Plan Antitabaco
Marquesinas y terrazas, futuros espacios sin humo
El nuevo borrador del Plan Antitabaco plantéa subir el precio de los cigarrillos convencionales, aplicar un gravamen a los electrónicos con nicotina y ampliar los espacios sin humo, entre otras medidas
El Ministerio de Sanidad llevará este jueves, ante la Comisión de Salud Pública su Plan Antitabaco, en el que propone prohibir fumar en «determinados espacios comunitarios y sociales al aire libre» –y en otros privados en presencia de menores– así como aumentar la presión fiscal sobre cigarrillos convencionales y electrónicos con nicotina, entre otras medidas.
El borrador del «Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027», al que ha tenido acceso LA RAZÓN, no especifica cuáles serán esos «nuevos espacios», ni los privados ni los públicos. Desde anterior borrador, el de 2021-2025, no se ha puesto en marcha ni una sola de las medidas anunciadas, y solo se ha especulado sobre cuáles podrían ser los lugares a los que se ampliaría la prohibición de fumar, vapear, y usar cigarrillos electrónicos. ¿Terrazas, vehículos privados, playas? Todos estos espacios se habían barajado. Sin embargo, el documento no cita más a que las playas, sobre las que solo señala que «se promoverán las iniciativas de ‘Playas sin humo’».
El número dos de Ministerio, Javier Padilla, ha sido algo más concreto al especificar que "hay unos cuantos (espacios) que pueden estar encima de la mesa, como por ejemplo las terrazas de los bares o las marquesinas del transporte público". Igualmente, ha destacado que esto "tendrá que recogerse en la reforma legislativa, no en el plan integral". "También habrá que ver lo que se está haciendo en otros países y lo que se podría hacer aquí", reiteró.
La intención del departamento que dirige Mónica García es "seguir incrementando estos espacios libres de humo de tabaco y sin aerosoles de cigarrillos electrónicos y productos relacionados, y así conseguir que una persona no fumadora pueda desempeñar su día a día sin verse expuesta", tal y como se señala en el documento. También la de reducir la prevalencia de consumo de tabaco y avanzar "frente al desafío de los productos emergentes".
Reforma, en esta legislatura
Compuesto de 5 metas y 22 objetivos, el texto, en cuya elaboración han participado sociedades científicas y entidades relacionadas con el ámbito del tabaquismo, recuerda que gran parte de las medidas deberán materializarse en una reforma de la actual Ley Antitabaco que "el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo en la presente legislatura". Merece la pena recordar que la última vez que se actuó en nuestro país respecto al tabaco fue hace 14 años, con la Ley 42/2010, de 30 de diciembre, por la que se modificó la Ley 28/2005, del 26 de diciembre.
Entre otras medidas legislativas, el Plan plantea impulsar el establecimiento de disposiciones fiscales, en concreto, el aumento de los tipos impositivos del tabaco, para aumentar así su precio, y promover la creación de una nueva figura impositiva que establezca un gravamen específico para los cigarrillos electrónicos con nicotina.
La "anomalía" del precio en España
Al respecto, Padilla subrayó ayer que "los impuestos actuales son muy mejorables", matizando que, con esto "hay que ser muy consciente de que toda medida relacionada con impuestos es competencia única y exclusiva del Ministerio de Hacienda".
Para Sanidad, "España tiene unos precios bajos", algo que considera una "anomalía". "Subirlos tiene probada eficacia para la disminución del tabaquismo, para reducir la mortalidad, los ingresos y la carga de enfermedad derivada", ha destacado.
Tal y como se argumenta en el actual borrador, las medidas enfocadas a la prevención, como son las modificaciones del marco legislativo que impliquen una ampliación de los espacios sin humo, la presión fiscal o restricciones en publicidad y promoción del tabaco, influye en la reducción de la prevalencia del tabaquismo, que actualmente se sitúa en el 23% en nuestro país.
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En el texto también se considera clave actuar frente a las nuevas formas de consumo de nicotina a través de cigarrillos electrónicos y tabaco calentado, y disminuir su atractivo, especialmente entre la población joven. "El objetivo de estos productos es intentar hacer un lavado de cara del consumo de nicotina, y resultan especialmente atractivos para la juventud al dar una imagen más tecnológica y transmitir la sensación de que disminuyen el riesgo para la salud", se señala.
Por ello, el Plan propone "equiparar su promoción y publicidad a la de las formas de consumo más tradicionales", y regular la venta y consumo tanto de los dispositivos que utilicen líquidos, cartuchos o recambios con nicotina como los que no, ya que son estos últimos los que más usan los jóvenes.
Pipas de agua y cachimbas
Junto a cigarrillos electrónicos y vapeadores, el documento recoge como nueva forma de consumo las pipas de agua, shishas o cachimbas, cuyo uso se produce fundamentalmente en entornos de ocio. "Se trata de una realidad que es necesario regular al tratarse de una fuente de consumo ocasional y puerta de entrada a un consumo más regular y a la adicción en etapas sucesivas, y que presenta riesgos añadidos al del consumo de tabaco", destaca.
Algo parecido sucede con el consumo de cannabis, que el texto considera que debe vigilarse entre los menores dado que sus hábitos implican mezclarlo con tabaco. Según la encuesta Estudes 2023 (entre adolescentes de 14 a 18 años), hasta un 75% de los que lo fuman reconoce mezclarlo con tabaco.
Por otro lado, el Plan no sería completo ni factible si no se tuviera en cuenta a las 9 millones de personas fumadoras que hay en España. En el texto, Sanidad se compromete a fomentar el abandono del hábito, y para ello sugiere incluir en la cartera de servicios común del Sistema Nacional de Salud (SNS) la intervención en tabaquismo en el ámbito hospitalario y modificar los criterios de inclusión para acceder a los fármacos financiados. (Actualmente, la Sanidad púbica sufraga únicamente un intento anual a los fumadores de al menos 10 cigarrillos diarios que hayan probado a dejarlo en el último año).
Además, se señala la intención de incorporar aquellos métodos que, atendiendo a la evidencia científica, sean adecuados para el tratamiento de la adicción al tabaco, pero no se indica cuáles.
Nada sobre el cribado
Sin embargo, nada dice el Plan de una estrategia para financiar los cribados de cáncer de pulmón,pruebas que Sanidad descartó implantar hace unos meses en el SNS por una cuestión de falta de rentabilidad. Al hacerlo, el Ministerio se echó encima a seis sociedades científica de especialistas en el abordaje del tabaquismo, que argumentaron que la mortalidad del cáncer de pulmón no ha descendido en 20 años, a pesar de las mejoras en su tratamiento y las políticas antitabaco.
Según las previsiones, el cáncer de pulmón causara cerca de 22.000 muertes este año, más que los de mama, colon y útero juntos. Todos ellos tienen cribado, pero el de pulmón no. "No solo es muy prevalente, sino que además es letal. La supervivencia a cinco años es solo del 15%. Es decir, que únicamente el 15% de los nuevos casos de 2023 estarán vivos en 2028. El 70% de los pacientes se diagnostican en fase avanzada porque, cuando el tumor da síntomas, suele ya ser tarde para curarlo. Solo un 30% se diagnostica en fases I y II. Con un TAC de tórax de baja dosis de radiación invertimos los datos", señalaba a este periódico Luis Gorospe, radiólogo torácico del Hospital Ramón y Cajal y miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram).
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