Opinión
El famoseo
Mario Vargas Llosa y Catalina de Cambridge viven en el objetivo de todas las cámaras, el uno por su valía literaria y la otra por estar casada con el futuro rey de Inglaterra
Es entretenido repasar noticias del famoseo, de determinado famoseo, quiero decir. Hay famosos y famosos. Por ejemplo, vamos a referirnos ahora a dos celebridades concretas, Mario Vargas Llosa y la Princesa de Gales, que están en otra galaxia de algunos cuyos nombres omitimos para no levantar susceptibilidades. El escritor y Catalina de Cambridge viven en el objetivo de todas las cámaras, el uno por su valía literaria y la otra por estar casada con el futuro rey de Inglaterra.
El premio Nobel, además, por su romance con Isabel Preysler, que lo desvió bastante de su línea de vida discreta, si bien hay que reconocer que esto le proporcionó algún que otro beneficio económico y, si cabe incluso, le ayudó a vender más libros. Kate vivía en el anonimato hasta su Real noviazgo que lleva incluido perder la libertad de movimientos a cualquier hora del día o de la noche. Es el precio que tiene gozar de una serie de privilegios y casarse con el hombre amado o el hombre elegido.
El autor peruano vivió ocho años con una mujer atractiva y admirada, con el único mérito de haber estado casada con un cantante internacional, con un aristócrata y con un superministro. Aun así, las casas comerciales se la disputaron para promocionar sus firmas con su imagen. Un auténtico fenómeno social, fruto del papanatismo patrio, pero Mario presumía de dormir con la más solicitada.
Ahora la Princesa y el escritor han padecido supuestamente problemas de salud y ya la prensa especializada ha saltado con las peores perspectivas. No se puede estar enfermo y ser famoso al mismo tiempo. Catalina sale en las páginas de los royals, que es lo que le corresponde, pero Vargas Llosa, autor de tantos libros, referentes en nuestra lengua, la que hablamos más de seiscientos millones de personas, sale en las del corazón, pese a su retiro de actos sociales y festejos multitudinarios de la cátedra que lleva su nombre para recaudar fondos. Hay algo por ahí que no está en su sitio, que no cuadra…
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