
Plantas
Ni para personas ni para mascotas: los nuevos hoteles que cuestan 50 céntimos el día
No tienen minibar ni servicio de habitaciones, pero estos singulares alojamientos, cuyo coste simbólico no supera el euro diario, se han convertido en una herramienta de cinco estrellas para la supervivencia de las plantas

En pleno agosto y ahora que muchos familia abandonan por dos semanas su hogar hacia un destino de vacaciones. Pero, ¿quién se encargará de regarte el cactus? ¿Sobrevivirá el ficus a la ola de calor sin supervisión? La figura del "padre de planta" ha dejado de ser una anécdota para convertirse en una realidad, y con ella, la necesidad de encontrar soluciones para el cuidado de estos seres vivos durante las ausencias. La respuesta ha llegado en forma de un servicio cada vez más popular: los hoteles para plantas.
Estos singulares alojamientos no ofrecen camas ni paseos matutinos, sino algo mucho más valioso para sus "huéspedes": luz adecuada, riego controlado y cuidados profesionales. Por un coste que puede partir de tarifas simbólicas, viveros, floristerías e incluso iniciativas municipales se ofrecen como la solución definitiva para que los amantes de la botánica puedan disfrutar de sus vacaciones sin remordimientos.
El auge del "plant parent" y la necesidad de un respiro
La tendencia de llenar los hogares de verde no es solo una cuestión estética. Para muchos, especialmente las generaciones más jóvenes, las plantas son compañeras que requieren atención, dedicación y con las que se establece un fuerte vínculo afectivo. Este compromiso convierte el periodo vacacional en un dilema. La opción de dejarle las llaves a un vecino o amigo no siempre es viable o infalible, ya que cada planta tiene unas necesidades específicas de luz y agua que un cuidador inexperto puede desconocer.

Ante esta realidad, las "guarderías de plantas" se han consolidado como una alternativa de negocio, especialmente para floristerías que ven descender sus ventas en verano. Ofrecen un servicio integral que va más allá del simple riego. Al "hacer el check-in", cada planta es evaluada para asegurar que no trae plagas, se le asigna un espacio con las condiciones lumínicas que requiere y se programa un plan de hidratación y nutrición a medida.
Lejos de ser un simple almacén, estos centros están pensados para el bienestar vegetal. Algunos, como el "Hospital de plantas" que el Ayuntamiento de Pozuelo (Madrid) puso en marcha hace años, cuentan con personal experto que ofrece diagnóstico, tratamiento de enfermedades y asesoramiento para el cuidado posterior. Otras iniciativas, como el Refugio Climático del Círculo de Bellas Artes de Madrid, han incluido guarderías de plantas gratuitas como parte de sus servicios a la comunidad durante el verano, reconociendo la importancia de estos seres en la vida de los ciudadanos.

El concepto ha evolucionado hasta tal punto que ya existen "hoteles" temáticos, como el Patch Plant Hotel en el Reino Unido, surgido tras detectar la gran inquietud de los clientes a la hora de viajar. En estos centros, el cuidado se profesionaliza al máximo, garantizando que las plantas no solo sobrevivan, sino que puedan incluso prosperar durante su "estancia".
El precio de esta tranquilidad es sorprendentemente bajo. Aunque varía según el tamaño de la maceta y los cuidados requeridos, las tarifas pueden oscilar desde un euro al día hasta paquetes por quincenas. Esto convierte la simbólica cifra de "50 céntimos al día" en una representación muy real del bajo coste que supone asegurar la supervivencia de nuestras compañeras verdes.
Así, mientras los dueños disfrutan del sol en la playa, sus plantas también se van de vacaciones a un "resort" particular, donde el todo incluido consiste en agua, luz y mimos expertos. Una solución ingeniosa y asequible que demuestra que, en la era de los "padres de plantas", el amor por la naturaleza no se toma descansos.
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