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James Spader : «Estar pendiente de la audiencia es enfermizo»

Entrevista al protagonista de «The Blacklist»

James Spader : «Estar pendiente de la audiencia es enfermizo»
James Spader : «Estar pendiente de la audiencia es enfermizo»larazon

Lo primero que llama la atención al encontrarse con James Spader es su aspecto físico. El actor se ha tenido que afeitar la cabeza –lo que le da un aspecto inquietante, que es justamente lo que se quería–para interpretar a «Red» Reddington en «The Blacklist», la ficción que hoy emite Canal Plus Series a las 22:00 horas. Ex agente del Gobierno y cuarto en la lista de los hombres más buscados del FBI, un buen día entra en la sede de Washington para entregarse. Pero no será un acto gratuito. Su propósito es ayudar a los agentes federales a dar caza a los criminales más peligrosos a cambio de trabajar con la nueva agente, Elizabeth Keen, interpretada por Megan Boone. Su relación plantea muchas incógnitas porque no se llega a saber qué interés tiene por Keen, con la que mantiene un trato casi paterno-filial que recuerda, aunque sea de refilón y salvando muchas diferencias, al que tenían Hannibal Lecter y Clarice Starling. James Spader está totalmente inmerso en esta ficción televisiva, aunque también se reserva parte de su tiempo para trabajar en producciones como «Avengers. Age of Ultron», la penúltima supreproducción de Marvel Studios.

–Usted es conocido por interpretar a personajes con mucha trastienda y que se salen de lo común. ¿Qué le llamó la atención de «Red» Reddington?

–Me gustó porque tiene un sentido del humor muy irreverente, algo que yo valoro mucho. También tenía curiosidad por saber hasta dónde podía llegar. El guión del capítulo piloto me desconcertó y eso es muy bueno para un actor, ya que no dejaba de plantearme preguntas. Intentamos mantener esa cualidad durante toda la primera temporada.

–¿Ha sido complicado preparar este personaje?

–Mi método ha sido ir robando cosas de un sitio y de otro: gestos, formas de andar, miradas, un determinado tono de voz... pero no. Para mí, todo empieza con el guión; luego, con la imaginación y, finalmente, intercambio mis ideas con el equipo creativo y el director. Siempre ha sido así. Después empieza a tomar forma, permites que crezca y que adquiera vida. Este personaje es temerario: siempre va a cruzar la calle cuando hay tráfico. No lo puede remediar porque no tiene miedo a nada.

–¿Le cuesta despojarse de los personajes cuando termina la jornada laboral?

–Sí, pero nunca lo había experimentado con tanta intensidad como en esta serie. Trabajo todo el tiempo, incluso en mis días libres: repaso los guiones, hablo con los guionistas... Otra cosa es cuando estoy con mis hijos: ahí no hay personaje que valga. Desconecto totalmente. Pero el problema es el tiempo, que no lo tengo. Es el primer año de la serie y demanda muchísima atención. Es como abrir un restaurante: nosotros acabamos de inaugurarlo y te absorbe totalmente.

–Siempre ha dicho que no ve sus películas, por lo cual imagino que con «The Blacklist» sucederá igual.

–Claro, pero no es la típica pose de actor, es que no tengo mucho interés en verme. Pero, ¿sabe?, también caigo en contradicciones, porque termino echando un vistazo a lo que hago. Por supuesto que no es para engordar mi ego. Mi obsesión, si quiere verlo así, es ver en qué puedo mejorar y enriquecer tanto el personaje que interpreto como la trama.

–¿Está experimentando el veneno de despertarse temprano pasa saber cuál ha sido la audiencia de las serie?.

–No mucho. Me llaman los martes (se emite los lunes en Estados Unidos) y me dicen los datos. Es un poco enfermizo, casi un castigo, porque tampoco sabes lo que va a durar una serie. Depende de tantas cosas... ¿Cómo planificas la trama?, ¿para una temporada, para cinco, diez? Por eso la narración tiene que ser muy fluida y consistente. No dejar cabos sueltos. Es cuestión de pura inteligencia: de esta maneras puedes atrapar al espectador y, sino lo consigues, por lo menos de das a la serie un final digno por respecto a la audiencia que la sigue, sea poca o mucha.

–Imagino que habrá buscado dentro de sí mismo para interpretar este personaje...

–Su vida está en peligro todo el tiempo y a veces me pregunto: ¿cómo puedes ser padre si ejerce una profesión tan peligrosa? -No me puedo imaginar ponerme en una situación de riesgo. No hay nada en mi vida que tenga parangón con la de «Red». Sencillamente, no sé cómo me sentiría cada día sabiendo que al abrir la puerta de mi casa no sé si volveré a ella. Es demasiada incertidumbre.