Italia

¿Quién ayudó a Juana Rivas a esconderse con sus hijos?

La Justicia italiana la autoriza a pasar la Navidad en Cerdeña con los niños.

Juana Rivas, junto a sus dos hijos, el verano pasado, cuando estuvo escondida
Juana Rivas, junto a sus dos hijos, el verano pasado, cuando estuvo escondidalarazon

La Justicia italiana la autoriza a pasar la Navidad en Cerdeña con los niños.

No es el regalo que nadie esperaría en estas fechas, pero Juana Rivas conocerá pocos días después de Reyes el escrito de acusación del fiscal y los años de cárcel que solicita para ella por presuntamente haberse saltado la Ley con plena consciencia, sabiendo lo que hacía. Los que sí han quedado ya establecidos son los delitos por los que se sentará en el banquillo de los acusados. LA RAZÓN ha tenido acceso al auto en el que la juez afirma que «de las diligencias practicadas hasta la fecha (...) se evidencia que existen motivos suficientes, aunque sea de forma indiciaria, para atribuir a la imputada» dos delitos de «sustracción de menores de siete años y uno de desobediencia a la autoridad».

El documento judicial, de cinco páginas, hace el siguiente relato de hechos: «El 18 de mayo de 2016, Juana Rivas, abandonó, junto a sus dos hijos menores, el domicilio familiar sito en Carloforte (Italia) con la excusa de pasar unos días en España para visitar a sus familiares. Francesco Arcuri, padre de los niños, dio su consentimiento para que los chicos abandonaran el país. El 2 de agosto de 2016, Juana Rivas informó a Francesco Arcuri que no tenía ninguna intención de regresar a Italia y que los menores se quedaban a vivir con ella en España». El padre, desesperado, no quiso resignarse y comenzó a luchar por su retorno. Primero denunció a su ex en Italia donde le otorgaron la custodia de los niños a él. Después acudió a la Justicia de nuestro país para reclamar la restitución de los pequeños. Quería llevarlos de vuelta a Carloforte, de dónde se los habían quitado engañándole. Tras meses de lucha, el juzgado nº 3 de familia de Granada y la Audiencia Provincial del mismo lugar ampararon esta solicitud y ordenaron por dos veces a Juana que entregase a los menores a su padre. Finalmente se estableció que sin demora debía obedecer. Incluso se estableció una fecha y un lugar: el 26 de julio en un punto de encuentro del centro de la ciudad. Nunca se presentó.

Fue entonces cuando entró en juego la vía penal y el juzgado de instrucción 2 de Granada tomó cartas en el asunto. Lo primero que hizo fue citar a Francesco y también a Juana para ser interrogada pero ella «no se presentó a la citación judicial, por lo que el 8 de agosto» se ordenó su detención y «en el caso de que los menores fueran hallados bajo su guardia o de cualquier tercero» se les debería entregar «sin excusa» al padre. Estuvo durante semanas escondiéndose y recibiendo el apoyo popular bajo el eslogan «Juana está en mi casa». Finalmente, los investigadores la detuvieron el 22 de agosto y la pusieron a disposición judicial. «En la declaración, en ningún momento la Sra. Rivas expuso dónde tenía escondidos a los menores». A pesar de ello, quedó en libertad. «Expuesto cuanto antecede, y ante la falta de colaboración total y absoluta por parte de la Sra. Rivas, por parte de este Juzgado se dictó auto en fecha de 24 de agosto en el cual, entre otros pronunciamientos, se conminaba a la encausada (...) que procediera a la devolución de los menores el 28 de agosto, hecho que tuvo lugar en la fecha indicada». En total fue más de un año y tres meses el tiempo en que los menores no pudieron ver a su padre.

El auto reconoce que a la Guardia Civil le ha sido imposible determinar dónde estuvo escondida y qué personas le ayudaron a permanecer en paradero desconocido, por lo que sólo ella se sentará en el banquillo de los causados. Según nuestro código penal: «El progenitor que sin causa justificada para ella sustrajera a su hijo menor será castigado con la pena de prisión de dos a cuatro años e inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad por tiempo de cuatro a 10 años». De ser considerada culpable, y aunque se le impusiese la pena mínima, cuatro años, dos por cada sustracción, Juana Rivas podría entrar en prisión.

Mientras, la justicia italiana ha autorizado a Juana a pasar siete días consecutivos con sus hijos estas Navidades, pero en Cerdeña y no en España, decisión que recurrirá. No se fían de que pueda repetir su comportamiento presuntamente delictivo. Actualmente la custodia provisional la tiene el padre.