar una vida lo más normal posible siempre con la máxima responsabilidad y evitar el estrés, si los niños notan que los padres están nerviosos pueden reaccionar peor” puntualiza la alergóloga. Para que los niños no se sientan desplazados, la Sociedad Española de Alergología organiza unos campamentos para niños asmáticos y alérgicos donde monitores y alergólogos enseñan a estos niños a utilizar la medicación que necesitan y a no sentirse diferentes, como cuando en el colegio los sientan en las mesas “para alérgicos”. De ahí la importancia de tratar la alergia tanto la parte física como la mental.

También existen enfermedades relacionadas con los alimentos como son las intolerancias o sensibilidad a ciertos alimentos o sustancias que no deben confundirse con las alergias alimentarias ya que en estos casos, el sistema inmunitario no es el causante del problema. Por ejemplo, la intolerancia a la lactosa suele confundirse con una alergia a los alimentos y, sin embargo, esto sucede porque la persona tiene problemas para digerir el azúcar de la leche, la lactosa, lo que provoca dolores de estómago, hinchazón abdominal y diarreas.