Educación

Tom Batty: «Los alumnos que asisten a escuelas diferenciadas obtienen mejores resultados»

El director ejecutivo de la International Boys’School Coalition (IBSC) destaca la importancia de que las familias puedan elegir a qué tipo de centro escolar llevar a sus hijos

Tom Batty, director ejecutivo de la International Boys´Schools Coalition (IBSC)
Tom Batty, director ejecutivo de la International Boys´Schools Coalition (IBSC)La Razón

El director de la IBSC, que fue profesor de la prestigiosa escuela para varones Eton de Reino Unido y cuenta con una dilatada experiencia como docente a nivel internacional, participó en Barcelona en una conferencia organizada por la asociación Iguales y Diferentes en la que explicó el contexto actual de la educación separada por sexos.

Cuenta con una amplia trayectoria profesional en el ámbito educativo ¿Qué aspectos del modelo de educación diferenciada por sexo destacaría en comparación con el mixto?

Sea cual sea el tipo de escuela a la que asista un niño, lo más importante es que sea una buena escuela. Lo esencial es que la familia se sienta conectada con ella y con lo que ésta intenta lograr, y que crea que le brinda a su hijo la mejor oportunidad en la vida. La educación diferenciada por sexo ofrece a las familias la posibilidad de elegir, y la elección informada es un pilar fundamental de nuestras democracias. Sabemos que, en general, los niños y niñas se desarrollan en momentos y a ritmos diferentes. En general, ellos maduran más tarde y más lentamente –física, social y cognitivamente–, y la brecha es mayor alrededor de la pubertad. Las escuelas masculinas orientan todos los aspectos de la enseñanza –las personas, los horarios, los programas, etc.– de manera intencionada hacia lo que mejor funciona para los chicos.

De forma más específica, los docentes en las escuelas masculinas se esfuerzan por establecer, mantener y reparar relaciones de aprendizaje efectivas con cada alumno a su cargo. Las escuelas adaptan la enseñanza y las actividades a los momentos y etapas clave del desarrollo masculino, escuchan a los chicos, los animan a expresar y racionalizar sus pensamientos, guiándolos hacia el razonamiento. Así es como forman los valores que guiarán sus decisiones en la vida.

Los chicos necesitan cuidado y límites coherentes. Además de las consecuencias prácticas por una mala conducta, las escuelas masculinas adoptan un enfoque relacional: involucran a un adulto con quien el alumno haya desarrollado una relación positiva de aprendizaje, que pueda guiarlo a reflexionar, ser auténtico y aceptar tanto sus acciones como la necesidad de cambio. Los alumnos necesitan encontrar una “percha donde colgar su sombrero”: un interés con el que se identifiquen y por el que sean reconocidos. Esto les da propósito. Necesitan sentirse valiosos, con un papel que desempeñar y la capacidad de contribuir a causas más grandes que ellos mismos. Las escuelas masculinas ofrecen tiempo, amplitud y oportunidades para explorar intereses y desarrollar destrezas, fomentando hábitos de curiosidad, esfuerzo personal y mejora tanto individual como colectiva.

Los chicos nos dicen que el factor más importante para su bienestar académico, social y emocional es que creamos en su capacidad de éxito. Las escuelas masculinas buscan y afirman su éxito. Además, necesitan sentirse conectados entre sus compañeros. A través de programas y actividades, las escuelas masculinas fomentan situaciones de grupo y equipo que crean vínculos, sentido de pertenencia y amistades para toda la vida.

En países como Reino Unido, Australia o EE UU este modelo goza de reconocimiento y prestigio. En cambio, en España suele cuestionarse o verse de forma negativa. ¿Por qué cree que hay esta diferencia de percepción?

En Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y en partes de África y Asia la educación se desarrolló y evolucionó a través de oportunidades privadas, religiosas y gubernamentales. Todas incluían representación de escuelas diferenciadas, y esto se mantuvo incluso cuando las escuelas mixtas pasaron a dominar el panorama. En EE UU, la fortaleza de la educación diferenciada reside principalmente en el sector privado. Sospecho que esto surgió –y se mantiene– por las fuerzas del mercado en un entorno donde, según entiendo, se fomenta la creación de escuelas que respondan a los deseos de las familias. Nada de esto impide el debate, presente en todas estas regiones, sobre qué es lo mejor para los niños y para la sociedad en general. Sin embargo, en estos países existen numerosas escuelas de niños que continúan atrayendo un gran interés por parte de las familias.

