Invierno
Tu radiador hace ruido por este motivo y así puedes solucionar el problema
La mayoría de las veces estos ruidos tienen una explicación sencilla… y una solución igual de fácil
Cuando llega el frío y encendemos la calefacción, a veces los radiadores empiezan a emitir sonidos molestos: golpes, burbujeos, silbidos o vibraciones que pueden volverse desesperantes. Aunque puede parecer un problema grave, la mayoría de las veces estos ruidos tienen una explicación sencilla… y una solución igual de fácil.
Motivos por los que suena el radiador
Aire atrapado
La razón principal por la que un radiador hace ruido es la acumulación de aire en su interior. Ese aire impide que el agua circule correctamente y provoca burbujeos o pequeños golpes.
La solución es purgar el radiador con la llave específica hasta que salga solo agua sin burbujas. Se debe hacer con la calefacción apagada, colocando un recipiente y abriendo la llave de purga hasta que salga agua sin aire. Luego, hay que revisar la presión de la caldera.
Golpes metálicos
Cuando el sistema se calienta o se enfría, las tuberías y el propio radiador se expanden o contraen. Esto puede generar chasquidos. Lo ideal sería asegurarse de que las tuberías no estén demasiado pegadas a la pared. Si es por cambio de temperatura, es normal, pero revisa si hay roces.
Silbidos
Una presión del circuito demasiado alta puede provocar sonidos constantes. La solución sería comprobar la presión de la caldera (normalmente entre 1 y 1,5 bar) y ajustarla siguiendo las indicaciones del fabricante.
Golpes fuertes
El temido "golpe del ariete", ocurre cuando el agua cambia de dirección de forma brusca en la instalación. Lo que habría que hacer es revisar la velocidad de la bomba de la caldera o instalar un amortiguador de presión (requiere técnico).
El creador de contenido enfocado en el instalaciones, reformas y fontaneria @fontajoan en su perfil de Tiktok también explica las causas y soluciones del ruido de los radiadores.
Los ruidos de un radiador casi siempre tienen como hemos visto una causa sencilla: aire acumulado, presión incorrecta o piezas sueltas. La mayoría de estos problemas puedes solucionarlos tú mismo en pocos minutos, y si no desaparecen, contacte a un técnico. Podría ser un problema de la caldera, válvulas desgastadas, o sedimentos que necesitan una limpieza profesional.