Espacio
¿Qué hay detrás de la señal extraterrestre detectada a 95 años luz?
El Instituto SETI indica que debe estudiarse, pero llamó a la prudencia
Los científicos no están diciendo que la señal proceda de una civilización extraterrestre, pero aseguran que merece la pena su estudio más detallado.
La búsqueda de vida extraterrestre es una obsesión para científicos de todo el mundo. Han sido muchas las señales detectadas en el espacio que han hecho albergar esperanzas y que al final han sido falsos positivos, simple ruido o señales emitidas desde la Tierra. El pasado lunes, un equipo internacional de investigadores anunció la detección de "una fuerte señal"en la dirección de la estrella HD164595, con el radiotelescopio RATAN-600 en Zelenchukskaya (Rusia).
La señal fue recibida el 15 de mayo en una longitud de onda de 2,7 centímetros. Los científicos no están diciendo que la señal proceda de una civilización extraterrestre, pero aseguran que merece la pena su estudio más detallado como candidato SETI (hogar de inteligencia extraterrestre). Este descubrimiento ha puesto en alerta a toda la comunidad internacional, a pesar de que se encuentra a 95 años luz.
Mientras tanto, se sigue investigando en otras vías. El descubrimiento de Próxima B ha llevado a los ingenieros a preparar los primeros viajes interestelares en busca de señales de vida. O la revolución que supuso el descubrimiento de la nave espacial Kepler, que el pasado mes de julio encontro 1.284 planetas nuevos, de los que algunos podrían ser habitables.
Los hallazgos de los últimos años hacen ser optimistas a los investigadores y la propia Nasa se aventuró el pasado mes de mayo en decir que se hallará vida e
xtraterrestre en los próximos 20 o 30 años. La estrella Tabby es un claro ejemplo. El telescopio Kepler la observa con detenimiento porque es totalmente distinta a todas las vistas hasta ahora. Tiene unos misteriosos puntos oscuros que aparecen y desaparecen, lo que ha disparado todo tipo de teorías. Incluida, como no, la de la influencia de tecnología alienígena. La revista «Nature» informaba la semana pasada del hallazgo de un planeta similar a la tierra.
Todo ello mantiene a los expertos en vilo, pero han hecho un llamamiento a la prudencia. El propio Instituto SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), ubicado en EE UU, después de anunciarse el descubrimiento, publicó un tuit en el que pedía prudencia acerca de la señal recibida.
Let’s be careful about this “SETI” signal | @AllPlanets's Blog https://t.co/JIOXDoCDhP pic.twitter.com/LgLuWnXgfV
Y no es para menos. De momento, se está investigando la misteriosa onda de radio recibida y no hay nada claro. Este tipo de señales se reciben con frecuencia. Esta vez, la diferencia es que proviene de una dirección en la que existe un sistema de estrellas en el que se tiene la certeza que hay un planeta. Por ello, la clave es seguir esta pista e investigarla, pero no existe nada que confirme que se trata de un mensaje alienígena.
De hecho, no se encontró nada en el rango de frecuencias de radio, por lo que si se trataba de una señal enviada desde el espacio, desapareció literalmente. Esto hace pensar que, como en otras ocasiones, se trata de ruido cósmico o una interferencia emitiera desde nuestro planeta. Una de las opciones barajadas por el SETI es que se trate de una interferencia causada por el radar de un avión que pasó por el campo de acción de la antena cuando se estaba haciendo la observación.
Además, surgen dudas acerca de la forma en la que los científicos rusos han tratado esta información. En primer lugar, informaron del descubrimiento sin haberlo detectado dos veces, factor indispensable para declarar la señal como candidata SETI. En segundo, no parece que una civilización alienígena envíe este tipo de señal por varios motivos. Para hacerl, deben disponer de una tecnología no vista hasta ahora y sería necesario el uso de una gran cantidad de energía. Si dispusieran de esta tecnología, no parece demasiado creíble que si tratan de ponerse en contacto con otras civilizaciones lo hagan de esta manera.
Por contra, el radiotelescopio RATAN utilizó un ancho de banda muy grande, lo que pudo provocar esa interferencia. Tampoco hay que descartar que, como en otras ocasiones, sea producto de erupciones solares, un problema de las lentes o simplemente un satélite o un avión.
Cabe recordar que un grupo de investigadores australianos descubrieron que el origen de las misteriosas señales celestes que recibían una o dos veces al año durante los últimos 17 años eran, en realidad, interferencias de un microondas.
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