Los sintecho de Barajas se defienden: “Se muestra la parte más fea. Trabajamos y volvemos aquí a dormir”

Salva fue uno de los sintecho con más suerte tras la decisión de AENA de no permitir la entrada en las terminales del aeropuerto que no posea la tarjeta de embarque de 21:00 a 5:00 horas. Fernando Fernández le ofreció un trabajo fijo e indefinido en un hotel como camarero de pisos, con alojamiento, pensión completa y la remuneración pertinente. Salva estuvo 15 días en el hotel La Molinuca, pero Fernando únicamente le llamó tres días para trabajar durante su estancia. Los dos primeros días ya llegó tarde a hacer sus labores, pero el tercero fue más allá y no se presentó hasta la hora de comer.

Esto provocó que se separaran de forma amistosa, con el sintecho explicando el motivo: "Era muy duro físicamente y no tenía fuerza. Cogí el puesto con mucha ilusión… pero tenía poco tiempo para descansar". Tras ello, llegó a Logroño para buscar una nueva oportunidad mientras que crea contenido en las redes sociales. Parece difícil de entender que alguien sin un hogar pueda permitirse rechazar un empleo así.

Se ha hablado y escrito mucho sobre los sintecho de Barajas y su situación, pero no hay nada como ir a los casos reales para conocer la realidad. Nicolás, que vivió durante un año en la Terminal 4 del aeropuerto madrileño explicó cómo era su día a día allí en 'El Salto'. Su situación no es exactamente como se cree.

¿Cómo es la vida de los sintecho en el aeropuerto?

Nicolás tiene 60 años, una hija adoptiva y no ve vivir en el aeropuerto como algo especialmente malo: "Los alquileres están imposibles. Si quiero ahorrar, no puedo pagar 800 euros por una habitación. Aquí tengo techo, baños y seguridad. No me molesta. No es tan terrible como lo pintan". Incluso montó una pequeña actividad comercial dentro del propio aeropuerto al vender bocadillos y refrescos al resto de sintecho.

Defiende que las personas que tomaron la decisión de vivir ahí no son delincuentes: "Nos ayudamos entre todos. Aquí hay gente trabajadora, personas que están de paso, otros que simplemente no quieren vivir solos en la calle. Pero no somos delincuentes ni locos". Denuncia que las imágenes muestran "la parte más fea": "Van a buscar justo al que está más desorientado, al que grita, al que roba. Pero somos muchos más los que estamos tranquilos, los que no hacemos ruido, los que trabajamos y volvemos aquí a dormir".

Los sintecho no se han marchado del aeropuerto

Barajas cerró sus puertas por la noche y Nicolás tiene la idea de marcharse a un hogar en Guadalajara: "Con calma, sin prisa. Aquí estoy bien por ahora", afirmaba hace tan solo un mes. Sin embargo, otros han optado por otra solución, también en el aeropuerto: asentarse en el parking. Algunos de los indigentes se han trasladado al parking de la T4, concretamente a la pasarela que une los módulos del aparcamiento con la terminal.

Según 'El Cierre Digital', la medida se tomó para aumentar la seguridad de los pasajeros, ya que algunos de los sintecho si provocaban problemas. Explican que solamente el 26% tiene nacionalidad española, mientras que el resto proceden mayoritariamente de América (46%), Europa (14%), África (9%) y Asia (2%).