Cambio increíble

La NASA parece tenerlo claro y alerta: la "Anomalía del Atlántico Sur" podría suponer el cambio de los polos de la Tierra

La Anomalía del Atlántico Sur, una debilidad magnética terrestre que afecta satélites, se está dividiendo

La sonda espacial de la NASA llega al Sol en un momento decisivo para la humanidad
La sonda espacial de la NASA llega al Sol en un momento decisivo para la humanidadPixabay

Una singularidad en el campo magnético terrestre, conocida como la Anomalía del Atlántico Sur (SAA por sus siglas en inglés), ha captado la atención científica. Esta vasta región de intensidad magnética notablemente inferior, entre Sudamérica y el suroeste de África, es un fenómeno geofísico de interés primordial.

Asimismo, aunque imperceptible en la superficie, la SAA representa un punto de considerable vulnerabilidad para la infraestructura espacial. Satélites y la Estación Espacial Internacional (ISS), al transitar por esta zona, quedan expuestos a un entorno de radiación más hostil, lo que puede comprometer la integridad de sus sistemas electrónicos.

En este sentido, la vigilancia de esta anomalía es de vital importancia. Su comprensión no solo salvaguarda las misiones orbitales, sino que también ofrece una oportunidad para profundizar en el conocimiento de los complejos procesos que rigen el campo magnético terrestre, una protección esencial para nuestro planeta.

El misterio de la Anomalía del Atlántico Sur y su impacto espacial

Así, la debilidad del campo magnético en la SAA permite que partículas energéticas del Sol, principalmente protones de alta energía, alcancen altitudes orbitales bajas. Esto provoca fallos electrónicos; por ello, los operadores de naves espaciales y de la ISS implementan protocolos de seguridad, como el apagado temporal de sistemas, para evitar daños, según informan desde ScienceAlert.

Por otro lado, los geofísicos atribuyen el origen de la anomalía a la interacción de factores como el movimiento del hierro fundido en el núcleo terrestre. La influencia de estructuras profundas, como la gran Provincia Africana de Baja Velocidad de Cizallamiento –una considerable masa de roca densa a unos 2.900 kilómetros de profundidad–, y la inclinación del eje magnético, contribuyen al debilitamiento localizado del campo.

Además, la Anomalía del Atlántico Sur no es estática. Datos satelitales revelan que se desplaza lentamente hacia el oeste y parece estar en proceso de dividirse en dos centros de mínima intensidad. Esta evolución, junto con estudios que sugieren su recurrencia desde hace al menos 11 millones de años, proporciona una perspectiva de largo plazo sobre la variabilidad magnética.

Recientemente, una investigación de 2024 ha desvelado que la SAA tiene un impacto observable en las auroras terrestres, un fenómeno normalmente polar. Aunque los efectos directos en superficie son limitados, este hallazgo amplía la comprensión de cómo las dinámicas magnéticas afectan nuestra atmósfera. La monitorización constante de la SAA es, por tanto, crucial para la geofísica planetaria y la seguridad espacial.