Alimentación
¿Hay que lavar las legumbres cocidas antes de comerlas? Mercadona revela la respuesta
La cadena de supermercados explicó la forma ideal de consumirlas y qué hacer con el líquido del bote al cocinar
La alimentación es uno de los puntos clave para la salud del ser humano. Una dieta sana y equilibrada ayuda a mantener el cuerpo en un mejor estado. Sin embargo, no es suficiente con eso. Se puede comer de la manera más saludable posible, pero si no se conservan y cocinan los alimentos correctamente, todo eso puede quedar en vano y pueden darse una serie de problemas.
Garantizar la seguridad en la cocina es una prioridad que exige atención a cada fase del proceso, desde la compra hasta que la comida está en el plato. Si bien estamos habituados a realizar prácticas como desinfectar frutas o cocinar carnes a la temperatura adecuada, la manipulación de las legumbres en conserva suele generar incertidumbre. Muchos se preguntan si es preciso someter estos productos a un aclarado previo, o si el líquido en el que vienen sumergidas puede emplearse sin reservas. Mercadona ha querido resolver estas dudas en su propia página web.
¿Se deben lavar las legumbres cocidas?
Según la cadena española de supermercados liderada por Juan Roig, “no es necesario lavarlas, lo normal es escurrir el líquido y cocinarlas o consumirlas sin él”. Aun así, matiza que “si prefieres consumir el líquido, no hay problema en hacerlo”. Con estos consejos claros, basta con abrir el envase, retirar el exceso de caldo y utilizar las legumbres directamente en diversas preparaciones, bien templadas o frías. Su forma ideal de consumirlas se puede sintetizar en varios pasos.
Los pasos para consumir las legumbres cocidas
Abrir el envase con higiene: Antes de nada, conviene limpiar la tapa del bote con un paño limpio o una servilleta húmeda para eliminar cualquier resto de polvo o suciedad acumulada en el exterior.
- Escurrir el líquido:El paso más habitual consiste en volcar el contenido sobre un colador fino y dejar que el exceso de caldo se escurra. Este proceso no solo retira posibles conservantes sobrantes, sino que también permite integrar mejor las legumbres en la receta.
- Aprovechar o no el líquido: Aunque la recomendación general es desecharlo, Mercadona aclara que “si prefieres consumir el líquido, no hay problema en hacerlo”. Este caldo contiene nutrientes solubles y un ligero sabor salino que puede enriquecer sopas, cremas o salsas.
- Consumo inmediato: Después de escurrir, las legumbres están listas para añadirse a salteados, ensaladas, cocidos o cualquier otra elaboración. Su textura ya es idónea y no requiere cocción adicional, aunque un breve salteado o calentado potencia sus matices.
Las legumbres ayudan contra las enfermedades
Una vez conocidas las indicaciones de uso, merece la pena detenerse en el perfil alimenticio de estas legumbres. Aunque son comúnmente conocidas y consumidas, no todo el mundo conoce a fondo sus propiedades y cómo afectan al cuerpo humano y a su salud. Son una fuente destacada de varios nutrientes clave:
- Proteínas vegetales: aportan entre un 19 % y un 36 % de este macronutriente, según la Fundación Española de la Nutrición, lo que las convierte en una de las mejores alternativas para quienes buscan sustituir el aporte proteico animal.
- Fibra soluble e insoluble: su consumo favorece la motilidad intestinal, colabora en la regulación del azúcar en sangre y contribuye a mantener la flora digestiva en buen estado.
- Vitaminas y minerales: destacan los folatos (implicados en la formación de glóbulos rojos), el hierro (esencial para el transporte de oxígeno), así como zinc, magnesio y potasio, que intervienen en funciones musculares y nerviosas.
- Carbohidratos de absorción lenta: ayudan a proporcionar energía de forma gradual, lo que previene picos glucémicos y es especialmente útil para personas con diabetes o que practican deporte de resistencia.
Un estudio de la Universidad de Harvard revela que incluir lentejas de modo habitual puede disminuir la incidencia de enfermedades crónicas como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud recomienda comer al menos cuatro porciones semanales de legumbres, ya que su ingesta habitual suele rebajar en torno a un 5 % los niveles de colesterol LDL (colesterol malo), con el consiguiente refuerzo de la salud cardiovascular.
Un alimento tan saludable como económico
Más allá del apartado nutricional, las legumbres en conserva representan una alternativa responsable y accesible. Su producción requiere menos recursos hídricos y energéticos que otras fuentes de proteína, y su precio asequible contribuye a un ahorro doméstico sin sacrificar calidad alimentaria.
Con un manejo tan sencillo y un perfil nutricional tan completo, las legumbres cocidas en conserva se consolidan como un recurso imprescindible en la despensa. No requieren aclarado previo y el caldo que las acompaña puede descartarse o aprovecharse según los gustos de cada cocinero o cocinera. Incorporarlas regularmente en sopas, ensaladas, guisos o como guarnición es sinónimo de practicidad, salud y compromiso con el medio ambiente.