Día de la Mujer

«Tener hijos coincide con un punto crítico de la carrera»

Investigadora de la Fundación CRIS contra el cáncer, considera que «el embarazo y la maternidad suponen un notable impacto en la trayectoria laboral»

María Casanova Acebes. investigadora de la Fundación CRIS contra el cáncer.
María Casanova Acebes. investigadora de la Fundación CRIS contra el cáncer.Cedida

Cuestiones como la inestabilidad en la carrera investigadora, diferencias con respecto a los hombres a la hora de tener hijos, dificultades en la conciliación familiar suponen que, en muchas ocasiones, las mujeres no puedan competir en igualdad de condiciones por la financiación y puestos de liderazgo. Los números son claros. Según un estudio realizado por la Asociación de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU), todavía hoy un 46% de las mujeres percibe que el hecho de ser mujer afecta negativamente a su carrera profesional, y un 60% considera que cuestiones como la maternidad afectan de manera diferente a hombres y mujeres.

María Casanova Acebes, jefa del grupo Inmunidad del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones (CNIO) e investigadora galardonada con un Programa de

Talento Post-Doc de la Fundación CRIS contra el cáncer, nos ayuda a comprender mejor la situación. María es una de las jóvenes referentes en inmunología tumoral de cáncer de mama.

¿Cuáles son los principales lastres para conseguir la igualdad en el ámbito de la ciencia?

Si bien las políticas de igualdad están suponiendo grandes avances, sigue habiendo muchas situaciones que tendemos a pasar por alto y, sin embargo, son un lastre para conseguir la igualdad. Estas situaciones las encontramos en las dinámicas institucionales y científicas, pero también en cómo nos comportamos cada uno de nosotros a nivel individual.

Por ejemplo, hay escasos referentes en puestos de liderazgo. Esto puede influir en la percepción de las mujeres sobre sus posibilidades de avanzar en sus carreras. También desigualdades en las responsabilidades familiares y cuidadoras que pueden contribuir al abandono de la carrera científica y la escasa representación de mujeres en roles de liderazgo. Estas cargas familiares hacen que la mujer, a pesar de superar los primeros cortes en programas y convocatorias, tengan más dificultades para prepararse las fases finales.

¿Considera haber sufrido discriminación en su trayectoria académica o laboral?

Durante la carrera, la tesis doctoral o la etapa postdoctoral realmente no noté diferencias significativas. Generalmente, mis jefes siempre han sido muy equitativos a ese respecto y, como ella dice, «miraban el cerebro», no el género.

¿Cómo afrontó la maternidad? ¿Qué dificultades le ha supuesto en su trayectoria laboral?

Debo admitir que tener hijos durante la etapa de post-doc o en mi etapa actual no es nada fácil: para la mayoría de las mujeres el momento de la maternidad coincide con un punto crítico de su carrera, cuando tienen que ser muy productivas científicamente para tener oportunidad de establecer sus grupos de investigación (o si lo acaban de establecer, tienen que consolidarlo). Para las mujeres con hijos, en muchos casos, el momento de productividad llega por las noches, cuando pueden dedicar algo más de tiempo a redactar proyectos, convocatorias, etc.

Globalmente se trata de una época complicada, por el cansancio y la falta de concentración, que afecta principalmente a las mujeres por todas estas circunstancias, por lo que tardan mucho en recuperar la actividad y productividad normal.

¿Qué desventajas tiene esta situación cuando se trata de competir con hombres?

El problema se plantea cuando hay que aplicar a las convocatorias de proyectos y financiación, compitiendo con hombres que, aunque hayan tenido hijos no se han visto obligados a hacer frente a toda esta serie de situaciones. En muchas convocatorias, tanto nacionales como europeas, muchas mujeres superan los primeros cortes de estos programas, pero cuando llegan a las entrevistas (la fase final) la mayoría son hombres. Supongo que probablemente, las mujeres han tenido menos tiempo de calidad para prepararse debido a las cargas familiares.

Por supuesto, también entra en juego el diseño de las convocatorias. En muchas convocatorias, el límite para presentarse lo marcan los años tras el doctorado. Generalmente estos años se prolongan cuando los candidatos han tenido hijos.

¿Qué soluciones propone?

Tanto el embarazo como la maternidad suponen un notable impacto en la productividad científica, que afecta mucho más a las mujeres que a los hombres, por lo que se deberían prolongar más estas prórrogas en el caso de las mujeres. Además, pese a que algunos centros hayan implementado numerosas iniciativas para promover el papel de la mujer en la ciencia, la realidad es que el número de mujeres que lideran grupos es todavía muy inferior al de los liderados por hombres. Inevitablemente, esto hace que haya poca representación de mujeres a la hora de tomar decisiones.

Una sugerencia es extender el periodo en el que las investigadoras pueden acceder a determinadas convocatorias. Por ejemplo, tres años por cada hijo para las mujeres y uno para los hombres (algo que ya se ha implementado en los programas CRIS de investigación). También sugiero que se implementen cursos de «time

management» como parte de los programas de formación y convocatorias.