Llega el verano, y con él, el calor. Pero además de las altas temperaturas, esta época del año atrae algo más que turistas: los insectos. Salen de sus escondites y vuelven a ocupar nuestros espacios habituales.

Es común espantar moscas mientras comemos o usar repelente para los mosquitos. Sin embargo, hay otros insectos que se infiltran en nuestros objetos cotidianos sin ser detectados a simple vista, y que debemos prevenir. Uno de ellos invade incluso nuestro lugar más íntimo: la cama.

El pescadito de plata

Probablemente has visto este insecto de cuerpo plano y alargado, cubierto por escamas metálicas plateadas, de hasta 1.5 cm, con forma similar a un pez, antenas largas y tres cercos en la cola. Su nombre científico es Lepisma saccharina, pero es más conocido como pescadito de plata, debido a su aspecto particular.

Suelen encontrarse en ambientes interiores, oscuros, tranquilos, húmedos y con temperaturas moderadas (entre 25 y 30 °C). Son nocturnos y, durante el día, se esconden bajo zócalos, muebles, libros, azulejos… y sí, también en nuestras camas.

Esto se debe a que se alimentan principalmente de materia orgánica rica en carbohidratos: papel, pegamento, almidón, libros, textiles, restos orgánicos, cabello, caspa, insectos muertos y algodón. Por eso, no es raro encontrarlos entre las sábanas.

¿Qué hacer si aparecen?

Debes inspeccionar zonas oscuras, polvorientas y poco accesibles. Para prevenir su aparición, se recomienda:

• Reducir la humedad y la temperatura, y mantener una buena ventilación.
• Eliminar las fuentes de alimento: limpiar rincones, aspirar grietas y estanterías, y sellar huecos (preferiblemente con cemento, ya que pueden alimentarse de la silicona).
• Almacenar libros y documentos en contenedores sellados y airearlos periódicamente.
• En casos de infestaciones graves, recurrir a servicios profesionales de control de plagas.

Si los encuentras en tu cama, lo más recomendable es cambiar las sábanas por completo y lavar todo con agua caliente para evitar que sigan alejándose allí.