Vuelos molestos
Pagó un plus para volar más cómoda hacia España y termina desesperada por lo que sucede en el avión: "Indignantie"
Durante gran parte del trayecto, un hombre y sus dos hijos permanecieron de pie justo frente a sus rodillas impidiéndole disfrutar de su espacio extra
Una pasajera denunció en redes sociales una experiencia que calificó como “indignante” tras pagar un suplemento de 30€ por asientos con espacio extra para las piernas en un vuelo de más de cuatro horas con destino a España y descubrir que no pudo disfrutarlos. El motivo: una familia se instaló delante de ella y utilizó esa zona como si fuera su área de recreo personal. Viajaba con su hermana y su sobrina, quienes también habían pagado por los asientos en la fila de salida de emergencia.
Durante gran parte del trayecto, un hombre y sus dos hijos permanecieron de pie justo frente a sus rodillas, impidiéndole estirar las piernas y limitando su comodidad. Los niños, relató, parecían fascinados por la ventilación y la ventana de la salida de emergencia, mientras el padre los acompañaba. Pese a las reclamaciones al personal de cabina, la tripulación apenas intervino y la familia regresaba cada vez que era reubicada. “Fue como pagar por un asiento premium solo para que otros lo usaran como pasillo”, denunció la afectada.
El caso desató un amplio debate en la red social Reddit. Muchos usuarios coincidieron en que las aerolíneas deberían ser más estrictas en este tipo de situaciones. Uno de los puntos más señalados fue la pasividad de la tripulación, que contrasta con lo que, según varios internautas, habría sucedido en vuelos estadounidenses, donde las reglas de seguridad en torno a las salidas de emergencia son más estrictas. “A veces desearía que Europa fuera tan estricta como EE. UU. con las listas de no volar”, escribió la pasajera.
Otros aprovecharon para compartir experiencias similares: personas que usan las zonas de espacio extra para hacer estiramientos, familias que convierten los pasillos en áreas de juegos o viajeros que invaden espacios pagados por otros. La indignación general se centró en que, tratándose de asientos premium, debería existir un mínimo respeto de los pasajeros y un mayor control de las aerolíneas.