Ciencias humanas

La sinestesia tiene una base neurológica

Científicos españoles de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han demostrado que la sinestesia, fenómeno por el que la persona que lo padece percibe colores, por ejemplo, al leer, tiene una base neurológica.

De esta forma se publica en la revista especializada 'Experimental Brain Research', en la que se subraya este aspecto sobre el componente emocional de este funcionamiento cerebral atípico, el cual es padecido por "alrededor de un 4 por ciento de la población.

Ahondando en la sinestesia, se explica que ésta lo que genera es el asociamiento de la estimulación de un sentido con activaciones en otro. De cualquier forma, insisten en que la sinestesia grafema-color, la que vincula la lectura a los colores, "es la más frecuente del fenómeno neurológico".

Según el investigador del Departamento de Psicología Básica II de la UNED y uno de los autores del estudio, el doctor Marcos Ríos-Lago, lo que se ha hallado en el mismo son "variaciones estructurales en áreas cerebrales que participan en el procesamiento emocional".

A su juicio, esto sugiere "la existencia de una base neuroanatómica del componente emocional de la sinestesia", tal y como se ha concluido tras analizar la estructura cerebral de ocho personas con sinestesia con la ayuda de un equipo de resonancia magnética.

Una vez realizado esto, los investigadores compararon estos resultados con las resonancias de seis individuos no sinestésicos, lo que ha deparado los datos finalmente obtenidos en esta investigación española. Precisamente en ella han participado otros centros, como la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Varaciones en el putamen y el tálamo

Para la investigadora del Departamento de Psicobiología de este centro universitario y autora principal del estudio, la doctora Helena Melero, las imágenes obtenidas han permitido observar la macroestructura de la sustancia gris cerebral y de las vías de sustancia blanca.

Con ello, ha sido posible "establecer una base neurológica para esta vertiente emocional", así como revelar variaciones en núcleos subcorticales "como el putamen y el tálamo", indica al tiempo que subraya que este hallazgo supone "la primera evidencia empírica que relaciona la sinestesia adquirida con la sinestesia heredada".

Así se constata en este trabajo en el que también han intervenido el Hospital Ruber Internacional, el Hospital Beata María Ana, la Fundación CIEN-Fundación Reina Sofía y la Fundación Internacional Artecittá.