Religión

Cónclave en el Opus Dei para adaptarse a Francisco

Roma acoge hasta el domingo un congreso extraordinario que reformará sus estatutos

El Papa Francisco llega para presidir la audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano, este miércoles.
El Papa Francisco llega para presidir la audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano, este miércoles.ETTORE FERRARIAgencia EFE

Cinco días de cónclave para remozar sus estatutos. Este sería el plan sobre la mesa que tiene el Opus Dei desde ayer, cuando puso en marcha un congreso general extraordinario que busca adaptarse a los cambios exigidos por Francisco en «Ad charisma tuendum», el «motu proprio» que firmó el pasado mes de julio. Esta nueva normativa matiza la constitución «Ut sit» que aprobó Juan Pablo II en 1982 para la institución, en tanto que el Papa argentino considera que esta realidad eclesial fundada por el santo español Josemaría Escrivá de Balaguer ha de sintonizar su carisma y misión «con las enseñanzas de la eclesiología conciliar».

En la cita participan 148 hombres –90 sacerdotes– y 126 mujeres de los cinco continentes. La mitad son europeos, tres de cada diez latinoamericanos y en menor medida proceden de África, Asia y Oceanía.

Todos ellos representan a las más de 93.600 personas –el 60% mujeres– vinculadas al movimiento en todo el planeta y que durante estos meses han formulado sugerencias y propuestas concretas de cambio. «Las que no eran aplicables a la petición de la Santa Sede contenida en el motu proprio se podrán tener en cuenta para preparar el próximo Congreso General ordinario en 2025», ha explicado en una carta el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, en la que subraya que reclama «unidad entre toda la Obra, y de la Obra con el Santo Padre y con el conjunto de la Iglesia».

Como cualquier otra entidad eclesial, la reunión se lleva a cabo a puerta cerrada y las conclusiones que se voten este domingo se llevarán al Dicasterio para el Clero, del que depende la prelatura. No será hasta dentro de unos meses cuando se conozca el alcance de la reforma, en tanto que la propuesta que lance el Opus Dei tendrá que ser aprobada por la Santa Sede. A pesar de que pueda parecer una amplia horquilla de tiempo, no es así. De no haber adoptado esta vía del «cónclave» extraordinario, se habrían tenido que convocar hasta tres congresos generales ordinarios.

El desconcierto generado en la Obra tras conocer el decreto papal que se planteó de forma unilateral fue amainando en la medida en que se aclaró que se trataba de adaptarse también al marco legislativo que Francisco está estableciendo a partir de la constitución apostólica «Praedicate Evangelium» con la que busca reordenar la Curia y, en general a la Iglesia, y que afecta tanto a las congregaciones religiosas como para los movimientos laicales.

Por ejemplo, la nueva norma promulgada por el pontífice argentino hace que la prelatura ya no dependa del Dicasterio para los Obispos para pasar al «Ministerio» vaticano del clero. A la par, el Opus Dei tendrá que presentar anualmente, y no cada cinco años como hasta ahora, un informe sobre sus actividades y cuentas al igual que hacen, por ejemplo, los salesianos o los jesuitas. Pero si algo generó cierto resquemor en la Obra fue la decisión del Papa de no ordenar obispo al prelado, bajo el argumento de «fortalecer la convicción de que se necesita una forma de gobierno basada más sobre el carisma que sobre la autoridad jerárquica».

De esta manera, también se le equipararía al superior general de los dominicos o los escolapios, que sirven a sus órdenes sin báculo ni mitra.