Este es el primer mueble que se puso en un hogar: todos lo seguimos teniendo

Los hogares son mucho más que un lugar donde dormir. Son espacios donde se tejen recuerdos, se construyen identidades y se expresan emociones a través de los objetos que elegimos para habitarlos. Cada rincón, cada mueble y cada detalle decorativo dicen algo de quienes viven allí, del tiempo en que se construyó el hogar y de las tradiciones que lo han moldeado. Por eso, decorar no es solo una cuestión de estética.

En la era de las tendencias fugaces y diferentes estilos decorativos, hay elementos que perduran. Muebles que han acompañado al ser humano desde el inicio de la vida doméstica y que, lejos de pasar de moda, se han transformado sin perder su esencia.

El primer mueble que se introdujo en el hogar

El mueble que más tradición e historia lleva consigo es la mesa. Este objeto no solo es uno de los primeros muebles que se introdujo en los hogares, sino también uno de los más cargados de simbolismo. Ha sido testigo de comidas familiares, de decisiones importantes, de celebraciones y despedidas. A pesar de que es un mueble muy antiguo, su función ha sido siempre la misma: reunir.

En muchas culturas, la mesa representa el centro del hogar, el lugar de encuentro y diálogo, un espacio sagrado donde se comparte el pan, se cuentan historias y se construye comunidad. Y uno de los lugares, a parte de España, donde la mesa está muy presente, es en Italia, donde esta es un pilar de la vida cotidiana, de la gastronomía y de la cultura familiar.

Un mueble con tradición

Consciente de esa fuerza simbólica, la Italian Trade Agency (ITA) ha convertido a la mesa en la protagonista de su propuesta para Casa Decor 2025, un evento de referencia para el diseño y la arquitectura de interiores. Su espacio, titulado “Il tempo lo dirà” y diseñado por el estudio Bao Proyectos, rinde homenaje a este mueble fundamental de la vida italiana.

En esta instalación, la mesa se convierte en una metáfora visual de la convivencia entre la tradición y la modernidad. El diseño se divide en dos ambientes: uno evoca la Italia del futuro, con líneas puras, materiales nobles y una estética conceptual; el otro, más cálido y familiar, recuerda a la mesa clásica italiana, símbolo de la vida compartida, de la herencia cultural y de la belleza cotidiana.