Entrevista

"El avance en biomarcadores es clave para mejorar la evolución de los pacientes con esclerosis múltiple"

La doctora Laura Otero, del Instituto de Investigación Biomédica IdiPAZ, abre nuevas vías para controlar los efectos de la enfermedad

Laura Otero, científica del Instituto de Investigación Biomédica IdiPaz.
Laura Otero, científica del Instituto de Investigación Biomédica IdiPaz.Cedida

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica que afecta a 2,8 millones de personas en todo el mundo. Un 80% de los casos son diagnosticados antes de los 40 años y un 50% antes de los 30. Al tener un profundo impacto en la calidad de vida de los pacientes, los científicos aceleran las investigaciones para adelantar lo máximo posible su detección y así tratar de controlar sus efectos. La doctora Laura Otero, junto al equipo que dirige en IdiPAZ, el Instituto de Investigación Hospital Universitario La Paz, centra sus trabajo en los biomarcadores de diagnóstico y de respuesta a los tratamientos al tiempo que profundiza en el conocimiento de la patogenia de la enfermedad.

¿Qué papel juega el uso de los biomarcadores en el diagnóstico temprano de la EM?

Los biomarcadores son de enorme utilidad en las distintas situaciones clínicas de la esclerosis múltiple y el diagnóstico es una de ellas. Este se realiza siguiendo los criterios McDonald que se apoyan en el uso de dos tipos de biomarcadores. Según estos criterios, para establecer si una persona padece EM es necesario cumplir dos condiciones: la aparición de, al menos, dos lesiones en distintas localizaciones anatómicas del sistema nervioso central y que estas lesiones se hayan producido en diferentes momentos de la enfermedad. La evaluación de estas características en los pacientes se lleva a cabo utilizando un biomarcador de imagen obtenido por resonancia magnética. El segundo biomarcador es molecular y consiste en analizar la presencia de bandas oligoclonales en el líquido cefalorraquídeo de los pacientes. Mediante el uso de estos dos marcadores biológicos se puede realizar un diagnóstico temprano de la enfermedad.

La EM es una enfermedad increíblemente compleja ¿Cuáles son las evidencias más significativas sobre su origen?

No sabemos con certeza como se origina la enfermedad. La hipótesis más aceptada por la comunidad científica es que es una patología multifactorial que aflora cuando personas con cierta susceptibilidad genética son expuestas a algunos factores ambientales -entre los que se encuentran el déficit de vitamina D, las infecciones por algunos herpes como el Epstein-Barr o el citomegalovirus, algunas infecciones bacterianas o desajustes en la microbiota intestinal-. La suma de estas dos condiciones desencadena una alteración en el sistema inmunitario del paciente. Debido a esta alteración, las células inmunológicas de nuestro sistema de defensa atacan con todo su armamento al sistema nervioso central, como si de un agente infeccioso se tratase. Pero no se detiene aquí. Esta respuesta del sistema inmunitario produce lesiones cerebrales y en la médula espinal que son las que conducen a distintos grados de discapacidad en la persona que las sufre.

¿La detección temprana de la EM es determinante para le evolución de esta enfermedad?

Sí, pues favorece un inicio precoz del tratamiento modificador de la enfermedad. Esta premura en el inicio de la terapia permite disminuir la actividad del sistema inmunológico antes de empezar a dañar el sistema nervioso central, lo que ayuda a mejorar el pronóstico y la calidad de vida del paciente.

¿Se puede saber si una persona la padece o tiene riesgo de padecerla con un simple análisis de sangre?

Actualmente no disponemos de ningún biomarcador sanguíneo que permita diagnosticar pacientes con EM ni predecir el riesgo de padecer la enfermedad. En esta línea, nuestro equipo de investigación está trabajando en el análisis del posible papel de las vesículas extracelulares del sistema inmunológico como biomarcador sanguíneo que ayude a incrementar la precisión diagnóstica. Este biomarcador ofrece una alternativa menos invasiva que el protocolo actual.

¿En que otros avances trabajan?

Se está realizando un gran esfuerzo en investigación orientado a describir aquellos genes involucrados en la enfermedad como factores predisponentes. Cuando estos genes se identifiquen, con un análisis sanguíneo se podrían seleccionar aquellos pacientes que tienen susceptibilidad genética de desarrollar la enfermedad.

En España, 2.000 personas son diagnosticadas con esta enfermedad al año, ¿es una enfermedad que está relacionada con la edad o el sexo o afecta de manera indiscriminada?

Aproximadamente el 50% de las personas con EM se diagnostica antes de los 30 años y, además, es más prevalente en las mujeres que en los hombres. La relación de prevalencia ha aumentado notablemente durante las últimas décadas, llegando a ser casi el triple en mujeres que en hombres. Además, la mayoría de los tratamientos están contraindicados en el embarazo y la lactancia. Cuando se suspenden los tratamientos antes del embarazo, el 20-30% de las mujeres sufre recaídas en el período posparto. Para mejorar esta situación, desde el campo de la investigación se está apostando por estudios enfocados a desvelar de forma precisa los mecanismos de la enfermedad que acontecen de forma diferencial en mujeres embarazadas.

En los últimos años ha habido importantes hitos terapéuticos, como anticuerpos monoclonales que ralentizan el deterioro motor y cognitivo de los pacientes con EM. Sin embargo, la enfermedad casi siempre vuelve (el 75% de los pacientes tiene EM recurrente) ¿Por qué es tan difícil de vencerla?

Ninguna de las terapias es curativa ya que están basadas en la modulación del sistema inmunológico y tienen como objetivo frenar su respuesta agresiva contra el sistema nervioso central. En ocasiones, algunos pacientes continúan con la enfermedad activa después de iniciar un tratamiento. Cuando esto ocurre, se considera un fracaso del tratamiento. En estos pacientes, un biomarcador que anticipe esta situación ayudaría a realizar el cambio de la terapia antes de que el sistema inmunológico conduzca a nuevas lesiones en el sistema nervioso. En nuestro equipo estamos trabajando para encontrar un biomarcador que ayude a definir el tratamiento más adecuado para cada paciente.