
Reportaje
Javier Quintero: "Felicidad y placer son casi antagónicos"
El actual responsable del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Infanta Leonor publica un libro analizando cómo en 21 días se puede crear el hábito de ser feliz

El cuidado de la salud mental es uno de los grandes desafíos que afrontamos como sociedad en las últimas décadas. Según datos publicados en agosto por la Organización Mundial de la Salud, se estima que el 4% de la población experimenta depresión, incluido el 5,7% de los adultos y el 5,9% de los mayores de 70 años. A escala mundial, aproximadamente 332 millones de personas sufren esta enfermedad. Entre el grupo de edad de 15 a 29 años el suicidio es la tercera causa de muerte.
La pandemia puso de manifiesto la necesidad de abordar esta problemática desde distintos puntos, empezando por lo sanitario, político y social. Javier Quintero, que actualmente es el responsable del Servicio de Psiquiatría delHospital Universitario Infanta Leonor (Madrid), lleva toda su vida trabajando en el campo de la salud mental. Ha sido Profesor Asociado de Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Madrid y ahora imparte docencia en la Universidad Complutense, en Psiquiatría y Psicología Médica. «La pandemia hizo que saltaran muchas cosas por los aires que estaban sostenidas de manera muy frágil, lo que explica que ahora estemos viviendo un pico de trastornos como la depresión o la ansiedad», cuenta en una entrevista para LA RAZÓN. Si bien es cierto que esto está suponiendo que estas problemáticas salten más a la esfera pública y se normalice hablar de ellas, para Quintero también es cierto que «hablar más no significa hablar mejor».
Su trayectoria profesional le ha llevado a destacar la importancia de lo que se llama «modelo biopsicosocial», que sugiere que a la hora de entender y afrontar los trastornos mentales se deben tener en cuenta tres partes: la biológica, que tiene que ver con el neurodesarrollo y la genética; la psicológica, relacionada con las estrategias de afrontamiento y el crecimiento personal; y una parte social. Según explica este profesional, en los últimos tiempos «están apareciendo ciertos estereotipos que están provocando que no se hable lo bien que se debería de estas cosas serias». Se tiende a tener visiones muy concretas, muy biológicas, muy sociales, o muy psicológicas… «Y esto empobrece y dificulta la opción de encontrar soluciones eficaces», asegura.
Para ejemplificar esto, el responsable de Psiquiatría del Infanta Leonor habla del tema de los fármacos. Al abordar más activamente temas como la depresión, se ha derivado muy rápido en «una lucha contra los fármacos». Si bien defiende que «no se trata de promoverlos», incide a su vez en que «hay que poner en el centro cuál es el mejor tratamiento para una persona. En un contexto donde cada día se nos llena más la boca con la medicina personalizada, de repente caemos en recursos generales, en decir, no a las pastillas», lamenta Quintero.
En muchas ocasiones, los pacientes han acudido a la consulta de este médico con un «no» tajante a los fármacos, «lo que a veces implica tener que decirles que, así, va a ser muy difícil solucionar lo que les pasa». También se dan casos contrarios, en los que los pacientes vienen con sus preferencias sobre qué medicamentos tomar: «Dicen que a su prima le ha ido muy bien, sin ni siquiera saber si tienen o no lo mismo que su prima», afirma.Para Quintero, una de las cosas maravillosas de la medicina es «ser capaz de entender al paciente, no solo a la enfermedad. Por este motivo hay que atender a lo biológico, lo psicológico y lo social». En caso contrario, «tendemos a tener una visión muy parcial del problema», sentencia.
Javier Quintero acaba de publicar su segundo libro, bajo el título «¿Cómo estás?: 21 días para crear el hábito de ser feliz». Aunque en las librerías lo categorizan como autoayuda, para él es un libro de «autocuidado», porque «la ayuda muchas veces implica esperar que venga alguien a echarte una mano, mientras que el cuidado se busca más a nivel individual».