Los críticos en nuestro país suelen argumentar que la educación diferenciada fomenta la desigualdad o incluso la discriminación de género. ¿Cuál es su posición al respecto?

Las escuelas, sean diferenciadas o mixtas, no deberían fomentar la desigualdad ni la discriminación de género, y no hay razón alguna para que lo hagan.

¿Hasta qué punto influyen factores como la clase social, la religión o la tradición en la elección de escuelas diferenciadas por sexo?

Cuando las familias tienen la opción de elegir la escuela para sus hijos, pueden ejercer esa elección. Cuando no la tienen, no pueden hacerlo. Brindar a las familias una elección informada mejora la educación. Los factores sociales que influyen en las decisiones de los padres no se modifican restringiendo las opciones que podrían funcionar mejor para sus hijos.

Desde la perspectiva de los resultados académicos, ¿existe evidencia comparativa entre la educación diferenciada y la mixta en distintos países?

El estudio Achievement in Boys’ Schools 2017-2021 de Nathaniel Williamson demuestra que los datos de Nueva Zelanda continúan mostrando que los chicos en escuelas masculinas superan de manera constante a sus pares en escuelas mixtas, obteniendo tasas más altas de aprobados. En los grupos que suelen tener un rendimiento inferior a la media nacional (por ejemplo, aquellos con el nivel socioeconómico más bajo), la ventaja de las escuelas diferenciadas es aún más marcada y muestra la mayor diferencia en las tasas de logro. Esta actualización de los datos sobre el rendimiento de los chicos se basa en dos informes anteriores que llegaron a las mismas conclusiones -en particular el del Dr. Michael Johnston, de la Facultad de Educación de la Universidad Victoria de Wellington, Nueva Zelanda, 2013-2016-, lo que ofrece 12 años de datos (2010–2022) sin que en ningún año o subgrupo se rompa la tendencia.

Más allá del rendimiento académico, ¿qué papel desempeña la educación diferenciada en el desarrollo de la confianza, la autoestima y las habilidades sociales de los alumnos?

Cuando los jóvenes sienten que que tienen vínculos y habilidades que pueden utilizar para contribuir a la comunidad, su bienestar mejora: adquieren propósito, confianza y mejores habilidades sociales.Una encuesta sobre Comunidad y Pertenencia de 2024 (Community and Belonging Survey), realizada por Lookout Management con el apoyo de la Universidad de Pensilvania y la Fundación Ford en unos 21.000 estudiantes de 90 escuelas independientes de Canadá y EE UU, determinó que las escuelas de chicos obtuvieron mejores resultados en términos de comunidad y pertenencia, superando tanto a las mixtas como a las de chicas.

¿Podría compartir una experiencia personal que ilustre el impacto positivo de este modelo en los estudiantes?

Todos los docentes en escuelas masculinas podrían contar historias de chicos que, partiendo de situaciones de gran dificultad y desafíos continuos, han logrado convertirse -gracias a la paciencia, el cuidado y una educación adaptada a sus necesidades- en miembros valiosos, comprometidos y con propósito dentro de sus comunidades.

Como educador con una visión internacional, ¿qué mensaje transmitiría a los responsables políticos para fomentar el desarrollo de este modelo?

Lo más importante es que los niños asistan a buenas escuelas. Una buena escuela mixta es mejor que una mala escuela diferenciada, y una buena escuela diferenciada es mejor que una mala escuela mixta. Sabemos que, en general, los niños y las niñas se desarrollan en momentos y a ritmos diferentes, y que los chicos lo hacen más tarde y más lentamente. ¿Qué hacemos con esto? ¿Han recibido los docentes en escuelas mixtas formación sobre lo que mejor funciona con los chicos? Si no es así, ¿por qué no? Es importante que los profesores en escuelas mixtas sepan qué métodos son más eficaces para ellos. Las buenas escuelas, sean diferenciadas o mixtas, deberían ser alentadas e invitadas a compartir las claves de su éxito.