«Almost Human»: Homenaje a Asimov

«¿Cómo será la vida en 2014, dentro de 50 años?». Ése era el título de una artículo publicado por Isaac Asimov en el «The New York Time» en 1964. Aún con las lógicas equivocaciones, el autor acertó en predecir un mundo eminentemente tecnológico en el que «los robots existirán, pero no serán ni muy comunes ni muy buenos». En eso no se equivocó. En sus más de 500 títulos publicados, el autor de origen ruso dedica una parte de su obra a la robótica, que se sintetiza en los relatos recogidos en «Yo, Robot», que han servido como fuente de inspiración de un buen número de películas y series de televisión gracias a la conjunción perfecta de ciencia Y literatura.

«Yo, Robot», con Will Smith, o «El hombre bicentenario», protagonizada por Robin Williams, son algunas de las adaptaciones que Hollywood ha hecho de la obra del prolífico autor. Pero también el medio televisivo se ha sentido fascinado por el universo planteado por Asimov en el que hombres y robots conviven y donde, al final, a base de tanta relación, los androides desarrollan reacciones y sentimientos propios de los hombres, no sabiéndose donde acaba la máquina y donde empieza la esencia humana. Todo un tratado metafísico.

J.J. Abrams, como productor ejecutivo, y J.H. Wyman, como cerebro, hacen su especial homenaje a Asimov con su nueva serie, «Almost Human». Se trata de un producto de ciencia ficción puro que acerca al espectador a un futuro próximo, el año 2048. En un escenario que parece sacado de «Blade Runner», la Policía de Los Ángeles intenta combatir los altísimos niveles de violencia con un cuerpo de agentes formado por humanos y androides. Durante una operación contra una organización que empieza a dominar las calles, el agente John Kennex (Karl Urban), enemigo de la inteligencia artificial, cae herido y se despierta unos cuantos meses después. Cuando se incorpora al trabajo, le asignan como compañero un robot, Dorian (Michael Ealy), que estaba fuera de servicio por tener unas emociones demasiado parecidas a las humanas. Hombre y máquina desarrollarán a partir de ahí una relación de compañeros bastante convencional en la línea de las series procedimentales tradicionales. Pese a contar con el aval de creador de «Lost» o «Fringe» y a tener buenas dosis de acción que la hacen muy entrenida, la serie no termina de cuajar, por lo que es candidata a unirse a la lista de fracasos de Abrams, entre los que se incluye «Alcatraz».