África

Monrovia

Las lecciones aprendidas sobre el Ébola

Médicos sin Fronteras ha publicado una revisión de su investigación sobre el virus llevada a cabo en Guinea, Sierra Leona y Liberia

Imagen de archivo del panel Daily Talk de tiza en la capital de Liberia, Monrovia
Imagen de archivo del panel Daily Talk de tiza en la capital de Liberia, Monrovialarazon

Médicos sin Fronteras ha publicado una revisión de su investigación sobre el virus llevada a cabo en Guinea, Sierra Leona y Liberia

El informe «Dos años de apoyo de MSF a la investigación sobre ébola» incluye resultados sobre datos de la gestión clínica, vigilancia, ensayos clínicos, percepción de la comunidad o efectos sobre el resto de la atención sanitaria, entre otros. Este trabajo arroja valiosas lecciones que deberán tenerse en cuenta en caso de futuras cepas. El brote de ébola en África occidental fue un un gran desafío para Médicos Sin Fronteras (MSF) entre 2014 y 2015. Como no había cura establecida para el virus, hubo una serie de retos médicos y logísticos para evitar infecciones y manejar la identificación, aislamiento y tratamiento de los pacientes contagiados.

Entre las lecciones aprendidas por los miembros de MSF destaca la reducción de la mortalidad general al 60% durante este periodo. La supervivencia al virus fue superior a la del anterior brote de esta cepa, cuya mortalidad fue del 90%.

En cuanto a los grupos vulnerables, se observó que las mujeres embarazadas que se recuperan del ébola todavía pueden albergar el virus en el bebé que esperan y en el líquido amniótico. Por lo tanto, estas mujeres deben ser ingresadas de nuevo en el centro de tratamiento del virus durante el parto para dar a luz de forma segura.

Por otro lado, gracias al ensayo clínico de la vacuna en Guinea, se descubrió que los contactos de los casos confirmados de Ébola que recibieron vacuna eran significativamente menos propensos a desarrollar la enfermedad que aquellos contactos que no la recibieron. Por lo general, la respuesta de las comunidades fue positiva para participar en ensayos de medicamentos con el fin de combatir el virus que era una enfermedad con una alta mortalidad y sin cura cuando se compartió la información.

El tratamiento tuvo también repercusión sobre el resto de la atención sanitaria. La salud materno-infantil se vio especialmente afectada durante el brote, como muestra el aumento en la mortalidad materna en Monrovia (Liberia) y la disminución de la asistencia de niños menores de cinco años en un centro rural de salud primaria en Sierra Leona.

Todo este aprendizaje sobre el ébola fue gracias al gran trabajo realizado por los profesionales sanitarios en los centros de tratamiento, que han afrontado numerosos retos tanto físicos como psicológicos durante la atención a los pacientes.