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COVID-19

Así son las dos nuevas variantes del COVID-19 que podrías confundir con un virus

Nimbus y Stratus elevan los contagios sin aumentar la gravedad, pero desafían el diagnóstico clínico

Nimbus y Stratus elevan los contagios sin aumentar la gravedad, pero desafían el diagnóstico clínico Freepik

El Sistema de Vigilancia de Infecciones Respiratorias Agudas ha detectado un repunte significativo en la incidencia de casos, alcanzando 65 por cada 100.000 habitantes, lo que supone el máximo anual hasta la fecha. Este aumento coincide con la aparición de dos subvariantes descendientes de Ómicron: Nimbus y Stratus, que han comenzado a dominar el escenario epidemiológico en varios países.

A pesar del crecimiento sostenido, los expertos insisten en que no se trata de una ola grave, gracias a la inmunidad acumulada por vacunaciones previas y contagios anteriores. Sin embargo, la sintomatología de estas variantes puede inducir a error en el diagnóstico, al presentar signos que se asemejan a infecciones digestivas o respiratorias comunes.

La subvariante Nimbus, también conocida como NB.1.8.1, destaca por su alta transmisibilidad, aunque no se asocia a cuadros clínicos más severos. Sus síntomas incluyen tos persistente, fiebre alta, alteraciones del gusto y olfato, dolor de garganta intenso descrito como “una cuchilla al tragar”, fatiga, rinorrea, dolores musculares y cefaleas, además de diarrea, náuseas y estreñimiento, lo que ha llevado a muchos pacientes a confundirla con una infección gastrointestinal.

Por su parte, la variante Stratus, identificada como XFG, se caracteriza por la ronquera y el cambio en el timbre vocal, tornándolo áspero. Aunque comparte síntomas clásicos como fiebre, tos y dolor de garganta, la alteración de la voz se ha convertido en un marcador clínico distintivo que permite diferenciarla de otras afecciones respiratorias.

Las autoridades sanitarias recomiendan mantener una vigilancia activa, realizar pruebas específicas para confirmar el diagnóstico y considerar el SARS-CoV-2 en cuadros que incluyan síntomas digestivos junto a signos respiratorios. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y agencias nacionales como la UKHSA continúan evaluando el impacto de estas variantes, que si bien no aumentan la letalidad, sí complican la detección temprana y podrían requerir ajustes en las estrategias de prevención