Sucesos

«Discutíamos y le clavé un cuchillo... se me fue de las manos»

Fernando F. y J. H. G. eran conflictivos, según los vecinos consultados
Fernando F. y J. H. G. eran conflictivos, según los vecinos consultadoslarazon

Mata de una puñalada a su novio de 41 años con un cuchillo de grandes dimensiones en Manzanares.

Eran las 00:00 de la noche cuando Fernando F. y su pareja, J. H. G., se enzarzaron en una calurosa discusión que no iba a acabar bien para ninguno de los dos. Tras los gritos y los insultos, ella, una mujer francesa de 44 años, fruto del odio, del rencor o de la rabia momentánea, optó por coger un cuchillo de grandes dimensiones y clavárselo a su pareja, de 41 años. No fueron dos, tres ni cuatro puñaladas, sino «una sola herida incisa en el corazón» que se llevó por delante la vida de Fernando, según los datos facilitados a LA RAZÓN por fuentes próximas a la investigación.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las 00:30 de ayer en Manzanares, en Ciudad Real. A esa hora, un grupo de agentes de la Guardia Civil, efectivos de la Policía Local y una UVI se acercaron hasta el chalé adosado en el que vivía la pareja, en la calle Poesía, número 2, muy próximo al recinto ferial. «Nada más entrar por la puerta se encontraron a la mujer y a un vecino médico intentando reanimar a Fernando en el patio exterior del inmueble», según pudo saber este periódico. El personal «intentó reanimarle durante casi una hora y media». No había ya nada que hacer, Fernando había muerto por una herida de arma blanca en el pecho. Sólo pudieron certificar su fallecimiento.

Tras constatar su muerte, los agentes detuvieron a la mujer, que reconocía su autoría al declarar que «estábamos discutiendo cuando le clavé un cuchillo. No quería matarle, se me ha ido de las manos».

La pareja vivía desde hacía sólo unos meses en el chalé adosado donde tuvieron lugar los hechos. Pero los vecinos consultados aseguraron que tenían la sensación de que algo malo iba a pasar, aunque no esperaban este extremo. No obstante, «no constan ni denuncias de violencia de género ni órdenes de alejamiento entre ellos. Sin embargo, el fallecido tenía una denuncia por violencia de género puesta por su anterior novia», según los datos facilitados a LA RAZÓN por fuentes próximas a la investigación.

«‘‘Okupas’’ por un euro al mes»

A la espera de que se sepan más detalles sobre el suceso, los vecinos aseguran que «eran consumidores de drogas» y que «el hijastro y el fallecido discutían mucho». Unos datos que no pudieron ser confirmados. Hay otro dato que relatan que también llama la atención. Y es que la pareja, vivía de alquiler en este chalé adosado «de okupas o, mejor dicho, pagando sólo un euro al mes», relata una vecina de Manzanares. Al parecer, «los dueños originales del inmueble, que trabajan en Barcelona, dejaron la casa a un hermano. Éste no estaba bien e ingresó en una residencia, pero con el fin de hacer daño a su hermana –no estaba bien de la cabeza, incide– le alquiló la vivienda a esta pareja por un euro al mes», explica. Allí vivían Fernando y J. H. G, «los dos hijos de ella (un chico y una chica) que son mayores –creo que son mayores de edad porque les veíamos ir en moto– y la madre de ella», añadió.

Los vecinos intuían que algo iba a suceder, aunque no pensaban que fuera a acabar así. De hecho, «en la gestoría nos avisaron de que si no queríamos tener problemas con ellos no les dejáramos acceder a la piscina. Era una pareja conflictiva».

Tras la detención y el reconocimiento de la autoría del crimen, el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Manzanares (Ciudad Real) en funciones de guardia decretó prisión provisional comunicada y sin fianza para la mujer francesa, a la que se le imputa un presunto delito de homicidio.

El alcalde de Manzanares, Julián Nieva, lamentó el suceso ocurrido en esta localidad y, tras confirmar que hay una persona detenida por estos hechos, recordó que «hay que dejarlo todo a la instrucción judicial y a la investigación de la Policía Judicial», según la nota colgada en la web del ayuntamiento. Dicho de otro modo, prudencia ante un caso de violencia doméstica en el que la víctima mortal es un hombre, ya que los investigadores aún no tienen claro si la mujer le asestó con el cuchillo en defensa propia o no. La misma prudencia que mostró el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha al explicar que se le imputa «de forma provisional» un presunto delito de homicidio.