Astronomía

Descubren a 11 años luz un planeta, Ross 128b, que podría ser candidato a albergar vida

Es el planeta más cercano descubierto que orbita en torno a una estrella enana roja inactiva

Recreación artística/AFP
Recreación artística/AFPlarazon

El segundo sistema planetario más cercano a la Tierra ha sido localizado a 11 años luz de la Tierra y podría ser candidato a albergar vida, ha informado hoy el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

El segundo sistema planetario más cercano a la Tierra ha sido localizado a 11 años luz de la Tierra y podría ser candidato a albergar vida, ha informado hoy el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

El hallazgo se ha hecho por medio del instrumento cazador de planetas HARPS del Observatorio Europeo Austral (ESO) y en este descubrimiento, que se publica en la revista Astronomy & Astrophysics, ha participado el investigador del IAC Felipe Murgas.

El IAC ha explicado que a solo 11 años luz y orbitando una estrella "tranquila", el planeta descubierto puede convertirse en un candidato para albergar vida debido a su temperatura templada, como la Tierra.

Este planeta es el segundo mundo tipo terrestre detectado más cercano tras Proxima b y, además, orbita una estrella enana roja "tranquila", incrementando las posibilidades de que pueda albergar vida.

Por medio del instrumento HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher) los investigadores descubrieron que la estrella enana roja Ross 128 alberga un exoplaneta de baja masa con un período orbital de 9,9 días.

Ese mundo de tamaño similar a la Tierra puede tener una temperatura superficial parecida a la de la Tierra. Ross 128 es la estrella cercana más "tranquila"en poseer un exoplaneta templado, añade el IAC.

El coautor del artículo Nicola Astudillo-Defru, investigador del Observatorio de Ginebra y de la Universidad de Ginebra (Suiza), ha señalado que HARPS se mantiene como el mejor instrumento para mediciones de velocidad radial.

Las enanas rojas son uno de los objetos más débiles y fríos, además de las estrellas más comunes en el Universo, por lo que han despertado un gran interés entre la comunidad científica y se han convertido en objetivos excelentes para la búsqueda de otras tierras.

En este sentido, Xavier Bonfils, investigador del Instituto de Planetología y de Astrofísica de Grenoble - Universidad de Grenoble-Alpes/CNRS (Francia) y autor principal del trabajo, explica que "es más fácil detectar objetos parecidos a la Tierra orbitando alrededor de estas estrellas que otras similares al Sol".

Por ello, denominó al programa de observación con HARPS "The shortcut to happiness"(el atajo a la felicidad en español).

Muchas estrellas enanas rojas, incluyendo la más cercana a la Tierra, Proxima Centauri poseen llamaradas que emiten luz ultravioleta y rayos-X, afectando a los planetas que orbitan estos astros.

Ross 128, en cambio, es una estrella más tranquila, por lo que su planeta puede ser el más cercano con posibilidades para la vida, y aunque está a 11 años luz de la Tierra se está acercando y se espera que se convierta en el vecino estelar más cercano en 71.000 años, un parpadeo en términos cósmicos, se añade en el comunicado.

Con los datos recopilados con HARPS, Ross 128b orbita 20 veces más cerca de su estrella en comparación con la distancia a la que la Tierra gira en torno el Sol, apunta el astrofísico del IAC Felipe Murgas.

A pesar de la cercanía a su estrella, Ross 128b recibe sólo 1,38 veces más radiación que la Tierra, por lo que se estima que su temperatura de equilibrio puede oscilar entre -60°C y 20°C gracias a su fría y débil estrella enana roja con la mitad de temperatura que el Sol.

Aunque se considera que Ross 128b es un "planeta templado", aún no está claro si se ubica dentro, fuera, o en los límites de la zona habitable donde puede darse agua líquida en su superficie.

Ross 128b se suma a la lista de planetas similares a la Tierra como Proxima b, LHS 1140b y el sistema Trappist 1, entre otros, que se estudiarán en profundidad con la próxima generación de instrumentos", concluye este científico.

EFE