Eurovisión: Italia y Portugal, juegue por ellos

Los pronósticos de las casas de apuestas sobre el ganador de Eurovisión suelen coincidir con el triunfador.

La vida es riesgo. Atrévanse. Si en un alarde de optimismo, lindando con el delirio, creen que el candidato español, Manel Navarro, puede ganar Eurovisión, en la casa de apuestas William Hill por un euro pueden ganar 201. En el cómputo general de todas ellas las posibilidades son como mínimo la misma cifra, que incluso puede subir a 301 euros. Si algún soñador invierte diez se llevará al bolsillo más de 3.000 euros. Estas son malas noticias para la representación patria, que la sitúa en la trigésima posición. Con esta cifra, si no formásemos parte del «Big Five», los países que entran directamente en el certamen, ni siquiera hubiésemos pasado los cortes de las dos semifinales que se han celebrado. En el caso de que se quiera arriesgar sobre seguro no hay muchas dudas: hay que confiar el dinero a Italia –aunque por un euro, sólo lograrían dos– y Portugal, que asciende ligeramente hasta los 2,75. Lejos queda Bulgaria, 13 por euro apostado; Bélgica, 17, y Suecia, 26.

Lo curioso es que los españoles lo tienen bastante difícil para participar en esta «ruleta de la suerte» eurovisiva, ya que solo una casa de apuestas permite hacerlo desde nuestro país –por cuestiones de permisos legales que no se han llegado a formalizar– no hay manera.

Cifras astronómicas

Se argumenta que aquí no somos muy dados al furor jugador que sí existe en otros lugares de Europa –donde se manejan unas cifras astronómicas de volumen de negocio– sobre todo en Reino Unido, y son capaces de apostar por si nevará el día de Navidad o por si el alcalde de Londres, Boris Johnson, se quemaría el pelo con la antorcha olímpica en los Juegos Olímpicos de 2012.

Sin embargo, más allá de cuestiones monetarias, ¿son fiables sus predicciones? Rotundamente sí. De ahí que en todas las páginas web dedicadas al evento estén en un lugar bien visible y se actualicen.

Si se echa la vista atrás, los resultados son contundentes. En la edición de 2014, la actuación de la representante austriaca, Conchita Wurst, en los ensayos propició que subiese hasta la segunda posición según las casas de apuestas, cuando días antes estaba en el octavo. El que salió más perjudicado fue el, hasta entonces favorito, armenio Aram MP3, que cayó hasta el cuarto puesto. Influyeron sus declaraciones desafortunadas sobre Wurst al comentar que, «con suerte, le ayudaremos a decidir si es una mujer o un hombre». Neutralizado Aram MP3, se debía coronar la sueca Sanna Nielsen, mientras ascendía Holanda. España, con Ruth Lorenzo, estaba en la décima posición. En las votaciones el día de la gala, Wurst fue la ganadora, seguida de Holanda, Suecia y Armenia. Lorenzo quedó en la posición que la otorgaron. Al año siguiente, el preferido de los apostantes fue Suecia, seguida de Italia, Estonia, Eslovenia y Australia. Nuestro país, con Edurne, se quedó la décimo cuarta. Al terminar el festival, la clasificación apenas varió, ya que ganó el sueco Måns Zelmerlöw con «Heroes». Por detrás quedaron Rusia (que era la séptima opción), Italia, Bélgica y Australia. España se pegó un batacazo al quedar en el lugar 21. Ese año no estuvieron finos.

Estuvieron más certeros en 2016. Según la votación oficiosa, los eurofans encumbraron a Rusia. Detrás quedaron Ucrania, Australia, Suecia y Armenia. En la final se alzaron con el galardón los ucranianos, los australianos fueron la segunda opción y los rusos la tercera. Se coló Bulgaria, pero ahí estaban los suecos, que siempre están en todas las quinielas.