Mascotas

¿Usted también piensa que se parece a su perro?

Un estudio de la Universidad de Michigan revela que con el tiempo los canes adoptan conductas similares a las de sus dueños.

¿Usted también piensa que se parece a su perro?
¿Usted también piensa que se parece a su perro?larazon

Un estudio de la Universidad de Michigan revela que con el tiempo los canes adoptan conductas similares a las de sus dueños.

Seguro que han oído alguna vez a lo largo de sus vidas la expresión «todos los perros se parecen a sus dueños». Pero, ¿se han preguntado si es verdad? ¿O solo es un dicho popular más? Un estudio publicado recientemente por la Universidad de Michigan revela que es un hecho cierto. Además, la investigación establece que los perros tienen su propia personalidad y que ésta cambia con el paso de los años.

El método que siguieron los investigadores para llevar a cabo dicho informe fue realizar una encuesta a los dueños de más de 1.600 canes de más de 50 razas diferentes. La edad de los perros variaba entre apenas dos meses hasta los 15 años y estaban divididos entre hembras y machos. En la encuesta, los participantes tenían que responder a preguntas sobre el comportamiento de sus mascotas y otras sobre sus propias conductas y personalidades. William Chopik, profesor de psicología y autor principal del estudio, explica que «encontramos correlaciones en tres áreas principales: edad y personalidad, además de similitudes de personalidad entre humanos y perros».

Entre los hallazgos más sorprendentes, Chopik y su equipo descubrieron que los dueños y sus canes comparten rasgos de personalidad específicos y concretos. «Los humanos extrovertidos calificaron a sus perros como activos, muy alegres y receptivos ante cualquier estímulo positivo. Mientras que los dueños con emociones negativas calificaron a sus mascotas como más temerosas y menos receptivos al entrenamiento y al juego», argumenta. Luis Felipe Guevara, educador canino de Dog People Coach, señala que esta comparación no se aleja de la realidad: «Si eres una persona amante del aire libre y el ejercicio, tu perro será deportista. Si en cambio eres una persona introvertida de hábitos caseros tu can será, los que llamamos un perro de sofá».

Otro de los datos extraídos de dicho estudio está relacionado con el poder que tienen los humanos para influir en la personalidad de sus mascotas. «Los perros más mayores son mucho más difíciles de entrenar. El mejor momento para enseñar a un can a obedecer es alrededor de los seis años, porque es cuando supera su etapa de cachorro. Además, con esa edad, no son demasiado mayores, y todavía no tienen sus caminos establecidos», explica Chopik.

Del mismo modo, Guevara argumenta que «no podemos hablar de perros buenos o malos. Pero sí de canes a los que les hemos enseñado habilidades acordes a nuestro concepto de bueno». Asimismo, establece que «estos aprendizajes son útiles en sustitución a sus conductas naturales ante ciertos estímulos. Por ejemplo, un perro por naturaleza tirará de la correa, a menos que le enseñemos que sólo caminando calmadamente a nuestro lado avanzaremos de forma adecuada».

Un estudio revelador

Uno de los casos del estudio que más llamó la atención a Chopik y a su equipo, fue el cambio de personalidad que un perro de un refugio experimentó cuando fue adoptado por una familia. «Es probable que algunos de los rasgos del carácter estén ligados a la biología. Pero en este caso, en el momento que fue integrado en un nuevo hogar, pasó a estar mucho más relajado». Un estudio que para los investigadores ha sido muy revelador y que abre la puerta a nuevas líneas de estudio: «Esperábamos que las personalidades de los perros fueran bastante estables, porque no tienen cambios relacionados con el estilo de vida tan bruscos como en el caso de los humanos, pero en realidad sí que los tienen», argumenta Chopik. Quién asegura que «gracias a él, ahora sabemos que el carácter de las mascotas puede cambiar mucho. Con estos datos queremos emprender una nueva línea de investigación que establezca una conexión sólida para comprender por qué los perros actúan y cambian, de la forma en que lo hacen», concluye.