
Conservación
Ni en el cartón ni en la puerta de la nevera: la forma correcta de conservar los huevos en el frigorífico
Guardar mal este alimento puede ser peligroso para la salud

La refrigeración es una de las formas más efectivas de conservar los alimentos que consumimos a diario. Gracias a la nevera, podemos extender la vida útil de frutas, verduras, carnes, lácteos y otros productos frescos, reduciendo el desperdicio y asegurando su inocuidad. Sin embargo, no basta con simplemente “meterlo en la nevera” porque el modo y el lugar donde se almacena cada alimento puede marcar la diferencia entre mantener su frescura o favorecer su deterioro.
Uno de los alimentos más comunes y a la vez más delicados son los huevos. Son un ingrediente básico en la mayoría de hogares. Pero también pueden ser un foco de bacterias peligrosas si no se conservan bien. Aunque parezca una acción sin complicaciones, guardar los huevos correctamente en el frigorífico es clave para evitar riesgos y prolongar su frescura.
¿Por qué no deberías guardarlos en el cartón ni en la puerta?
Es muy habitual llegar del supermercado y meter el cartón de huevos directamente en la puerta del frigorífico. Tiene sentido, ya que muchos modelos incluyen un soporte especial para ello. Pero ese lugar, en realidad, es el menos adecuado para su conservación. Cada vez que se abre la puerta, se produce un cambio brusco de temperatura, que puede facilitar la aparición de bacterias y acelerar su descomposición.
Tampoco es buena idea dejarlos dentro del cartón original. Aunque este protege los huevos durante el transporte, puede contener suciedad, microorganismos o residuos del entorno en el que se almacenaron en el comercio. La mejor opción es trasladarlos a un recipiente limpio, cerrado y de plástico o cristal, que se pueda lavar fácilmente y que los mantenga alejados de la humedad y los olores de otros alimentos.

¿Dónde es mejor colocarlos dentro del frigorífico?
La zona ideal del frigorífico para conservar los huevos es el estante central o inferior, donde la temperatura se mantiene más constante y fría. Estos compartimentos están más alejados de la puerta y menos expuestos a fluctuaciones térmicas. Lo ideal es que los huevos estén en un recipiente hermético que los aísle tanto del aire como de los aromas que puedan absorber fácilmente.
Algunos frigoríficos modernos cuentan con cajones o compartimentos especiales para este tipo de alimentos. Si el tuyo lo tiene, utilízalo. Estos espacios están diseñados para mantener temperaturas más estables y proteger la humedad interna, lo que alarga notablemente la vida útil del producto.
Los beneficios nutricionales del huevo
Además de ser fáciles de preparar y muy versátiles en la cocina, los huevos son un auténtico superalimento. Están cargados de nutrientes esenciales que los convierten en un aliado clave para una dieta equilibrada. Por eso, merece la pena conservarlos correctamente y aprovechar todo lo que pueden ofrecernos.
Cada huevo contiene alrededor de 6 gramos de proteína de alta calidad, con todos los aminoácidos esenciales. Además, es rico en vitaminas del grupo B (como la B12 y la riboflavina), vitamina D, A y E, y minerales como selenio, hierro y fósforo. También aporta colina, fundamental para la función cerebral y el desarrollo del sistema nervioso.
Contrario a los mitos del pasado, hoy se sabe que el consumo moderado de huevos no aumenta el riesgo cardiovascular en personas sanas, y puede ser parte habitual de una alimentación saludable. Son saciantes, accesibles, y una excelente opción para el desayuno, comidas o cenas rápidas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar