Arte, Cultura y Espectáculos
El portazo de la buena esposa
Tras siete años en emisión, el jueves en Fox dirá adiós definitivamente tras 156 capítulos y siete temporadas, la serie sobre abogados «The Good Wife»
Tras siete años en emisión, el jueves en Fox dirá adiós definitivamente tras 156 capítulos y siete temporadas, la serie sobre abogados «The Good Wife»
Una de las despedidas seriéfilas más relevantes de la temporada 2015-2016 se producirá dentro de unas horas en la televisión norteamericana. En España, por el contrario, tendremos que esperar hasta el jueves en Fox a las 21:40 horas, pero es inevitable que, tras siete temporadas y ciento cincuenta y seis capítulos, «The Good Wife» llegue a su final. Y con él, el adiós definitivo a uno de los personajes femeninos y más interesantes de los últimos años, la abogada Alicia Florrick. Un papel que le ha servido a Julianna Margulies para convertirse en una de las actrices más relevantes de la escena televisiva norteamericana.
El 22 de septiembre de 2009 la CBS estrenó «The Good Wife» con muchas aspiraciones pero sin demasiado ruido. Era una serie sobre el mundo de la abogacía, escrita por un matrimonio de guionistas sin demasiada experiencia y protagonizada por una actriz cuyo último papel relevante fue nueve años atrás. El resto del reparto estaba formado por rostros habituales de la pequeña pantalla, pero sin estrellas de relumbrón. Y se vendía como la serie que, inspirada en el escándalo de Eliot Spitzer, contaba la historia de Alicia Florrick, madre y esposa, que debe sacar adelante a sus hijos después de que su marido sea encarcelado por corrupción. Por si la vergüenza del delito no fuese suficiente, unos vídeos en los que su esposo mantiene relaciones sexuales con prostitutas se hacen públicos.
Para recomponer su vida, Alicia retomó su carrera como abogada, que aparcó cuando se convirtió en madre, en el bufete de un antiguo compañero de estudios. Y poco a poco se fue ganando un hueco en los televisores de más de trece millones de espectadores. Por si esto fuera poco, tras sólo cuatro meses de emisión, Julianna Margulies se hacía en 2010 con el Globo de Oro a la Mejor Actriz Dramática por su trabajo en la serie.
Aunque somos muchos los que pensamos que la producción debería haber dicho adiós hace un par de entregas, es innegable que «The Good Wife» se ha convertido en una serie imprescindible temporada tras temporada para muchos espectadores. Para conseguirlo ha tenido que combinar varios factores, pero quizá el más importante ha sido el excelente elenco de actores y personajes que rodearon a la protagonista.
Gran elenco
Entre los más cercanos, además de su despreciable esposo, interpretado por Chris Noth, han estado sus hijos, su chismosa suegra o su impredecible madre. En el bufete encontramos un viejo amor, hasta que se deshicieron de él, una investigadora con carácter, que corrió la misma suerte, y un puñado de ambiciosos abogados. Jóvenes o veteranos, todos encontraron su lugar dentro de la historia, y se convirtieron en imprescindibles. Casi tanto como los episódicos, personajes originales y muy bien interpretados que a lo largo de siete temporadas han regresado en alguna ocasión para hacer las delicias de los espectadores. Martha Plimpton, Carrie Preston o Mamie Gummer como abogadas, Denis O’Hare o Jeffrey Tambor como jueces o Rita Wilson, Amanda Peet o Lisa Edelstein con papeles más recurrentes han contribuido a dar lustre a una serie que se ha ganado a pulso ser algo más que una producción sobre abogados.
Años intensos
Otro de sus atractivos ha sido la brillante capacidad que Michelle y Robert King han tenido para introducir la actualidad en sus tramas. El bitcoin, los entresijos del derecho en el mundo de la tecnología, las escuchas de la Agencia Nacional de Seguridad o los temas que durante siete años han salpicado la actualidad política norteamericana, han sido la excusa para construir algunos de los casos en los que han trabajado Alicia y sus compañeros de bufete.
En siete años, la protagonista ha tenido tiempo de abandonar firmas de abogados y abrir otras, volver a cerrarlas, tener aspiraciones políticas y regresar, de la forma más humilde, a la abogacía. Como mujer quizá no haya avanzado tanto, como a parte del público le hubiera gustado, pero también ha sido ese personaje brillante y decidido que el espectador quiere ser. Y fue la excusa perfecta para renovar el género judicial y dar lugar, en varias temporadas, a la única producción de una cadena convencional en colarse entre las nominadas a los premios más importantes de la televisión. Un bagaje envidiable que ya hubieran querido muchas producciones con aspiraciones mayores.
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