Tribunales

Torbe: «La víctima soy yo»

El empresario del cine porno desmiente que mantuviera secuestrada durante seis meses a una de las testigos protegidas: «Fue mi novia y hacíamos vida de novios». Asegura que, cuando la dejó, le envió matones a su casa. En cuanto al portero David de Gea, afirma que nunca le pidió chicas. LA RAZÓN accede en exclusiva a su declaración

Ignacio Allende, alias Torbe
Ignacio Allende, alias Torbelarazon

El empresario del cine porno desmiente que mantuviera secuestrada durante seis meses a una de las testigos protegidas: «Fue mi novia y hacíamos vida de novios». Asegura que, cuando la dejó, le envió matones a su casa. En cuanto al portero David de Gea, afirma que nunca le pidió chicas. LA RAZÓN accede en exclusiva a su declaración

Ignacio Allende, alias Torbe, lee desde la cárcel todas y cada una de las noticias que se publican sobre él. En la televisión que le permiten tener en su celda, como a todos los internos que pueden pagársela, vio y escuchó las declaraciones de las testigos protegidas que le acusan. Indignado por lo que él considera son «burdas mentiras», solicitó sentarse delante del juez instructor y contar su versión. LA RAZÓN ha tenido acceso en exclusiva a la amplia declaración que prestó el pasado 18 de julio: «La TP3 (testigo protegida número 3) fue mi pareja. Nos conocimos a través de un amigo que se llama David. Él me pidió que la recibiera porque estaba mal de dinero y le hice el favor. Vino a verme, le conté en qué consistía el trabajo, le pareció bien y rodamos unas escenas. La TP3 estaba contenta por trabajar y yo también. Es rotundamente falso eso que ella va diciendo de que la encerré bajo llave durante seis meses. No hay quien se lo crea. ¡Éramos novios y hacíamos vida de novios! Viajamos a Sevilla, a Barcelona y salíamos a cenar a restaurantes. La TP3 tenía acceso a su móvil sin problema. Si de verdad hubiera estado secuestrada como dice, podría haberlo denunciado en cualquier momento y no lo hizo. Además, por aquella época se creó una cuenta en Instagram y fue publicando fotos con absoluta libertad donde ella misma se retrata asistiendo a fiestas a las que yo no la acompañé. Si eso es estar secuestrada, ¡yo soy cura!».

Este periódico ha consultado el perfil público –está abierto para quien quiera mirarlo– de la TP3 en la citada red social. En su cuenta, en la que se presenta como «actriz de cine adulto», se pueden contemplar 197 imágenes. Muchas de ellas corresponden a los meses en los que teóricamente Torbe la tuvo «secuestrada». Sólo un sobrenatural don de la ubicuidad puede explicar como al tiempo que estaba retenida contra su voluntad, también se fotografió asistiendo a fiestas, de cena con amigos, posando sonriente con Nacho Vidal, presumiendo de zapatillas nuevas, hablando de sus perfumes y cremas favoritas o subida en un balancín en un parque infantil. Incluso, en una de las imágenes posa con nueve amigos durante una celebración muy especial. «El día de mi cumple», escribe debajo de la foto.

«Mi relación con la TP3 se complicó cuando empecé a sospechar que me estaba robando dinero de casa», continúa explicando Torbe en su declaración. La cantidad que en su día denunció que le había hurtado asciende a 4.000 euros. «Entonces la dejé. Ella me amenazó, me dijo que me iba a enterar y me mandó a dos matones a robar a mi casa. Llevaban pasamontañas, pero vi claramente los ojos azules de uno y le reconocí. Era el nuevo novio de ella, un tipo con antecedentes por uso indebido de Visas. Denuncié a la TP3 por el robo y por la visita que recibí de los del pasamontañas. También por coger sin permiso mi tarjeta de crédito y pagar con ella».

Las dudas de la fiscal

Durante el interrogatorio la fiscal no formuló una sola pregunta sobre David de Gea, portero de la selección española, ni sobre el famoso encuentro sexual con dos de sus amigos de primera división en un hotel de Madrid. Según la TP3, la juerga la pagó de Gea y, durante el encuentro, los dos futbolistas presuntamente la agredieron física y sexualmente. Según expertos en la materia, la ausencia de cuestiones al respecto sugiere de forma evidente que la representante del ministerio público no se cree una palabra de esa parte de su relato. «Si es capaz de mentir, ensuciar y arrastrar por el fango el nombre de deportistas de alto nivel, ¿quién se puede creer algo de lo que esta muchacha diga? ¿o es que usa sus nombres para hacerse famosa?», se preguntan fuentes judiciales.

