Teatro
La soledad de la peluquera de Vallecas
Los Luchana estrenan «Vete de mis sueños», una comedia protagonizada por Antonia Paso y Luis Flor
«Son unos personajes tan de carne y hueso que podríamos ser cualquiera de nosotros», afirma Luis Flor, autor de la comedia «Vete de mis sueños» junto a Felipe Alonso. Cuenta la historia de Susi (Antonia Paso), una peluquera vallecana con mucho que decir sobre la vida, aunque nadie la escucha, y Javier (Luis Flor), un chico con narcolepsia que, entre otras cosas, sabe escuchar muy bien. A raíz de un encuentro en la peluquería, quién sabe si por azar, surgirán dos nuevas vidas. «Vete de mis sueños», dirigida por Nazan L. Bamio, habla «de soledad, de perdón, de las consecuencias de los errores del pasado, de dos personas que están muy solas y, al conocerse, van a surgir chispas», explica su autor y protagonista. «A partir de lo que parece un casual encuentro vivirán toda una aventura de emociones, se van a enfrentar a sus propios fantasmas y descubrirán cosas que ni ellos mismos sabían que tenían».
Es mucha la gente que habitualmente no se siente escuchada. «Susi se ha automarginado por sus circunstancias personales, tiene ganas de hablar al mundo, de decir cosas, pero no encuentra quien esté dispuesto a escucharla. Es entonces cuando aparece este chico de una timidez extrema, con esa enfermedad grave y extraña, que vive en una especie de burbuja como si fuera un niño, y con él encuentra esa oportunidad para poder expresarse», explica Flor. Parten de la situación de marginados sociales, de soledades que coinciden, «dos seres que no encuentran su lugar en el mundo, que no saben dónde ni cómo encajar, pero entre ellos se sienten identificados. Creen que tienen mucho en común, al menos, aparentemente, pero en realidad son como el agua y el aceite, como el antagonista y el protagonista, de ahí los continuos roces y choques que mantienen. Personajes de una comedia negra con algo de frikis, extravagantes, raros, excéntricos que, sin embargo, son amables». Y continúa Flor: «Tras una primera cita imposible comienzan a crearse toda clase de situaciones divertidas y cómicas que hacen de ésta una función hilarante, pero con una parte muy dramática. Es una historia dura –afirma–, aunque todo esté barnizado de sentido del humor y planteado desde la comedia, incluso con parte del teatro del absurdo, pero aquí todo sea muy realista». ¿Puede decirse que tiene algo de existencial? «Sí –responde–, porque son muy conscientes de lo patéticas que son sus vidas –por ejemplo, Javier tiene tendencias suicidas–, y aunque sean dos personajes de la calle en los que nadie se fijaría por su poca formación, una peluquera y un mozo de almacén, se hacen preguntas muy trascendentes y profundas sobre la vida».
Para el autor, es una obra muy humana. «Una historia que da pie a la esperanza, sus personajes buscan continuamente la felicidad y, aunque no la encuentran porque son torpes y tropiezan, siguen intentándolo. No es una historia negra, solo buscan una oportunidad para ser felices», concluye.
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