Para este psiquiatra, la felicidad es alinear «lo que piensas, lo que haces y lo que sientes», aunque a menudo la confundamos con los logros. Si bien es cierto que conseguir cosas que se desean genera una gran satisfacción, se trata de algo puntual. La felicidad, por el contrario, «es un proceso, un constante en la vida, un camino, no una meta» considera el entrevistado.
En su obra y a lo largo de su carrera ha hablado mucho de las diferencias entre el placer y la felicidad. «Mucha gente piensa que lo primero atrae a lo segundo, cuando realmente son casi antagónicos. El placer es efímero, momentáneo y tiene que ver conmigo; la felicidad es duradera y tiene que ver con dar, no con recibir, y con los demás», explica. Esto no quiere decir que no tengamos que buscar el placer, sino que sepamos que en él no se encuentra la felicidad. «Incluso a nivel biológico es diferente porque el placer tiene que ver con la dopamina, y la serotonina es lo que se vincula con la felicidad», puntualiza.
Otro de sus grandes dogmas es que no hay mayor responsable que uno mismo para encontrar esta ansiada felicidad. Si bien es cierto que «todo lo demás influye», también lo es que tenerlo todo a favor no te garantiza ser feliz, «al igual que tenerlo todo en contra no te lo imposibilita, aunque sí te lo complica». En esta línea, este psiquiatra defiende que «la vida no es lo que te pasa sino cómo lo afrontas», y que esto se constata al comprobar que «no todos los ricos son felices».
Ser conscientes
Los días que se establecen normalmente para confirmar que una acción se convierte en un hábito son 21. Quintero plantea en cada uno de ellos reflexiones que él considera importantes para que el lector dedique un tiempo a pensar en sí mismo, priorizarse y cuidarse. «Si tenemos más conciencia del entorno, de las cosas que puedo hacer para sentirme mejor, de cómo me hablo a mí mismo o de las señales que mi cuerpo me está dando, es mucho más fácil ser feliz», defiende. Esa visión ordenada es justamente lo que nos lo permite. Para ejemplificarlo, habla de la mítica pregunta que muchos escuchamos a diario pero que no habitualmente contestamos con sinceridad: «¿Cómo estás?».
Quintero define a estas dos palabras como «la puerta a la conciencia emocional». Considera que, «cuando el vecino del tercero te ve en el portal y te hace esa pregunta, mientras bajas las escaleras medio dormido, le contestas que estás bien y sigues. Uno no se para a pensar realmente en cómo está esa mañana. Y nuestro cuerpo nos está contando constantemente cómo estamos, otra cosa es que no le hagamos caso».Muchas de las personas que acuden a la consulta de este médico le comentan que no están bien pero que no saben qué más explicar. «Les insisto mucho en que lo hagan, en que busquen las palabras. Aunque quizá yo sepa definir mejor que ellos lo que sienten, si no explican cómo están, no entienden cómo están. Desde ahí es donde se trabaja», cree firmemente el autor de «¿Cómo estás?: 21 días para crear el hábito de ser feliz», que ya está a la venta.
Este libro, lejos de ser un manual, es una invitación a descubrir qué factores requieren de nuestra atención para vivir una vida feliz. El entorno, los autocuidados, lo que nos decimos a nosotros mismos o las señales que nos manda nuestro cuerpo a diario son (solo) algunos de ellos.
Quintero lleva muchos años trabajando con ese modelo que puede acercarnos a la felicidad, «prácticamente desde el siglo pasado», rememora entre risas. Hace poco más de dos años, tras dar una conferencia en Barcelona, varios asistentes se le acercaron para agradecerle su ponencia. «Me dijeron que había sido muy buena pero que era una pena que ese contenido llegara solo a la gente que estaba allí o a mis pacientes. Me preguntaron que por qué no escribía un libro y pensé que tenían razón», cuenta. Ahora, con él en el mercado, siente gran satisfacción al saber que esa información que ha ido recopilando durante años está al alcance de cualquiera.✕
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