Uno de los que aparentemente sí confía en ella, a pesar de que las evidencias se empeñan en desmentirla, es su abogado. Fue él quien sacó el nombre de David De Gea durante la declaración realizada por Torbe. «No me dedico a la prostitución, ni cobro porque ninguna mujer se prostituya», aclaró el director de cine porno. «Es falso que yo haya obligado a la TP3 a hacer nada en contra de su voluntad. No voy a decir de qué conozco a David de Gea, pero ni me ha pagado, ni a petición del futbolista mandé a la TP3 con otra chica a un hotel de Madrid para prostituirse, ni fui yo con ellas al hotel, ni nada de nada. Conozco a Javi Martínez y al señor Muniaín –los dos jugadores del Athletic de Bilbao que presuntamente estaban en la habitación del hotel–, pero ni la TP3 ni la otra señorita estuvieron con ellos», añadió.

La recogida en el instituto

Torbe también habló a lo largo de su declaración de la TP2 (testigo protegido número 2). Se trata de una joven a la que grabó levantándose la camiseta del Bilbao y enseñando el pecho, al tiempo que gritaba divertida: «¡Aupa Athletic!». Cuando se realizó la grabación, a la joven le quedaban dos meses para cumplir los 18. «Juro que hasta que no me detuvieron no supe que la TP2 era menor de edad. Yo no la busqué. Fue ella la que se puso en contacto conmigo. Me mandó un mail a través de una de mis páginas web. Aseguraba que quería ser actriz porno. Me envió tres fotos desnuda y cumplimentó un formulario en la web donde tenía que dar su nombre, apellidos, pero sobre todo rellenar la casilla de la edad. ¡Ella puso que tenía 18 años! Mandé a una persona con un coche rojo a buscarla, pero no me dijo que la había recogido de un instituto. La TP2 me pidió trabajo, cogí la cámara, la grabé y le pagué. Al día siguiente hicimos otra escena, pero en el intervalo entre una y otra hablamos por Whatsapp. Me dijo que quería que la atara. Se grabó la escena como ella pidió y no se hizo nada que ella no consintiera. La secuencia consistió en la TP2 y otra chica juntas. Al final me incorporé yo. (...) ¡Estaba encantada! (...)».

En su declaración, la menor, entre sollozos, acusó a Torbe de haberla drogado. Aseguró que antes de grabar la escena le dio a beber de una botella y que inmediatamente se sintió mareada, pero también con una enorme vitalidad para hacer lo que le pidieran. «¿Se puede estar mareado y lleno de energía al mismo tiempo? Todavía están buscando la droga que produzca efectos tan opuestos», dice con ironía la misma fuente.

Los «canutos» del cajón

La joven también relató cómo el productor de cine porno sacó unos porros del cajón de una mesa y le incitó a fumárselos. El juez temió que dentro de ese «canuto» hubiera alguna sustancia que anulase la voluntad de la menor y ordenó que se le cogiese un cabello y se hiciese un estudio de tóxicos. El resultado reveló algo sorprendente, un secreto que la TP2 hubiera preferido mantener oculto: había estado consumiendo cannabis y cocaína durante seis meses. Lo estrambótico es que el análisis científico demuestra que la menor se drogaba antes de conocer a Torbe y que siguió haciéndolo meses después de no tener ningún contacto con él. «Es todo demencial», apuntan las mismas fuentes jurídicas.

Esta es la versión que Torbe le contó al juez y la que ha repetido a los íntimos que le han visitado desde que ingresó en prisión provisional en la cárcel madrileña de Estremera el pasado 28 de abril. Allí sigue a pesar de la inconsistencia de los testimonios que le acusan. A alguno de ellos le ha llegado a decir: «Si lo piensas con objetividad, la verdadera víctima soy yo».

Torbe está siendo investigado por los delitos de producción y distribución de pornografía infantil, abusos sexuales, coacciones, amenazas, trata de seres humanos, delito contra la salud pública, fraude fiscal y blanqueo de capitales.

«Ella me dijo que le gustaba el fútbol»

El empresario del porno grabó un vídeo en el que se ve a la TP2 levantándose una camiseta del Athletic de Bilbao y enseñando los pechos al tiempo que grita divertida: «¡Aupa Atlhetic!». En el momento de la grabación, a la joven le faltaban dos meses para cumplir los 18. Torbe envió el vídeo a cinco personas, cuatro de ellas conocidos jugadores de fútbol. «La TP2 cobró 250 euros por cada escena», afirma el director de cine porno en su declaración ante el juez. «El dinero se lo di en mano. No publiqué en la web ninguna de las dos secuencias porque después de grabar la segunda me llamó para avisarme de que el vídeo de «Aupa Athletic» lo habían visto su padre y su novio y que me iban a denunciar. Ese vídeo concreto se gestó cuando estábamos en mi casa. Ella ve la camiseta y me dice que le gusta el fútbol. Entonces le propuse grabar un vídeo y mandárselo a Jonas Ramallo del Athletic. Así surgió». Además la testigo protegida 3 tampoco salió bien parada, ya que como reveló LA RAZÓN, la joven tenía cierto interés en contactar con personajes conocidos.