
Okupas
Compra una vivienda okupada en Madrid y se lleva esta sorpresa: “Lo barato sale caro”
Helena Soto explicó cómo lo que creía que iba a ser una inversión económica acabó subiendo considerablemente de precio

Los okupas complican el día a día de los propietarios en España, obligándoles, como mínimo, a sufrir importantes contratiempos a nivel económico. En otros casos, la situación es todavía más límite y las consecuencias son incluso físicas para los dueños. El auge de este fenómeno condiciona el mercado e incluso lleva a anuncios y operaciones poco esperadas como es la venta de un inmueble con okupas dentro.
Según un estudio publicado por Idealista, el 2,6% de todas las viviendas que hay en venta en España tienen okupas dentro, es decir, durante el cuarto trimestre de 2024 hubo un total de20.464 viviendas anunciadas en Idealista que reconocían sufrir un proceso de okupación. Puede parecer sorprendente que haya inversores que se lancen a realizar la compra de un inmueble en este estado, pero no es algo esporádico. Helena Soto compró una vivienda okupada y reveló en un vídeo de Instagram cómo fue todo el proceso.
Así es el proceso de comprar una vivienda okupada
"Una vez compré una vivienda que estaba okupada", confiesa al principio del vídeo, realizado durante un trayecto en coche. Tras ello, empieza a describir todo el proceso y la actuación de los okupas: "Muchas veces entran en casas que son propiedad del banco y luego el banco las pone a la venta a un precio muy económico. Los inversores compran esas viviendas". De eso buscan aprovecharse las personas que se encuentran en el interior de forma ilegal: "El okupa sabe que en algún momento va a llegar un inversor y le va a ofrecer dinero por irse de esa vivienda, por eso entran ahí".
¿Por qué compró una vivienda okupada?
Helena también explica su situación particular en el vídeo: "Hice un análisis de la zona, vi que las propiedades estaban en unos 40.000 euros, yo no tenía nada de dinero y esa propiedad la estaban vendiendo por 26.000". Este fue su pensamiento: "Dije, ¿qué puede salir mal? Esto es un plan sin fisuras". Sin embargo, no todo parecía ideal: "Yo no tenía experiencia, un okupa dentro, tenía que comprar la casa en 'cash' y sin haberla visto".
Pese a ello, se lanzó a realizar el negocio: "Contraté una empresa que se encargaba de negociar con el okupa para que saliera". Los gastos fueron altos: "Pagué 3.000 euros a esa empresa. El okupa quería otros 3.000 euros para poder salir y se los pagamos". Todo sucedió así: "El día que estaba en notaría, ellos al mismo tiempo estaban negociando con el okupa para que saliera".
La gran sorpresa al comprar una casa con un okupa dentro
En la notaría fue cuando se llevó la gran sorpresa: "Me dieron un papelito que era una especie de contrato con la fotocopia del DNI del okupa". Este documento revelaba algo sorprendente: "Vi que tenía en la dirección del DNI la dirección de la propiedad". Simplemente alucinaba: "¿Esto qué es?". Pese a ello, le sirvió: "Ahí aprendí que los okupas se pueden empadronar en una vivienda, es legal". Para luchar contra ello, algunos municipios lo están prohibiendo en los últimos meses.
Los problemas no acabaron ahí: "Le hice una reforma, pero. como los márgenes estaban tan ajustados, pues tampoco me podía permitir una reforma grande y una vez más cometí el error de contratar al reformista más barato". Volvió a surgir un nuevo contratiempo: "A mitad de la reforma me dejó tirada y se llevó el dinero". La situación era dramática: "Me encontré con un piso que no podía vender porque todo el mundo me cancelaba las visitas en la puerta ya que era uno de los barrios más peligrosos de todo Madrid".
"No sabía ni lo que había comprado", confiesa. "Estaba desesperada pensando que iba a perder dinero y pasó un año hasta que pude quitarme esa propiedad de encima", recuerda. Explica quiénes fueron los compradores: "Llegaron unos ángeles, unas personas del extranjero que les pareció bien la propiedad". El acuerdo fue el siguiente: "Yo puedo terminar la reforma si me la vendes por tanto, ese era el número en el que yo ni perdía ni ganaba y le dije que ahí la tenía con un lazo". Concluye con una interesante reflexión: "Me deshice de esa vivienda y aprendí que lo barato sale caro".
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