Cuando navegamos por internet solemos toparnos con multitud acertijos visuales e ilusiones ópticas, pero rara vez solemos pararnos a intentar resolverlos. Sin embargo, estos retos virales no son algo más que un entretenimiento banal. Están diseñados para poner a nuestra mente en un aprieto. Para conseguir resolverlos se requieren de una toda una serie de habilidades visuales y lógicas. Habilidades que para muchos son adquiridas de forma natural. Pero que -por supuesto- se pueden entrenar.

Desde el periódico La Razón, queremos desafiar al lector con un acertijo visual que compartió el periódico peruano “Depor” hace ya algunos meses. Lo único que hay que hacer para “ganar” es encontrar la taza de vacía que se esconde en la imagen. En realidad, es un desafío muy sencillito… y la mayoría no tendrá problemas para descubrir donde se esconde esta taza. Por eso, parece apropiado que impongamos un límite de 60 segundos para resolverlo… eso le dará más emoción. Así, aunque sea sencillo, será necesario que te prepares muy bien y te concentres:

Era sencillo, ¿verdad? Como habrás podido advertir, la dificultad no estribaba realmente en encontrar la taza que estaba vacía, sino hacerlo en menos de un minuto. Eso sí era complicado. Si de todas formas quieres asegurarte de que has conseguido resolver correctamente el desafío, puedes bajar un poco el “scroll” de la pantalla, porque al final del artículo podrás encontrar la respuesta.

Es importante que dediquemos unos minutos cada día a hacer este tipo de ejercicios mentales; porque, cuando nos imponemos un reto como este, lo que estamos haciendo es poner a nuestro cerebro frente a una situación complicada que resolver, lo que ayudará a desarrollar su capacidad de concentración y sus capacidades cognitivas, así como para prepararlo para la irremediable pérdida de facultades que viene con la edad.

Y es que, uno de los efectos más aterradores de envejecer es la pérdida de la memoria y de las capacidades cognitivas. De hecho, es una de los motivos más frecuente de consulta médica, especialmente en la población de adultos mayores. Y es que, a muchas personas les aterra eso de empezar a perder la memoria porque entienden que es la primera señal de la aparición del Alzheimer o de algún otro tipo de demencia. Sin embargo, a todo el mundo le sucede antes o después... y sin necesidad de que exista una relación directa con la demencia.

La mala noticia es que no hay tratamiento posible contra el deterioro cognitivo leve o contra la demencia. La buena es que es posible prevenirlos (o al menos, retrasarlos) mediante una dieta saludable y equilibrada, ejercicio físico, una buena vida social y -sobre todo- actividad mental, es decir, ejercitar nuestra mente desafiándonos a nosotros mismos a -por ejemplo- recordar las matrículas de todos los coches rojos que veamos, dejar de utilizar la calculadora del móvil en nuestro día a día o leer unos minutos cada día.

Numerosos estudios sostienen que mantener la mente activa durante toda nuestra vida puede disminuir hasta en un 50 por ciento las probabilidades de desarrollar alguna demencia. Es más, los beneficios de mantenerse activo mentalmente pueden obtenerse aunque no se haya sido activo durante toda la vida… aun cuando empezamos a hacerlo entre los 50 y los 60 años.