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Sierra Leona

El ébola, una de las razones para acusar de brujería a los niños en África

Una de las consecuencias más desconocidas que puede tener el ébola en algunos países africanos como Sierra Leona es la de que los hijos de familias con muertos por este virus pueden ser acusados de brujería, una situación que Misiones Salesianas ha criticado hoy con la campaña "Yo no soy bruja". Hijos de padres viudos que se vuelven a casar, niños con discapacidades físicas o psíquicas, niños huérfanos que son una carga para otros familiares o niños que han nacido de nalgas o son gemelos les convierten en vulnerables para acusarles de brujería en África cuando a su alrededor algo va mal, una realidad sobre la que Misiones Salesianas quiere sensibilizar a la sociedad, a los gobiernos y a la comunidad internacional.

Es el caso de Georgette, una niña de Togo acusada de brujería porque días después de tener una riña en el colegio una compañera se puso enferma; su madrastra le quemó las manos al metérselas en agua hirviendo para comprobar que, si era bruja, no le pasaría nada.

Ahora está marcada de por vida aunque ha rehecho su vida en el hogar Don Bosco de la localidad de Kara, que dirige el misionero salesiano José Luis de la Fuente.

Como ella, se calcula que en 2013 en la región de Kara casi 1.000 niños y niñas fueron acusados de brujería, según la dirección regional de Acción Social.

De la Fuente ha destacado que desde que llegó a África en 1991 conoce estas acusaciones a menores de brujería, y que, aunque no se puede decir, por ejemplo, que a causa del ébola está aumentando los casos de acusaciones de brujería, sí es un motivo para este tipo de prácticas injustas.

"Una enfermedad en la familia, un negocio que va mal y muertes repentinas"pueden ser causas para que se piense, siguiendo las creencias ancestrales de esos pueblos, que una persona es bruja.

Se supone que el brujo sale y viaja durante la noche separándose del cuerpo físico para comer el alma de sus víctimas, que enferman o tienen problemas en su vida.

Además, cuando un menor es acusado de brujería se le puede entregar a la figura del charlatán, que a cambio de un dinero alejará al menor de su familia para someterle a un supuesto proceso curativo que puede llegar a durar meses y en el que no faltan las agresiones físicas y a tener a los niños en un régimen de semiesclavitud.

"Es prácticamente imposible conocer la verdadera dimensión"de estas acusaciones, según el informe "Menores acusados de brujería en la región de la Kara (Todo), realizado por este misionero y Patricia Rodríguez, responsable del área de Proyectos de Misiones Salesianas.

Pero es un fenómeno que va en aumento porque en los hogares de acogida Don Bosco se ha pasado de un 20 % en 2010 a más de un 30 % en 2014 el número de menores acogidos por este problema.

Misiones Salesianas ha pedido que las actuaciones relativas a la brujería y denominadas "prácticas culturales nefastas"pasen a calificarse de maltrato a menores.

De la Fuente ha alertado de que cuanta más pobreza, más enfermedad y más muerte, y por tanto más acusaciones de brujería.