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Ciencias naturales

Qué pequeño es el mundo

El 70% de la vida en la tierra es «invisible». Expertos de la Universidad de California han catalogado 1.000 nuevas especies de bacterias y arqueas

Ácaro larazon

El 70% de la vida en la tierra es «invisible». Expertos de la Universidad de California han catalogado 1.000 nuevas especies de bacterias y arqueas

Descubrir una especie animal es uno de los mayores logros que se puede apuntar un científico. Y es que, aunque parezca lo contrario, la ciencia biológica todavía sabe muy poco de la vida. Las cerca de 1.800.000 especies que se han descrito y las más de 300.000 de las que se tienen registro fósil no son más que una minúscula parte de todos los animales que han poblado el planeta, lo pueblan y lo poblarán. La biodiversidad es una gran desconocida. A menudo, los miembros de alguna expedición biológica se topan con un tesoro vital inesperado y encuentran un tipo de ciervo o un roedor del que no se tenía noticia. Encontrar nuevos animales «grandes» desconocidos para la ciencia no es fácil. Aunque los zoólogos han escudriñado mejor la paleta de seres superiores. Por ejemplo, se supone que el número de aves catalogadas (unas 9.100 especies) no dista mucho de ser el real. Pero en lo que respecta a las especies más pequeñas, el desconocimiento es estremecedor.

El número de artrópodos catalogados (insectos, arácnidos, ciempiés y cangrejos) es de cerca de 1.000.000 y, sin embargo, los entomólogos creen que se trata sólo del 10% de todos los que realmente hay sobre la faz de la tierra. La contabilidad actual arroja una cifras más que modestas. Conocemos 800.000 insectos, 248.000 plantas, 200.000 artrópodos no insectos, 70.000 hongos, 50.000 moluscos, 30.000 protozoos, 27.000 algas, 19.000 peces, 12.000 platelmintos, 9.000 aves, 9.000 medusas y corales, 6.300 reptiles, 4.200 anfibios, 4.000 mamíferos... más o menos. Y sin embargo, sabemos que todo esto no es más que un porcentaje pequeño de lo que la naturaleza tiene que ofrecernos. La flora y fauna desconocida es mucho más populosa. Tanto que los biólogos consideran que el 60 por 100 de la biodiversidad oculta desaparecerá antes de ser catalogada. Nunca sabremos cómo fue, dónde vivió, qué comió, cómo se reproducía... qué función vital ejerció para el equilibrio del planeta. Y las cosas pueden ser peores a partir de ahora. Porque el árbol de la vida acaba de complicarse considerablemente. Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley ha sido responsable de catalogar 1.000 nuevas especies de bacterias y arqueas descubiertas en lagos, cuevas y paisajes subterráneos de todo el planeta. Y no contentos con eso han recalculado el peso que estos seres microscópicos tienen en la biodiversidad planetaria. Sus datos sirven para dibujar un nuevo «árbol de la vida». Según esta nueva versión, la vida tal como la vemos (animales, plantas, humanos y otros eucariotas) representan un porcentaje ínfimo de los seres vivos terrícolas. Las bacterias y las arqueas suponen más de dos terceras partes de la riqueza biológica planetaria. Se trata de seres que no se pueden cultivar en laboratorio ni detectar individualmente en su entorno porque no pueden vivir por sí solos. Sólo ha sido posible determinar su presencia a través de las huellas que dejan en sus huéspedes (animales, plantas, suelos, agua...). Viven en todos los hábitats, desde los géiseres de Yelloswtone al desierto de Atacama, los humedales de Doñana o la fosa de las Marianas.

Esta increíble diversidad sugiere que hay un número desasosegante de organismos de los que no hemos hecho más que empezar a tener idea y que podrían modificar nuestro concepto de la biología. Si un extraterrestre llegara a la Tierra sin duda no pensaría que sus habitantes somos animales que caminan sobre el suelo, nadan en sus aguas o vuelan por el aire. Los verdaderos terrícolas serían para ellos la miríada de microorganismos casi invisibles y el resto de animales superiores, incluido el humano, seríamos simples parásitos extraños, formas de vida sin aparente justificación.

De momento, lo que está claro es que esta diversidad microscópica es un terreno fértil para la ciencia futura: quién sabe qué sustancias curativas, qué fuentes de energía o qué alimentos desconocidos podrán descubrirse gracias a estas especies.

Ácaro

Es una subespecie de los arácnidos y uno de los grupos de animales más antiguos del planeta. En su mayoría son depredadores y pueden encontrarse en medios tanto terrestres como acuáticos microescópica especie se caracteriza por poseer características únicas en el reino animal como su capacidad de sobrevivir tanto en el vacío del espacio como sometidos a temperaturas extremas

Tardigrado

Esta microscópica especie se caracteriza por poseer propiedades únicas en el reino animal, como su capacidad para sobrevivir tanto en el vacío del espacio como bajo temperaturas extremas

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