Teleasistencia para controlar los síntomas del párkinson

Síntomas extremos: movimientos involuntarios excesivos o parálisis. Efectos secundarios propios de la medicación de los enfermos de Parkinson. En España hay unos 300.000 y unos 800 podrían ser beneficiarios potenciales de una nueva forma de controlar las dosis de la medicación sin padecer nuevos sistemas de eHealth o telemedicina. Así el proyecto HELP, en el que trabajan de forma conjunta Telefónica, el Consorcio Sanitario Garraf de Cataluña y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), consta de un pequeño sensor portátil que capta los movimientos del paciente, y una bomba subcutánea que administra medicación para el control de la enfermedad.

En concreto, este dispositivo, que ha sido probado en seis pacientes españoles y uno israelí, consiste en un sensor del tamaño de un móvil que se adhiere al cuerpo de enfermo de Parkinson mediante un cinturón de neopreno. El sensor detecta si empeora el paciente e informa al sistema, que, a su vez, vía móvil, da instrucciones a la bomba de fármaco para aumentar la dosis necesaria. Cuando el paciente mejora, la cantidad de medicamento que administra la bomba vuelve a la normalidad, y, de esta forma, el paciente recibe el volumen de fármacos adecuados en tiempo real. Toda la información y las reacciones del paciente ante la medicación se envían a un centro de asistencia, desde donde los médicos controlan los dispositivos por internet, observan la evolución del paciente e interactúan si es necesario.

De punto a punto

Además, una vez que el paciente está normalizado, la dosis de fármaco se rebaja a su estado natural. Todo este proceso se produce «en tiempo real» al detectar los síntomas de la enfermedad, lo que demuestra que las comunicaciones móviles pueden cambiar «la forma de tratar el fármaco», manifiesta el coordinador de Innovación del Departamento de eHealth de Telefónica, Jordi Rovira. Además, Rovira expone que «se ha abierto una vía de comercialización futura de marcapasos para párkinson», pero admite que ésta aún debe esperar, ya que son necesarios estudios con mayor cantidad de enfermos.

Sin embargo, una de las pacientes que lo ha probado se muestra más que encantada con él. «A mí me dio la vida. Me ajustaba la medicación justa cuando lo necesitaba y no tenía que preocuparme de nada. No tenía excesos de movimientos, ni tampoco me quedaba clavada mucho tiempo, ya que el aparato lo detectaba y enseguida me llamaba el médico para confirmar que necesitaba la medicación y listo», explica Mari Cruz, quien lamanta que sólo fuese realidad su bienestrar unos días, los que duró el ensayo clínico y que desea poder volver a tener el sistema.

Se ha demostrado su eficacia en cuatro de los siete pacientes, de los cuales, los obligados a utilizar inyecciones para evitar «momentos malos», vieron cómo se redujo el número de éstas y los otros incrementaron considerablemente el tiempo sin síntomas. De esta forma lo explica el geriatra e investigador del Consorcio Sanitario Garraf, el doctor Alejandro Rodríguez, que asegura que el resto de pacientes no tuvo buenos resultados con el sensor «por dificultades técnicas», como falta de cobertura... Por ello, apuesta también por la realización de más estudios, los cuales están en marcha por dos vías.