Papel
Ángel rehuía a su pareja
El padre del niño vivió sabiendo que podría estar durmiendo estos días con la asesina de su hijo
El padre del niño vivió sabiendo que podría estar durmiendo estos días con la asesina de su hijo.
No sólo las hipótesis de los investigadores apuntaban a Ana Julia Quezada como la principal sospechosa: hasta el padre de Gabriel recelaba de su propia pareja. Según fuentes consultadas por LA RAZÓN, Ángel Cruz podría haber sabido de la culpabilidad de Ana Julia desde el momento en que hallaron la camiseta interior de su hijo, el pasado sábado 3 de marzo.
Ese día habría comenzado a albergar dudas que se fueron tornando más serias a medida que se sucedían las investigaciones y los comportamientos erráticos. Cuando la policía acudió a los padres de Gabriel el pasado viernes para trasladarles que su principal hipótesis señalaba a Ana Julia como culpable, Ángel confesó que ya lo presagiaba.
Fue la madrastra quien encontró la prenda del menor –posteriormente analizada por la policía científica, que localizó trazas del ADN de Gabriel– junto a los acantilados de Las Negras, una pedanía de Níjar (Almería).
Sin embargo, este sitio ya había sido rastreado de manera exhaustiva unas horas antes y miles de personas habían peinado la zona. Es más, se encontraba a cuatro kilómetros del lugar donde el pequeño había sido visto por última vez. Todos estos indicios, junto con el hecho de que la prenda estuviera completamente seca (a pesar de que había estado lloviendo) generaron las primeras conjeturas por parte de la Guardia Civil e, incluso, por parte de Ángel Cruz.
La presunta asesina sostuvo que, durante la batida, no se había separado de Ángel. Aseveró que la prenda la encontraron juntos, aunque admitió también que ella fue quien la había visto primero. De hecho, en un principio, ambos declararon, de manera conjunta, que habían hallado la camiseta a la vez.
Sin embargo, posteriormente, Ángel se percató de que no había sido así y declaró que él estaba a unos pocos metros de distancia, detrás de ella. Desde allí no habría podido ver si su pareja colocaba la prenda. Entre las búsquedas, durante tantas horas, «cada uno estaba un poco a lo suyo», indican fuentes cercanas al entorno familiar.
Desde el día en que Ana encontró la camiseta, Ángel hizo todo lo posible por llevar una relación normal a pesar de todo: ambos convivieron juntos en la casa de la abuela, Ana llevaba a Ángel en el coche cuando se dirigían a hacer las batidas... todo con el fin de que la ahora detenida no sospechara nada.
Los malos presagios de Ángel se incrementaron a medida que Ana perdió el móvil no una, sino dos veces. También había borrado archivos de su ordenador antes de entregárselo a la policía. Fuentes cercanas a la familia han asegurado que Ángel echó en falta las llaves que abrían la finca de Rodalquilar, de donde Ana Julia sacó el cadáver del menor para trasladarlo en su coche.
A Ángel Cruz le hemos visto junto a su pareja cuando, en teoría, nadie sospechaba nada. No obstante, durante los últimos días se habría mantenido alejado de Ana Julia y habría tratado de pasar con ella el menor tiempo posible. De hecho, el domingo no se dirigieron la palabra.
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